Ética y Moral Según David Hume
Hume (1711-1776) es el máximo exponente del empirismo, corriente de la filosofía moderna que defiende que todo nuestro conocimiento procede de los sentidos. Contra los racionalistas, los empiristas rechazan los abusos en el uso de la razón y la existencia de ideas innatas. Hume desarrolla el emotivismo moral como consecuencia de su teoría empirista del conocimiento, que rechaza la idea de fundamentar las normas morales en la racionalidad humana.
Para Hume, la ética no se basa en la razón, sino en los sentimientos y emociones que experimentamos ante las acciones humanas. Considera que las acciones moralmente buenas son aquellas que suscitan sentimientos de aprobación, mientras que las malas provocan emociones de rechazo. Aunque sostiene que estas emociones son fundamentales para la moralidad, Hume no cae en el relativismo moral, ya que cree que todos compartimos una misma naturaleza humana. Destaca la importancia del egoísmo para la supervivencia, pero también reconoce la presencia de emociones que nos motivan a cooperar y ayudar desinteresadamente a los demás, como la simpatía y la benevolencia. Estos sentimientos naturales son el fundamento de la moralidad y justifican nuestra vida en sociedad debido a su utilidad.
La Existencia de Dios en la Filosofía de Descartes
Descartes (1596-1650), en su búsqueda de conocimiento seguro, encuentra que la existencia del ser humano como pensante lleva al solipsismo sin la demostración de algo más allá. Identifica tres tipos de ideas:
- Las adventicias (provienen del mundo exterior)
- Las ficticias (creadas por la mente)
- Las innatas (inherentes al ser humano)
Considera la idea de un ser perfecto e infinito como innata y concluye que debe ser puesta en él por un ser perfecto: Dios. Esta idea innata de Dios garantiza la existencia de algo más allá del propio pensamiento. Además, Descartes argumenta que como Dios es perfecto, no puede querer engañar, convirtiéndose en garantía de certeza y existencia del mundo exterior.
El Ser Humano Según Descartes
Descartes postula la existencia de tres sustancias diferentes:
- Dios (res infinita)
- El alma o mente (res cogitans)
- El mundo físico (res extensa)
La primera verdad que encuentra es “pienso, luego existo”, asegurando la existencia de la mente pero dejando en duda todo lo demás, incluyendo la existencia de otros y del mundo físico. Descartes es acusado de solipsista, ya que solo puede afirmar su propia existencia intelectual. Sin embargo, tras demostrar la existencia de Dios, concluye que el ser humano es tanto cuerpo como mente, ni solo res cogitans ni solo res extensa. Esto lleva al dualismo cartesiano: el ser humano es tanto cuerpo como alma, y la voluntad dirige las acciones del cuerpo. La relación entre mente y cuerpo se explica con la glándula pineal.
Descartes recibe críticas de sus contemporáneos, como Isabel de Bohemia, Hobbes y Spinoza, quienes cuestionan su modelo dualista y la posibilidad de la libertad humana. Hobbes propone un enfoque monista donde todo es res extensa, mientras que Spinoza argumenta que los humanos están sujetos a las leyes de la naturaleza como cualquier otro ente extenso.
La Realidad en Descartes
Descartes, tras su duda metódica, llega a la conclusión de “pienso, luego existo”, y establece que Dios, al ser perfecto, no puede engañarlo, lo que garantiza la realidad del mundo que percibe. Define sustancia como aquello que existe por sí mismo, y reconoce tres sustancias: Dios (infinita), el alma (pensamiento) y el mundo físico (extensión). Cada sustancia tiene atributos (esencia) y modos (maneras en que se manifiesta).
El mundo físico funciona como un reloj mecánico, donde todo se explica por el movimiento de sus partes, negando el vacío y considerando la materia infinitamente divisible y homogénea. Descartes establece tres leyes del movimiento:
- Ley de conservación del estado: un cuerpo no comienza a moverse ni se detiene por sí mismo.
- Ley de conservación de la dirección: un cuerpo mantiene su movimiento rectilíneo a no ser que sea afectado por otro cuerpo.
- Ley de conservación de la cantidad de movimiento: el movimiento se comunica y permanece, no se genera ni desaparece.
El Conocimiento Según Descartes
Descartes lidera un cambio en la filosofía hacia la búsqueda del origen y fundamento del conocimiento, desafiando el escepticismo y la oscuridad de la Escolástica medieval. Considerado el primer racionalista moderno, desconfía de los sentidos y defiende la existencia de ideas innatas. Inspirado por la física y las matemáticas, aspira a unificar las ciencias bajo un método claro y riguroso. Utiliza la duda metódica para separar lo verdaderamente evidente de lo que se cree conocer. Tras cuestionar incluso las verdades matemáticas, llega a la conclusión de que “pienso, luego existo”, estableciendo así la certeza de la propia existencia como base para otras verdades.
Define tres tipos de ideas: adventicias, facticias e innatas, estas últimas inherentes al ser humano. La demostración de la existencia de Dios garantiza la certeza del conocimiento y supera cualquier forma de escepticismo, al asegurar que no estamos solos en la realidad percibida.