La Crisis de 1640
Las necesidades financieras de la monarquía española a causa de la Guerra de los Treinta Años, llevaron al Conde Duque de Olivares, valido de Felipe IV, a intentar una mayor centralización y fortalecimiento de la monarquía. Buscaba la unificación legislativa de los reinos (al estilo de Castilla) y, sobre todo, la contribución equitativa al esfuerzo exterior de la monarquía. Olivares puso en marcha la Unión de Armas, por la que todos los reinos debían aportar sin excepción hombres y dinero.
La oposición a la política de Olivares se generalizó por distintas razones:
- El rechazo de los reinos periféricos a las pretensiones centralistas de Olivares.
- Las quejas de la alta nobleza por el autoritarismo de Olivares.
- El malestar de las clases populares por el agotamiento económico y la presión fiscal que sufrían.
La rebelión estalló en Cataluña, a causa de los desmanes cometidos por los soldados castellanos e italianos destinados en el frente catalán con motivo de la guerra contra Francia. Se generalizó la rebelión en Cataluña, que buscó el apoyo de Francia, llegando a reconocer a Luis XIII como conde de Barcelona. Sin embargo, la opresión francesa, peor que la castellana, provocó el agotamiento de los catalanes que se rindieron a las tropas de Don Juan José de Austria, con la condición de que respetaran sus fueros.
El mismo año 1640 se produjo la rebelión de Portugal. Las quejas portuguesas tenían que ver con el descontento provocado por la incapacidad de España para defender sus posesiones coloniales amenazadas por los holandeses. La incapacidad de Olivares de atender simultáneamente dos frentes favoreció el éxito portugués, que unió a su causa el apoyo de Inglaterra y Francia. Se reconoció la independencia de Portugal en 1668, en el reinado de Carlos II.
El Ocaso del Imperio Español en Europa
La subida al trono de Felipe III estuvo marcada por la firma de algunos tratados de paz con Francia e Inglaterra, y sobre todo por la Tregua de los Doce Años entre España y Flandes. La paz europea estuvo amenazada por un conflicto local que acabó siendo europeo: la llamada Guerra de los Treinta Años. En realidad, se planteaba la desaparición o el mantenimiento de la hegemonía en Europa de los Habsburgo. Todos los conflictos militares europeos se fueron integrando en esta guerra general, y entre ellos el reinicio de la guerra de Flandes tras el fin de la tregua.
Cada nación se alineó en uno de los dos grandes bandos en lucha:
- Los Habsburgo (Austriacos y Españoles) que pretendían mantener su hegemonía en Europa.
- Las potencias rivales, Francia (que era una monarquía católica pero se alió con protestantes alemanes y holandeses).
La Guerra de los Treinta Años acabó con la Paz de Westfalia (1648) que supuso para España:
- El reconocimiento de la independencia definitiva de las Provincias Unidas.
- La pérdida de la hegemonía en Europa (Francia se convierte en la gran potencia europea).
España continuó la guerra contra Francia hasta la Paz de los Pirineos (1659) que confirmó el declive de la monarquía hispánica y supuso la cesión a Francia de Rosellón y Cerdaña, quedando la frontera en los Pirineos.
Evolución Económica y Social del Siglo XVII
El siglo XVII fue un siglo de crisis económica en Europa en general, y en el Mediterráneo en particular, incluyendo la península ibérica. En la Corona española la crisis fue más temprana y más profunda que en el resto de Europa. Los primeros problemas fueron demográficos. Muchas epidemias como las de la peste, la carestía y el hambre provocaron la pérdida de mucha gente, especialmente en Sevilla. Otros factores de crisis demográfica fueron la expulsión de los moriscos, las guerras exteriores y el incremento del clero que redundó en un descenso de la tasa de natalidad.
En cuanto a la agricultura, sufrió una decadencia, agrabada por la expulsión de los moriscos. A esto se le unió la crisis de la ganadería lanar, que encontró graves dificultades para la exportación, y la de la industria, incapaz de competir con los países extranjeros. El comercio sufrió por la competencia de Francia, Inglaterra y Holanda. Esto agravó una coyuntura marcada por el creciente autoabastecimiento de las Indias y el agotamiento de las minas americanas. Consecuencia de la crisis comercial fue la disminución de la circulación monetaria.
La situación fue empeorada por la incorrecta política económica de los gobiernos de la Corona, que agravaron más que solucionaron los problemas. La sociedad estamental española vivió un proceso de polarización marcada por el empeoramiento de las condiciones del campesinado, la debilidad de la burguesía y las clases medias, y el crecimiento numérico de los grupos sociales improductivos.
La mentalidad social, estuvo marcada por la aversión al trabajo, lo que agravó la crisis social y económica.
La Guerra de Sucesión y el Sistema de Utrecht
Carlos II murió sin descendencia. Había testado a favor de Felipe de Anjou, pero el temor de las potencias europeas (Inglaterra, Holanda y Portugal) a la supremacía francesa y a que Francia y España acabaran bajo un mismo rey, les llevó a apoyar la candidatura del archiduque Carlos de Habsburgo y a una guerra contra los partidarios de Felipe de Anjou.
Fue una guerra civil y europea. En España, Castilla prefería como rey a Felipe de Anjou, pero Aragón prefería a Carlos por su modelo monárquico menos autoritario. Felipe obtuvo varias victorias y Carlos heredó el imperio alemán, lo que frenó sus aspiraciones, ya que perdió interés en España. Holanda e Inglaterra temieron que los territorios alemanes y España recayeran en el mismo monarca. Por ello la guerra finalizó con el Tratado de Utrecht en 1713, que estipulaba:
- Felipe V es reconocido rey de España pero renuncia a cualquier derecho sucesorio de la corona francesa.
- Inglaterra obtiene de España, Gibraltar y Menorca junto con el monopolio del comercio español en América.
- España entrega a Austria, Países Bajos, el reino de Nápoles, Cerdeña y el ducado de Milán.
La guerra continuó en Cataluña un año más y como castigo por apoyar a Austria, Felipe V aprobó los Decretos de Nueva Planta, que derogaban fueros e instituciones de autogobierno de Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca.
Cambio Dinástico: Los Primeros Borbones
Felipe V, nieto de Luis XIV de Francia, inauguró la nueva dinastía. Ésta era francesa, así como lo eran los consejeros de Felipe V, y en consecuencia en España se impuso el modelo del absolutismo francés. Felipe V, incapaz de desempeñar sus funciones debido a una enfermedad, delegó en validos como el Cardenal Alberoni, o el barón de Riperdá, sustituidos después por una burocracia española absolutista entre los que destacó José Patiño. Siempre buscó una monarquía con poder absoluto, la centralización y uniformización del Estado y recuperar los territorios perdidos en el Tratado de Utrecht. Abdicó en su hijo Luis I debido a la incapacidad que le provocaba su enfermedad, pero este muere a los 7 meses y debe volver a reinar hasta su muerte en 1759.
Tras su muerte, su hijo Fernando VI tampoco gobernó directamente, sino que se apoyó en una nueva generación de burócratas (Somodevilla, Ensenada). En la política exterior buscó la neutralidad, y en el interior intentó con poco éxito llevar a cabo reformas económicas. Al morir fue sucedido por su hermano Carlos III, en aquel momento rey de Nápoles. Las reformas promovidas por estos políticos tenían como finalidad consolidar el poder absoluto de la monarquía y para ello impulsar la reforma de la administración, el control de la Iglesia y la intervención del Estado en la economía.
Reformas en la Organización: La Monarquía Centralista
La nueva dinastía de los Borbones desarrolló un conjunto de reformas con el objetivo de implantar una monarquía centralista. Entre las reformas destacan:
- Administración territorial:
- Decretos de Nueva Planta: Decretos que ponen fin a los fueros de la Corona de Aragón y establecen una reglamentación bajo las leyes castellanas.
- Capitanías como nueva división territorial.
- Aparición de la figura del intendente con amplias funciones.
- Ley Sálica.
- Administración política:
- Eliminación de todos los consejos (manteniendo el de Castilla).
- Creación de Secretarios del Estado.
- Económica:
- Firma de un nuevo concordato con la Santa Sede (regalismo).
- Expulsión de los jesuitas.
- Militar:
- Se inicia el servicio militar.
- Construcción de la armada naval.
La Práctica del Despotismo Ilustrado: Carlos III
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