DESCARTES (FILOSOFÍA)
Problema del conocimiento
El problema del conocimiento según Descartes se centra en la búsqueda de un conocimiento indudable y certero. Descartes utiliza la duda metódica como herramienta para separar lo que creemos conocer de lo que es verdaderamente evidente e incontestable. Duda de los datos proporcionados por los sentidos, de la realidad presente e incluso de las certezas matemáticas. A través de la intuición y la deducción, Descartes busca alcanzar la certeza en el conocimiento. Además, considera que la existencia de Dios es fundamental para garantizar la certeza del conocimiento más allá del sujeto. El problema de la relación entre la mente y el cuerpo es tomado por Descartes a través de la glándula pineal, que conecta el alma y el cuerpo. En resumen, el problema del conocimiento para Descartes implica la búsqueda de la certeza y la relación entre la mente y el cuerpo.
Problema de Dios
El problema de Dios se plantea en el contexto de la búsqueda de un conocimiento indudable por parte de Descartes. Para él, la existencia del ser humano como cosa pensante se ve limitada al solipsismo si no se puede demostrar la existencia de algo más. Descartes defiende la existencia de tres sustancias distintas:
- Res infinita (Dios)
- Res cogitans (alma o mente)
- Res extensa (mundo físico)
La existencia de Dios se convierte en una garantía de certeza y de la existencia real del mundo exterior. Además, Descartes argumenta que la idea de Dios en nuestra mente no puede ser causada por un ser imperfecto como nosotros, sino que debe ser innata y puesta en nosotros por un ser perfecto. Esto lleva a Descartes a concluir que Dios es una sustancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente y omnipotente. La existencia de Dios garantiza la certeza del conocimiento y supera cualquier forma de escepticismo.
Problema del ser humano
El problema del ser humano, según Descartes, radica en la dualidad de su naturaleza como res cogitans (alma o mente) y res extensa (cuerpo físico). Descartes argumenta que el ser humano no puede ser solo una de estas sustancias, ya que tenemos experiencia de la libertad y el control sobre nuestro cuerpo. Descartes propone que la glándula pineal en el cerebro actúa como un órgano que conecta el alma y el cuerpo. Este planteamiento ha sido objeto de críticas por parte de otros filósofos. Isabel de Bohemia argumenta que la glándula pineal no resuelve el problema de cómo se relacionan el alma y el cuerpo. Hobbes propone una alternativa monista, argumentando que todo es res extensa y que el alma y Dios deben existir en algún lugar físico. Spinoza critica la concepción dualista de Descartes y sostiene que el ser humano sigue las leyes de la naturaleza como cualquier otro ente extenso, negando la posibilidad de la libertad humana.
Problema de la realidad
Descartes, tras la duda metódica, postula el cogito, ergo sum y la existencia de Dios como garantía de la realidad percibida. Define tres sustancias: Dios (infinita), alma (pensante) y mundo físico (extensa), cada una con atributos y modos distintos. El mundo físico funciona bajo el mecanicismo, explicado por leyes del movimiento. Estas leyes incluyen la conservación del estado, dirección y cantidad del movimiento. El universo se describe como lleno de cuerpos en movimiento y la materia es infinitamente divisible. Las leyes de Descartes abarcan la conservación del estado, dirección y cantidad del movimiento.
EL EMPIRISMO: HUME
El conocimiento
El conocimiento según David Hume se basa en el empirismo, que afirma que la experiencia es la única fuente de conocimiento. Hume niega la existencia de ideas innatas en la razón y sostiene que nuestro entendimiento es como una página en blanco al nacer. Según Hume, el conocimiento se compone de impresiones e ideas.
- Las impresiones son representaciones mentales de las percepciones y son más intensas y originarias.
- Las ideas, por otro lado, son copias de las impresiones y son menos vivas.
Hume establece que el límite del conocimiento son las impresiones recibidas a través de la experiencia. En cuanto al criterio de verdad, Hume sostiene que es la evidencia sensible. Para él, las proposiciones analíticas, como las matemáticas y la lógica, son conocimientos a priori y no requieren experiencia para ser conocidas. Por otro lado, las proposiciones sintéticas, que tratan sobre la realidad, son conocimientos a posteriori y su verdad o falsedad se descubre a través de la experiencia. Hume critica la idea de causalidad y argumenta que no podemos percibir la conexión necesaria entre una causa y un efecto. Para él, la relación causa-efecto se basa en la costumbre y la experiencia de haber percibido una sucesión habitual de eventos.
En cuanto a la ética, Hume defiende el emotivismo moral. Según su teoría, los juicios morales no son producidos por la razón, sino que son expresiones de nuestros sentimientos morales. Los juicios morales no son relaciones entre ideas ni descripciones de la realidad, sino que juzgan la realidad como buena o mala. Hume también critica la noción de “pacto social” en política, considerándola una ficción filosófica indemostrable.
La ética: el emotivismo moral
El emotivismo moral es una teoría ética defendida por David Hume. Según esta teoría, los juicios morales no son producidos por la razón, sino que son expresiones de nuestros sentimientos morales. Hume sostiene que los juicios morales no son relaciones entre ideas ni descripciones de la realidad, sino que juzgan la realidad como buena o mala. Estos juicios de valor son imposibles de ser percibidos y no se basan en la razón, sino en el sentimiento. Hume critica las éticas que intentan fundamentar sus principios en la razón, ya que considera que caen en la “falacia naturalista” al derivar el “deber ser” del “ser”.
La realidad: crítica a las ideas metafísicas
La realidad, según David Hume, se basa en el empirismo radical. Hume niega la existencia de ideas innatas en la razón y sostiene que nuestro entendimiento es como una página en blanco al nacer. El conocimiento se compone de impresiones e ideas, siendo las impresiones representaciones mentales de las percepciones y las ideas copias de las impresiones. Hume establece que el límite del conocimiento son las impresiones recibidas a través de la experiencia. En cuanto al criterio de verdad, Hume sostiene que es la evidencia sensible. Las proposiciones analíticas, como las matemáticas y la lógica, son conocimientos a priori y no requieren experiencia para ser conocidas. Por otro lado, las proposiciones sintéticas, que tratan sobre la realidad, son conocimientos a posteriori y su verdad o falsedad se descubre a través de la experiencia. Hume critica la idea de causalidad y argumenta que no podemos percibir la conexión necesaria entre una causa y un efecto. Para él, la relación causa-efecto se basa en la costumbre y la experiencia de haber percibido una sucesión habitual de eventos.
La política
La política, según David Hume, se basa en la utilidad para el género humano. Hume sostiene que la vida en sociedad es buena porque nos proporciona fuerza, habilidad y seguridad. Critica la noción de “pacto social” como una ficción filosófica indemostrable y afirma que la legitimidad del gobierno se basa en hechos como la usurpación, la transmisión hereditaria o la elección, así como en su utilidad, como el aumento de las riquezas y la defensa de la propiedad privada. Hume también critica las prácticas supersticiosas de la religión que no son útiles para el género humano. En resumen, Hume considera que la política se fundamenta en la utilidad y en hechos concretos, y no en principios abstractos o religiosos.