Evaluación analítica de la integridad, función y excreción hepática
1. Arquitectura hepática
El hígado, con un peso aproximado de 1 kg y cuarto, presenta una estructura tisular homogénea y organizada, esencial para su correcto funcionamiento. La unidad funcional del hígado es el hepatocito, una célula autónoma que realiza las funciones hepáticas.
El hígado recibe un doble riego sanguíneo:
- Sangre arterial oxigenada a través de la arteria hepática, rama de la aorta.
- Sangre venosa a través de la vena porta, que recoge sangre del sistema digestivo (intestino, estómago, esófago) y la transporta al hígado.
El hígado funciona en un ambiente de hipoxia relativa, con baja presión de oxígeno, lo que le permite un metabolismo glucolítico eficiente. La vena porta proporciona al hígado nutrientes, excepto lípidos, que podrían causar daño si se procesaran directamente en este órgano.
Estructuralmente, el hígado es una red capilar compleja (sinusoide hepático) donde los hepatocitos se organizan alrededor de una vena central. La proximidad entre las células y la sangre facilita el intercambio de nutrientes. El espacio biliar, independiente del torrente sanguíneo, se encuentra próximo a los hepatocitos, permitiendo la liberación de sustancias que son recogidas por conductillos biliares.
2. Funciones del hígado
El hígado desempeña múltiples funciones vitales:
- Regulación de la composición sanguínea: glucosa, proteínas.
- Síntesis de proteínas, lipoproteínas y glucógeno.
- Principal órgano detoxificante del organismo.
- Excreción de bilirrubina.
- Sistema macrofágico sésil: células fagocíticas que eliminan células sanguíneas viejas o dañadas.
- Liberación de sales biliares para la digestión de grasas.
- Gran capacidad regenerativa.
- Metabolismo en hipoxia relativa.
- El sistema porta es esencial para su funcionamiento.
3. Parámetros de estructura y actividad excretora: Metabolismo de la bilirrubina
La bilirrubina, producto de la degradación del grupo hemo sin hierro, se transporta unida a la albúmina en la sangre. El hígado la capta, la conjuga con ácido glucurónico para hacerla hidrosoluble (bilirrubina conjugada) y la excreta a la bilis.
La bilirrubina conjugada llega al intestino y se elimina por las heces, dándoles su color característico. Una parte puede desconjugarse y reabsorberse a través de la vena porta, volviendo al hígado (circulación enterohepática).
La ictericia, coloración amarillenta de la piel y mucosas, se produce por acumulación de bilirrubina en sangre. Puede deberse a:
- Aumento de la producción de bilirrubina (hemólisis).
- Disminución de la captación hepática.
- Obstrucción de la excreción biliar (ictericia obstructiva).
Parámetros que informan sobre la estructura y función excretora del hígado:
- Niveles de bilirrubina en sangre (total, directa e indirecta).
- Ácidos biliares: esenciales para la digestión de grasas, forman micelas que facilitan la acción de la lipasa.
- Enzimas hepáticas: γ-GT (gamma-glutamil transpeptidasa) y fosfatasa alcalina. Niveles elevados en sangre indican daño en los conductos biliares.
Un mal funcionamiento de la excreción biliar, como la obstrucción de los conductos, provoca una mala digestión de las grasas debido a la falta de ácidos biliares, lo que se traduce en heces blanquecinas (acolia).
4. Metabolismo hepático y parámetros de función metabólica
El hígado juega un papel central en el metabolismo de:
4.1. Hidratos de carbono
La glucemia (nivel de glucosa en sangre) puede verse alterada en enfermedades hepáticas, aunque no es un indicador específico de daño hepático.
4.2. Lípidos
El colesterol puede estar alterado en pacientes con enfermedad hepática. En la ictericia obstructiva, los niveles de colesterol suelen ser altos, mientras que en enfermedades hepáticas avanzadas, los niveles pueden ser bajos.
4.3. Proteínas
La síntesis de proteínas se ve afectada en la enfermedad hepática. En fases tempranas, se pueden encontrar niveles bajos de proteínas como la albúmina. En fases avanzadas, la disminución de la síntesis de factores de coagulación puede provocar hemorragias.
El catabolismo de proteínas también se ve afectado, lo que lleva a una acumulación de amoníaco en sangre (hiperamonemia), que es tóxica para el sistema nervioso central y puede causar encefalopatía hepática.
5. Hipertensión portal
Cuando el hígado está dañado, la sangre que llega por la vena porta encuentra resistencia a su paso por los sinusoides hepáticos, lo que provoca hipertensión portal. Esta hipertensión puede causar:
- Ascitis (acumulación de líquido en el abdomen).
- Varices esofágicas (dilatación de las venas del esófago), que pueden romperse y causar hemorragias graves.
- Encefalopatía hepática.
El tratamiento de la hipertensión portal busca reducir la presión en la vena porta mediante medicamentos o procedimientos quirúrgicos.
En resumen, la evaluación de la función hepática requiere una combinación de pruebas que evalúen la integridad del órgano, su capacidad de excreción y su función metabólica. El conocimiento de los diferentes parámetros y su interpretación clínica son fundamentales para el diagnóstico y manejo de las enfermedades hepáticas.