Introducción
Tras la crisis de Cuba, los partidos dinásticos intentaron reformas pero carecían de líderes sólidos. La muerte de Cánovas y Sagasta dejó al Partido Conservador y al Partido Liberal sin una dirección clara. Esta situación, sumada a la llegada de un nuevo rey y a los problemas económicos, generó una gran inestabilidad gubernamental. La oposición, por su parte, ganó influencia, mientras que Alfonso XIII, de quien se esperaba que liderara la regeneración, adoptó una actitud intervencionista, vinculándose estrechamente con los militares y exacerbando la crisis. En 1923, la Restauración se enfrentó a dos opciones: democratizarse o instaurar un gobierno autoritario. Finalmente, se optó por esta última opción con la dictadura de Primo de Rivera. La dictadura, sin embargo, cayó arrastrando consigo a Alfonso XIII, quien no supo liderar una transición política hacia un sistema constitucional.
1. La Época del Reformismo Frustrado (1902-1914)
1.1. El Reformismo-Regeneracionismo Frustrado
Alfonso XIII ascendió al trono en 1902 con la expectativa de liderar la regeneración del país. Sin embargo, su constante intervención en la política y su estrecha relación con los militares provocaron más desestabilización que mejoras. Los partidos dinásticos, carentes de líderes sólidos, intentaron implementar reformas sin éxito, manteniendo el caciquismo y el fraude electoral.
En el Partido Conservador, Antonio Maura intentó una “revolución desde arriba” con reformas administrativas, económicas y sociales. No obstante, se enfrentó a problemas con el rey y con la Semana Trágica.
En el Partido Liberal, José Canalejas promovió la modernización política con una mayor intervención estatal en lo social y laboral, así como la separación Iglesia-Estado. Sin embargo, su asesinato en 1912 marcó el fin del reformismo y la división dentro del liberalismo.
1.2. Fortalecimiento de la Oposición
Durante este periodo, la oposición se fortaleció, disminuyendo el poder de los partidos dinásticos en los procesos electorales. Surgieron varios grupos opositores:
- El Reformismo Republicano, representado por el Partido Radical de Alejandro Lerroux y el Partido Reformista de Melquiades Álvarez.
- El PSOE, que pasó de su aislamiento inicial a colaborar con otras fuerzas de izquierda, estableciendo coaliciones electorales.
- El Carlismo, que se moderó bajo Jaime de Borbón y llegó a tener 9 diputados.
- El Catalanismo, representado por la Lliga Regionalista, que logró éxitos como la Ley de Mancomunidades.
- El Nacionalismo Vasco, que se consolidó, controlando principalmente Vizcaya, con el PNV dividido entre tendencias independentistas y autonomistas.
- El Galleguismo, que no logró consolidarse como fuerza política.
- El Movimiento Obrero, con un fuerte crecimiento de sindicatos marxistas y anarquistas, destacando la creación de la CNT en Cataluña en 1910.
1.3. La Intervención de los Militares y la Semana Trágica
La intervención militar en el reinado de Alfonso XIII se manifestó en la crisis de 1905, cuando un grupo de militares asaltó la prensa crítica. Esta acción condujo a la promulgación de la Ley de Jurisdicciones, que militarizó los delitos de opinión.
La Semana Trágica, en 1909, surgió por la movilización popular contra la guerra en África y la represión gubernamental a las manifestaciones antimilitaristas y anticlericales. La huelga general en Barcelona derivó en una insurrección, que fue reprimida por el gobierno mediante el estado de guerra y el despliegue del ejército.
2. La Restauración Frustrada (1914-1923)
2.1. La Crisis de 1917
En la Crisis de 1917 confluyeron problemas políticos, económicos y sociales que desencadenaron tres conflictos: militar, parlamentario y social.
- La interferencia del ejército: La interferencia del ejército en la política se intensificó debido a la división entre los militares “africanistas” y “peninsulares”. Esta división condujo a la formación de las Juntas de Defensa, que presentaron demandas al gobierno, incluyendo mejoras presupuestarias, aumentos salariales y la convocatoria de Cortes Constituyentes. El gobierno de Eduardo Dato cedió ante estas demandas, legalizando las Juntas y otorgando así un gran poder al ejército.
- La crisis política: Ante la situación de crisis, el gobierno de Dato suspendió las garantías constitucionales y cerró las Cortes.
- La crisis social: Con la Primera Guerra Mundial, los salarios de los trabajadores perdieron capacidad adquisitiva, mientras que las empresas aumentaban los beneficios.
2.2. La Descomposición del Sistema
De 1917 a 1923, hubo una constante inestabilidad y pérdida de prestigio en el gobierno de la Restauración. Los partidos no lograban obtener mayorías sólidas y los gobiernos de concentración eran breves debido a rencillas personales. El ejército ganó protagonismo como “salvador” de la monarquía, presentándose como capaz de resolver los problemas del país.
Los partidos excluidos del sistema no tenían suficiente fuerza electoral para cambiar la situación. El PSOE creció, pero no logró atraer a las clases burguesas y sufrió una división interna que dio origen al Partido Comunista de España.
Con el aumento de huelgas y violencia, el ejército se presentó como la única garantía de orden. En Andalucía, los anarquistas lideraron revueltas campesinas, reprimidas duramente. En Cataluña, el nacionalismo creció, demandando autonomía, pero los intentos de Romanones de equilibrar Madrid y Barcelona fracasaron.
La intervención militar en Marruecos también fracasó, culminando en el Desastre de Annual, que llevó al golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, presentándose como el único capaz de estabilizar el sistema.