Determinismo y Libertad Interna
La filosofía surgió en Occidente cuando algunos pensadores griegos se esforzaron en buscar las causas de todas las cosas, convencidos de que todo lo que acontece en el mundo ocurre por alguna razón. Sin embargo, en esta búsqueda encontraron un grave obstáculo al intentar explicar cómo es posible la libertad interna, la libertad de la voluntad.
Si la libertad interna es la facultad de la voluntad para actuar en un sentido u otro sin ser determinada por algo ajeno a ella, debe ser capaz de iniciar una serie causal sin que el acto por el que se inicia la serie tenga una causa, ya que entonces el acto no sería libre.
El fenómeno de la libertad ha conducido a una aporía, a un “callejón sin salida” entre dos actitudes:
- La que afirma que nada acontece sin causa, una actitud determinista si pretende explicar también causalmente la conducta humana.
- La conciencia espontánea que tenemos de actuar en ocasiones libremente, aunque estemos condicionados a obrar en un sentido u otro.
El Determinismo Cosmológico: El Destino
Los primeros filósofos que se encontraron con esta aporía fueron los estoicos en el siglo IV. Los estoicos consideraron averiguar el orden del cosmos para saber comportarnos ante él, recurrieron a la doctrina de Heráclito de Éfeso. Según Heráclito, todo se explica por alguna razón y la serie de razones no puede ser infinita, ha de haber una razón primera que es la ley que rige el universo. Los estoicos entendieron que esa razón es la ley del universo y también el destino, según el cual todo sucede fatalmente.
La doctrina derivada de esto es que los hombres nada pueden contra el destino, como se demostraba en “Edipo Rey” de Sófocles. Los estoicos dedicaron su pedagogía y ética a enseñar cómo se debe obrar, lo que muestra que creían espontáneamente en la libertad.
El sabio ideal es el que, consciente de que toda felicidad está en manos del destino, intenta asegurarse la paz interior, haciéndose insensible al sufrimiento y a las opiniones ajenas. La imperturbabilidad es la única fuente de felicidad.
Empieza a abrirse una distinción entre dos mundos: el de la libertad interior, que está en nuestras manos, y el de la exterior, que no depende de nosotros.
Determinismo Científico
El monismo fisicalista reduce el universo a materia y los movimientos de los cuerpos a movimientos mecánicos.
- Determinismo fisiológico: Ivan Pavlov, los actos llamados libres son en realidad reflejos condicionados muy elaborados.
- Determinismo psicoanalítico: Sigmund Freud entiende el obrar humano como movido por el inconsciente.
- Determinismo económico: Del marxismo, determinado por la infraestructura económica y la conciencia humana como determinada a su vez por el lugar que cada individuo ocupa en el proceso de producción.
- Determinismo genético: Ven la dotación genética de cada uno de nosotros como las causas de todas nuestras actuaciones.
- Determinismo psicológico: Elaborado por Gottfried Wilhelm, para quien nuestra conducta está regida por el móvil que ejerce mayor atracción sobre nuestra voluntad y por eso nuestro comportamiento es racional y no arbitrario.
Libertad Externa e Interna
Libertad externa: Consiste en que nadie nos impida trasladarnos y actuar del modo que parezca oportuno dentro de lo que permitan las leyes y costumbres del propio país. Este tipo de libertad es la que pierde una persona cuando la conducen a prisión, pero también la que pierde toda la población cuando triunfa una dictadura y se anulan las libertades de expresión, asociación, manifestación… (Puede ser más o menos amplia según sea el marco jurídico y político de una sociedad)
Libertad interna: Es la de querer una cosa u otra, de decidir por uno mismo las cuestiones que nos afectan. En el caso del mozo de Sancho Panza, aclara que la decisión de dormir es cosa suya aunque le puedan privar la libertad de sus movimientos. La libertad interna es libertad moral, la capacidad para conducir la propia vida conforme a los propios criterios. Privar a una persona de su libertad interna es preciso anular su voluntad ya sea con estupefacientes, técnicas de control mental como en las sectas…
El Determinismo Cosmológico: El Destino
Los primeros filósofos que se encontraron con esta aporía fueron los estoicos en el siglo IV. Los estoicos consideraron averiguar el orden del cosmos para saber comportarnos ante él, recurrieron a la doctrina de Heráclito de Éfeso. Según Heráclito, todo se explica por alguna razón y la serie de razones no puede ser infinita, ha de haber una razón primera que es la ley que rige el universo. Los estoicos entendieron que esa razón es la ley del universo y también el destino, según el cual todo sucede fatalmente.
La doctrina derivada de esto es que los hombres nada pueden contra el destino, como se demostraba en “Edipo Rey” de Sófocles. Los estoicos dedicaron su pedagogía y ética a enseñar cómo se debe obrar, lo que muestra que creían espontáneamente en la libertad.
El sabio ideal es el que, consciente de que toda felicidad está en manos del destino, intenta asegurarse la paz interior, haciéndose insensible al sufrimiento y a las opiniones ajenas. La imperturbabilidad es la única fuente de felicidad.
Empieza a abrirse una distinción entre dos mundos: el de la libertad interior, que está en nuestras manos, y el de la exterior, que no depende de nosotros.
Determinismo Científico
El monismo fisicalista reduce el universo a materia y los movimientos de los cuerpos a movimientos mecánicos.
- Determinismo fisiológico: Ivan Pavlov, los actos llamados libres son en realidad reflejos condicionados muy elaborados.
- Determinismo psicoanalítico: Sigmund Freud entiende el obrar humano como movido por el inconsciente.
- Determinismo económico: Del marxismo, determinado por la infraestructura económica y la conciencia humana como determinada a su vez por el lugar que cada individuo ocupa en el proceso de producción.
- Determinismo genético: Ven la dotación genética de cada uno de nosotros como las causas de todas nuestras actuaciones.
- Determinismo psicológico: Elaborado por Gottfried Wilhelm, para quien nuestra conducta está regida por el móvil que ejerce mayor atracción sobre nuestra voluntad y por eso nuestro comportamiento es racional y no arbitrario.