El Fascismo
Rasgos
El fascismo, surgido en Italia después de la Primera Guerra Mundial, fue, junto con el nazismo alemán, la ideología antiparlamentaria más destacada del periodo de entreguerras. El término fascismo tuvo su origen en la organización política creada por Mussolini en 1919.
Durante los años treinta, el fascismo se convirtió en un factor fundamental en el panorama político europeo. La opción fascista-antifascista llegó a ser la principal línea de división entre los partidos políticos, los estados y los propios ciudadanos.
El fascismo es antiparlamentario y antiliberal. Acusaba a los sistemas democráticos de promover la división entre los ciudadanos y, por tanto, de provocar la debilidad del país. El fascismo desconfía de la razón, de la intelectualidad y defiende el liderazgo absoluto.
Italia tras la Gran Guerra
Italia salió defraudada de la Gran Guerra. Parte de la población pensaba que las pérdidas humanas y materiales sufridas no habían recibido la recompensa merecida.
A esta crisis moral se unió una grave situación política, económica y social, que provocó las críticas al sistema democrático.
Italia conoció, en 1919 y 1920, una oleada de huelgas, revueltas, etc. La crisis social fue en aumento, y los enfrentamientos entre obreros y policía se saldaron con centenares de muertos.
Benito Mussolini creó en 1919 los ”camisas negras”. Sus ideas tuvieron un limitado eco, pero sus militantes, los ‘escuadristas’, sirvieron para frenar el movimiento obrero.
Mussolini accede al poder
Tras la dimisión del gobierno, el monarca nombró a Mussolini primer ministro. Mussolini contó con el apoyo de la corona y del ejército en el proceso de su ascenso al poder y hasta 1924, mantuvo aparentemente la legalidad democrática, mientras transformaba gradualmente el Estado democrático en una dictadura fascista.
Las organizaciones fascistas se convirtieron en organismos estatales y controlaron toda la Administración. El partido y el estado se confundían y una intensa propaganda se encargaba de introducir los ideales fascistas en la juventud.
El Fascismo busca la aceptación social
El fascismo buscó la aceptación social por medio de medidas de amplio consenso popular. Mussolini aplicó una política de grandes obras: autopistas, grandes edificios, fomentó la industria con medidas protectoras contra la competencia. En el terreno social, el fascismo se definió por el corporativismo.
A mediados de los años treinta, la dictadura fascista estaba firmemente aceptada y la política de Mussolini era aceptada por muchos países. Pero la debilidad económica de Italia no se superó, y se escondía bajo las grandes obras un país atrasado y de escaso desarrollo económico.
El Nazismo
El nazismo es inseparable de su dirigente, Adolf Hitler. El Partido Nacionalista de los Trabajadores Alemanes, más conocido como Partido Nazi, fue fundado en 1920. Adolf Hitler se convirtió en su principal dirigente desde 1921.
En 1923, los nazis intentaron un golpe de fuerza contra el gobierno de Baviera, que terminó fracasando e hizo que Hitler fuese condenado a prisión. Durante su estancia en prisión escribió el libro Mein Kampf, que resume sus principales ideas políticas: el nacionalismo, la derogación del Tratado de Versalles, el racismo, la superioridad de raza, el antisemitismo, el expansionismo, el desprecio por el liberalismo y el odio al socialismo y comunismo.
Hitler encontró mayor apoyo en las clases medias, arruinadas por la crisis. Nunca logró adhesiones importantes entre obreros y burguesía, pero consiguió importantes apoyos económicos de grandes industriales.
Hitler convierte Alemania en una dictadura
Entre 1933 y 1934, Hitler convirtió el régimen democrático en una dictadura. El 30 de enero de 1933 fue nombrado canciller. En su primer gobierno había una mayoría de ministros conservadores, pero los nazis ocuparon una cartera de gran importancia: el ministro del Interior, que inmediatamente convocó elecciones generales, en las cuales triunfaron los nazis y sus aliados. Para poder modificar la Constitución, los nazis precisaban del apoyo de los centristas y lo consiguieron. Finalmente, en junio de 1933, una ley convirtió al Partido Nazi en el único autorizado.
Hitler acumuló las funciones de canciller y de presidente y a partir de entonces concentró el poder absoluto. La democracia había dejado de existir en Alemania.
La persecución de los judíos
Convertido Hitler además en jefe del Ejército, los oficiales debían prestarle juramento de fidelidad; la oposición fue eliminada y sus dirigentes detenidos o exiliados.
El antisemitismo, una de las bases del nazismo, se plasmó inmediatamente en la persecución de los judíos, a los que se acusaba de ser los responsables de los males de Alemania.
A finales de 1938, el asesinato en París de un diplomático alemán por un judío fue el pretexto para empezar una gran persecución. Ardieron sinagogas y numerosos edificios judíos y por lo que más de 200.000 judíos huyeron de Alemania, 300.000 se quedaron y fueron víctimas del Holocausto.
El control totalitario de la sociedad
El encuadramiento de los diversos grupos se llevó a cabo rápidamente. El partido y sus organizaciones fueron los instrumentos de control y sometimiento. La obediencia ciega al jefe se convirtió en obligación. Las Juventudes Hitlerianas se encargaban de adoctrinar a los chicos y chicas. Se creó el Frente de Trabajo que sirvió para controlar el movimiento obrero. En el terreno económico, el nazismo consiguió temporalmente algunos éxitos. La recuperación se basó en la realización de grandes obras públicas y el crecimiento de la industria armamentista. La vida cultural y artística pasó a ser supervisada y censurada al igual que la vida intelectual y la educación.
Un régimen de sumisión y de persecución se había abatido sobre Alemania.