La Filosofía de Hume
El Emotivismo Moral
Hume, un filósofo empirista, sostenía que la moralidad se basa en las emociones y sentimientos, no en la razón. Creía que las percepciones son la base de todo conocimiento y que las impresiones, experiencias vívidas y directas, son más fundamentales que las ideas, pensamientos o recuerdos.
Hume distinguía entre el plano del ser, que se refiere a los hechos y acontecimientos, y el plano del debe ser, que se refiere a los juicios morales. Argumentaba que no podemos derivar el debe ser del ser y que, por lo tanto, la moralidad no puede basarse en la razón.
El emotivismo moral de Hume sostiene que tendemos a aprobar las cosas que nos agradan y a rechazar las que nos desagradan. Resumió esta idea con la frase:”La razón es y debe ser esclava de las pasiones y no puede aspirar a ninguna otra función que la de servir y obedecerla”.
Sin embargo, Hume no era relativista. Creía que, aunque la moralidad se basa en las emociones, compartimos muchas opiniones morales debido a nuestra naturaleza común.
Críticas a la Causalidad y la Sustancia
Hume también criticó las nociones de causalidad y sustancia. Argumentó que no podemos percibir directamente la conexión necesaria entre causa y efecto, sino que solo observamos que los eventos están asociados en el tiempo y el espacio. Por lo tanto, nuestra creencia en la causalidad se basa en la costumbre y la repetición, no en una conexión necesaria.
De manera similar, Hume cuestionó la idea de sustancia, argumentando que no tenemos una impresión directa de ella, sino solo una sucesión de impresiones y pensamientos. Por lo tanto, la idea de sustancia es abstracta y carece de fundamento en la experiencia directa.
Escepticismo
Estas críticas llevaron a Hume a adoptar una postura escéptica sobre la posibilidad de conocer la realidad objetiva más allá de nuestras percepciones. Argumentó que nuestras percepciones son todo lo que realmente tenemos y que no podemos estar seguros de que haya algo más allá de ellas.
La Filosofía de Descartes
El Racionalismo y el Método Cartesiano
Descartes, un filósofo racionalista, creía que la razón es la fuente principal del conocimiento. Desarrolló un método de cuatro pasos para obtener conocimiento confiable: evidencia, análisis, síntesis y repaso.
Descartes introdujo el criterio de verdad basado en la evidencia clara y distinta, lo que lo llevó a la duda metódica como herramienta para eliminar creencias falsas.
El Cogito Ergo Sum
La duda metódica de Descartes se centró en tres fuentes: los sentidos, el sueño y la hipótesis del genio maligno. Sin embargo, al dudar de todo, llegó a una primera verdad irrefutable: el cogito ergo sum, o”pienso, luego exist”.
Esta verdad se obtiene intuitivamente y lleva a Descartes a reconocer la importancia del sujeto pensante y de las ideas que surgen de la mente.
Ideas Innatas y la Existencia de Dios
Descartes distinguió entre tres tipos de ideas: adventicias, facticias e innatas. Destacó la importancia de las ideas innatas, como la idea de Dios, que surge de la necesidad de un ser infinito y perfecto.
Para demostrar la existencia de Dios, Descartes utilizó varios argumentos, incluida la proporción causa-efecto y el argumento de San Anselmo. La existencia de Dios garantiza la veracidad de nuestras percepciones y la realidad externa.
La Res Extensa
La tercera verdad de Descartes es la existencia de la Res extensa, o la materia extensa que ocupa un lugar en el espacio y está sujeta a leyes físicas. Esta concepción mecanicista del universo implica un determinismo, donde todo está predecido y el cuerpo humano se ve como una máquina.
La Filosofía de Kant
El Uso de la Razón y la Crítica de la Metafísica
Kant, un filósofo de la Ilustración, promovió el uso de la razón para liberar al hombre de la dependencia de la autoridad. Se preguntó por qué la filosofía no avanzaba al ritmo de las ciencias y si el método científico podría aplicarse en filosofía.
Para responder, Kant examinó el uso teórico y práctico de la razón en sus obras”Crítica de la razón pur” y”Crítica de la razón práctic”. También consideró cuestiones sobre la muerte, la religión y las emociones.
Kant distinguió entre cuatro tipos de juicios: analíticos y sintéticos, a priori y a posteriori. Al estudiar cómo es posible el conocimiento humano, identificó la materia (contenido) proveniente de la experiencia y la forma (organización) proporcionada por el sujeto.
El Idealismo Trascendental
Kant se adhirió al idealismo transcendental, que se refiere a las condiciones apriorísticas del conocimiento. En su”Crítica de la razón pur”, analizó las condiciones a priori de la sensibilidad y el entendimiento, así como las ideas de la razón.
Estas condiciones, como el espacio y el tiempo, no son propiedades objetivas de las cosas, sino formas de nuestra percepción y entendimiento. Kant identificó tres secciones principales en su obra: la estética trascendental, la analítica trascendental y la dialéctica trascendental.
La estética trascendental examina las condiciones de la sensibilidad, mientras que la analítica trascendental estudia las del entendimiento. La dialéctica trascendental investiga las ideas de la razón, como el mundo, el alma y Dios, concluyendo que, aunque estas ideas son útiles para la reflexión, no pueden ser objeto de conocimiento científico debido a la falta de experiencias que las respalden.