La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

Contexto Internacional (Crisis)

La Europa de posguerra se encontraba en una situación de ruina económica y destrucciones masivas. Los tratados de Versalles no fueron aceptados por todos los países, lo que generó tensiones internacionales. La Revolución Rusa de 1917 difundió ideas revolucionarias que tuvieron una gran repercusión en el movimiento obrero de toda Europa. En este contexto, surgieron los primeros gobiernos dictatoriales y los fascismos. La crisis económica mundial de 1929 (Crack del 29) agravó aún más la situación.

Llegada al Poder: Antecedentes

Tras los fracasos de los gobiernos conservadores y progresistas, la situación en España era de gran inestabilidad. La huelga general de 1917, convocada durante el gobierno de Eduardo Dato, puso de manifiesto la gravedad de los problemas sociales. Se sucedieron una serie de gobiernos sin capacidad para resolver los problemas del país, entre los que destacaban:

  1. Desempleo.
  2. Enfrentamientos entre la patronal y los obreros.
  3. Aumento del pistolerismo anarquista y del terrorismo.
  4. Aumento de las reivindicaciones de los regionalismos y nacionalismos.
  5. Desunión de los partidos del turno dinástico por falta de líderes.
  6. Aumento del caciquismo y la farsa electoral.

Ante este cúmulo de problemas, se planteaba la necesidad de una reforma del gobierno o su sustitución. La dictadura de Primo de Rivera, que se presentó como una solución regeneracionista, no fue más que una reforma temporal del sistema, como se demostraría más adelante.

El gobierno conservador de Eduardo Dato (1920) llevó a cabo algunas reformas, como la creación del Ministerio de Trabajo, la construcción de viviendas baratas y el establecimiento de seguros obligatorios. Sin embargo, también se caracterizó por una fuerte represión política. En 1921, Dato fue asesinado.

Dos sucesos importantes propiciaron la caída de la monarquía en favor de la dictadura:

  • El desastre de Annual (1921) y el posterior Expediente Picasso, que pusieron de manifiesto la corrupción y la ineficacia del gobierno y el ejército español en Marruecos.
  • El asesinato de Dato, que dejó a los conservadores sin un líder claro.

Tras el desastroso gobierno de Antonio Maura, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, dio un golpe de estado en septiembre de 1923. Ante la presión de los militares, el rey Alfonso XIII encargó a Primo de Rivera la formación de un nuevo gobierno.

Directorio Militar (1923-1925)

El primer gobierno de Primo de Rivera estuvo formado exclusivamente por militares. Su programa se basaba en el regeneracionismo y la lucha contra la oligarquía. Entre las medidas que tomó destacan:

  • Lucha contra el caciquismo y la corrupción administrativa: se sustituyeron los gobernadores civiles por militares y se disolvieron ayuntamientos y diputaciones.
  • Represión del regionalismo y el nacionalismo: se suprimió la Mancomunitat de Catalunya y se cerraron las sedes de la Lliga Regionalista. En el País Vasco y Galicia también se tomaron medidas similares. La represión contra los nacionalismos provocó la radicalización de la izquierda en Cataluña y la pérdida de popularidad de la Lliga.
  • Intervención en Marruecos: en 1925, Francia y España llevaron a cabo una intervención conjunta en Marruecos que culminó con el desembarco de Alhucemas y la pacificación del Rif.
  • Mantenimiento del orden público y la paz social: se recortaron las libertades y se llevó a cabo una dura represión contra los movimientos obreros y la oposición política. Destaca la represión contra intelectuales como Miguel de Unamuno.

Directorio Civil (1925-1930)

En 1925, Primo de Rivera intentó volver a la normalidad institucional con la formación de un Directorio Civil. Se creó una Asamblea Nacional Consultiva, cuyos miembros eran elegidos por el gobierno, con el objetivo de redactar una nueva Constitución. Sin embargo, este proyecto nunca llegó a buen puerto.

Medidas:

Política Económica y Social

La dictadura se benefició de la coyuntura económica favorable de los”Felices Años Veint”. Se fomentó la formación de monopolios para proteger la industria nacional, como la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (CAMPSA), y se permitió el establecimiento de empresas multinacionales, como la International Telephone and Telegraph (ITT). Se impulsaron las obras públicas y se mejoraron las condiciones de trabajo y de vida de los obreros. Se atrajo al régimen al PSOE y a la UGT, e incluso Largo Caballero participó en el gobierno. Se crearon los Comités Paritarios, donde estaban representados obreros y patronos, para alcanzar acuerdos laborales. En política social, se potenció el plan de casas baratas, se construyeron nuevas escuelas e institutos de enseñanza media, se aumentó el presupuesto para la enseñanza universitaria y se redujo el analfabetismo.

Creación de la Unión Patriótica

La dictadura intentó canalizar el apoyo popular a través de la creación de la Unión Patriótica. Inicialmente, no fue un partido político, sino un movimiento de masas que defendía el orden y la justicia. Sus principales apoyos fueron los mauristas, los conservadores y los tradicionalistas, aunque también contó con algún apoyo socialista. La Unión Patriótica carecía de un programa político definido.

Fin del Régimen

La crisis económica de 1929, con el desplome de la peseta y el aumento del malestar social, debilitó al régimen. El propio ejército comenzó a mostrar su descontento con Primo de Rivera, que tuvo que hacer frente a varios intentos de golpe de estado. La falta de apoyo del rey Alfonso XIII, cada vez más cuestionado, y de los intelectuales, precipitó la caída de la dictadura. En enero de 1930, Primo de Rivera presentó su dimisión al rey.

El general Dámaso Berenguer, conocido como”dictador bland”, fue nombrado presidente del gobierno por el rey. Durante su breve mandato, se legalizaron los partidos políticos y se convocaron elecciones municipales para abril de 1931. Sin embargo, el movimiento republicano, liderado por el Partido Radical de Alejandro Lerroux y la Alianza Republicana de Manuel Azaña, había ganado mucha fuerza. En el Pacto de San Sebastián (agosto de 1930), los partidos republicanos y nacionalistas se comprometieron a trabajar para instaurar la república en España. Tras un fallido golpe de estado en diciembre de 1930, Berenguer dimitió en febrero de 1931. El almirante Juan Bautista Aznar formó un nuevo gobierno con el objetivo de convocar elecciones generales, pero el triunfo de las candidaturas republicanas en las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 provocó la proclamación de la Segunda República Española y el exilio del rey Alfonso XIII.

La Guerra de Cuba (1895-1898)

En 1868 estallaron en Cuba las primeras insurrecciones que pedían la independencia de la isla. España, inmersa en la Tercera Guerra Carlista, no pudo hacer frente a la rebelión cubana. En 1878, tras el fin de la guerra carlista, se logró pacificar la isla con la Paz de Zanjón.

Estados Unidos, con importantes intereses económicos en Cuba, especialmente en el sector azucarero, comenzó a apoyar a los movimientos independentistas cubanos a partir de la década de 1880. En 1895, José Martí, líder del Partido Revolucionario Cubano, inició una nueva guerra de independencia.

España envió al general Arsenio Martínez Campos a Cuba para sofocar la rebelión, pero sus esfuerzos fueron infructuosos. En 1898, tras la explosión del acorazado estadounidense Maine en el puerto de La Habana, Estados Unidos declaró la guerra a España.

La guerra fue breve y desigual. España, con una flota obsoleta y una economía debilitada, no pudo hacer frente al poderío militar estadounidense. Además, Estados Unidos atacó las posesiones españolas en Filipinas, lo que obligó a España a dividir sus fuerzas. En agosto de 1898, España firmó el Tratado de París, por el que se puso fin a la guerra y se reconocía la independencia de Cuba. España también cedió a Estados Unidos Puerto Rico, Filipinas y Guam, poniendo fin a su imperio colonial.