Giotto di Bondone (1267-1337)
Giotto di Bondone, pintor florentino del Trecento, es considerado un iniciador del Renacimiento en Italia. Descubierto por Cimabue mientras dibujaba ovejas de niño, su influencia fue determinante en movimientos pictóricos posteriores. Destacó en la pintura al temple y, aunque inicialmente en la tradición gótico-bizantina, evolucionó hacia una captación volumétrica, sombras y perspectiva. Sus obras más destacadas incluyen ciclos de frescos en la Basílica Superior de Asís (1291-1292), la Capilla Scrovegni en Padua (1305-1306) y Santa Croce en Florencia (1320). Su estilo influyó en artistas como Mantegna y Piero della Francesca, caracterizado por paisajes estilizados y profundos azules en sus cielos. Su fama llegó hasta Roma, donde recibió encargos papales, y cultivó amistad con humanistas según testimonios de Bocaccio y Dante.
Jan van Eyck (c. 1390-1441)
Jan van Eyck, destacado pintor flamenco del siglo XV, es considerado el más célebre de los Primitivos flamencos y uno de los mejores del norte de Europa. Se le atribuye el Ars nova, un estilo gótico tardío que anticipa el Renacimiento nórdico. Poco se sabe sobre su origen y posiblemente tuvo hermanos pintores. Reconocido como miniaturista, su realismo fotográfico se destaca en obras como el Políptico de la Adoración del Cordero Místico en Gante (1426-1432), utilizando el revolucionario óleo para detalles como telas y metales. Al servicio de Juan III de Baviera y luego de Felipe el Bueno, se instaló en Brujas en 1429, donde creó obras maestras como la Virgen del Canciller Rolin (1435) y el retrato burgués, como el Matrimonio Arnolfini (1434). Su influencia se extendió hasta Castilla, Aragón e Italia tras su muerte en 1441.
Rogier van der Weyden (1399/1400-1464)
Rogier van der Weyden, pintor primitivo flamenco, formado en el taller de Robert Campin, fue nombrado pintor de Bruselas en 1435. Aunque carece de obras firmadas y documentos, su prestigio en vida fue notable. Atribuciones se basan en obras como el Tríptico de Miraflores, Descendimiento (Prado) y Calvario (El Escorial). Van der Weyden destacó por su minuciosidad, creando vida en detalles como lágrimas y tejidos. Rompió los límites entre lo real y escultórico, situando figuras en espacios emotivos pero inverosímiles. En comparación con la generación de Van Eyck, enfocó en la carga expresiva, evidente en sus obras maestras como el Descendimiento y la Piedad. La similitud facial de san Juan sugiere un posible autorretrato.
Filippo Brunelleschi (1377-1446)
Filippo Brunelleschi, destacado arquitecto, escultor y orfebre renacentista italiano, es conocido por su obra en la cúpula de la Catedral de Florencia (Duomo). Su profundo conocimiento matemático y entusiasmo por la ciencia le llevaron a la invención de la perspectiva cónica en 1434, clave en la pintura renacentista. Pionero en la renovación arquitectónica más allá del Gótico, resolvió la cúpula de Santa Maria dei Fiori (1418-1434) con una estructura innovadora. En San Lorenzo de Florencia (1421-1428), introdujo formas cúbicas y la teoría de la pirámide visual para lograr armonía mediante perspectiva lineal de fuga, marcando un hito en la arquitectura renacentista.
Leon Battista Alberti (1404-1472)
Leon Battista Alberti, polifacético humanista renacentista italiano, fue arquitecto, secretario de tres papas, matemático y poeta. Como primer teórico artístico del Renacimiento, buscó reglas teóricas y prácticas para guiar a los artistas. Su obra “De re aedificatoria” (terminada en 1452) destaca la importancia del proyecto arquitectónico y describe casos relacionados con la arquitectura moderna. Como arquitecto, diseñó el Palazzo Ruccellai en Florencia (1447) con almohadillado, superposición de órdenes y monumental cornisa. En 1456, completó la fachada de Santa Maria Novella. Su proyecto audaz para San Andrés de Mantua destaca por una nave única de cañón y capillas alternantes, con una fachada inspirada en la arquitectura romana, marcando la madurez del Quattrocento y una fuerte influencia romana.
Masaccio (1401-1428)
Masaccio, pintor italiano del Quattrocento, aplicó por primera vez las leyes de la perspectiva científica desarrolladas por Brunelleschi. Comenzó su carrera en Florencia y se inscribió en el Arte en 1422, indicando su autonomía como pintor. Colaboró con Masolino en los frescos de la capilla Brancacci desde 1424-25. En 1426 inició el Políptico de Pisa y en 1428 se trasladó a Roma para decorar la capilla de San Clemente. Su obra influyó en maestros como Miguel Ángel. Murió a los 27 años en otoño de 1428, y aunque algunas fuentes sugieren envenenamiento, su legado destaca por la monumentalidad, simplicidad y uso magistral del espacio tridimensional.
Lorenzo Ghiberti (1378-1455)
Lorenzo Ghiberti, escultor y orfebre, con él arranca la escultura renacentista. Se dedicó toda su vida a hacer dos puertas del Baptisterio de Florencia. La primera puerta sigue el modelo de Andrea Pisano, 28 paneles lobulados con pocos personajes y con una gran fuerza en la anatomía y expresión (1404-1424). Consigue este encargo al ganar un concurso. La segunda puerta se llama la Puerta del Paraíso (1425-1452), se la encargan directamente a él sin concurso, con 10 paneles cuadrados con escenas del Antiguo Testamento, más figuras, que recuerdan el modelo romano, estudio de perspectiva, fuerza y naturalismo.
Donatello (1386-1466)
Donatello, el gran escultor del Quattrocento florentino, se formó en el taller de Ghiberti y trabajó para Brunelleschi. Será el gran precedente de Miguel Ángel. Viajó a Roma para estudiar la escultura clásica. Trabajó el mármol, bronce y madera, tanto en relieve como en bulto redondo. Utilizó la técnica del schiacciato. Trabajó todos los temas del Renacimiento, centrándose en la figura humana. Entre sus obras destacan el relieve de la Cantoría de la Catedral de Florencia, San Jorge, David y el Condottiero.
Fra Angelico (1395-1455)
Fra Angelico, cuyo nombre real era Guido di Pietro, fue un pintor renombrado del Quattrocento italiano, nacido en 1395. Fue un monje dominico conocido por su habilidad artística y devoción religiosa. Fra Angelico fue parte del Renacimiento temprano y su estilo se caracteriza por la pureza y serenidad, reflejando su profunda espiritualidad. Su enfoque es a menudo descrito como puro y angelical.
La Arquitectura Gótica: La Catedral
El edificio gótico por excelencia es la catedral. Presenta planta de cruz latina de tres o cinco naves, la central doble de ancha y alta que las laterales. Suele tener tres pisos: arcada, triforio y claristorio. Usa arcos apuntados u ojivales. También usa bóvedas de crucería: primeros sexpartitas, luego tetrapartitas y, por último, de terceletes. La bóveda se apoya en dos arcos fajones. Se usan arbotantes como medio para trasladar los empujes de la bóveda a los contrafuertes. Los tipos de arbotantes son los siguientes: simple, doble, doble vuelo, doble y de doble vuelo. Se usa el pináculo. También hay una sustitución de los muros por vidrieras en la fachada principal. Ofrece tantas puertas como naves tiene la iglesia. Grandes torres en los extremos. Galerías de reyes y rosetón central. Cabecera con girola. Capillas entre los contrafuertes. Pórticos en los extremos del transepto. Portadas abocinadas con arquivoltas. Torres coronadas con agujas caladas y pináculos que coronan los contrafuertes. El elemento de sustentación es el pilar. Los capiteles de las columnas pierden importancia. Cubiertas exteriores a dos aguas. El material de construcción es la piedra y sillería.