Evolución de Republicanos y Nacionalistas en España

REPUBLICANOS

En las primeras décadas del siglo XX, la oposición más importante al sistema de la Restauración era el republicanismo. Estaba integrado por sectores de la clase media e intelectuales que aspiraban a la democratización política de España y a la implantación de la república.

En 1903 se constituye la Unión Republicana impulsada por Alejandro Lerroux y Nicolás Samerón. El nuevo partido logró ese año un notable éxito electoral en las grandes ciudades. Sus divergencias ideológicas terminaron por dividirlo en dos tendencias:

El republicanismo moderado y reformista que apostó por el abandono de la vía insurreccional optando por la lucha electoral y parlamentaria y que dará lugar en 1912 a la creación del Partido Reformista dirigido por Melquíades Álvarez

El republicanismo radical, liderado por Alejandro Lerroux, muy implantado en Cataluña. Se caracterizó por su discurso populista, anticlerical y anticatalanista. De aquí surge en 1908 el Partido Radical, que a la larga acabaría adoptando posiciones más moderadas.

Dentro de los partidos republicanos, pero con una marcada identidad propia, está el PSOE que obtiene su primer escaño en las Cortes en 1910, al presentarse a las elecciones dentro de la llamada Conjunción Republicano-Socialista. El PSOE se muestra partidario de colaborar con el republicanismo pero sin renunciar a su proyecto revolucionario.

Durante la Dictadura de Primo de Rivera se crean nuevas organizaciones republicanas como Alianza Republicana en 1926 integrada por Acción Republicana, Partido Republicano Catalán y Partido Radical. En 1929 se constituye la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA), en 1930 se crea la Derecha Liberal Republicana y la Agrupación al Servicio de la República y en 1931 se constituye Esquerra Republicana de Cataluña (ERC).

NACIONALISTAS

A fines del siglo XIX, nacen en Cataluña y el País Vasco movimientos que cuestionan la existencia de una única nación española en España. El punto de partida de los argumentos nacionalistas consiste en afirmar que Cataluña y el País Vasco son naciones y que, por consecuencia, tienen derecho al autogobierno. Esta afirmación la basan en la existencia de unas realidades diferenciales: lengua, derechos históricos (fueros), cultura y costumbres propias. En la década de 1830, se inicia la Reinaxenca, movimiento intelectual y literario basado en la recuperación de la lengua catalana. En 1882, Valentí Almirall creó el Centre Catalá, organización política que reivindicaba la autonomía y denunciaba el caciquismo de la España de la Restauración. Enric Prat de la Riba fundó la Unió Catalanista (1891) de ideología conservadora y católica. Al año siguiente, esta organización aprueba las Bases de Manresa, programa en el que se reclama el autogobierno y una división de competencias entre el estado español y la autonomía catalana. En 1901 nace la Lliga Regionalista con Francesc Cambó y Prat de la Riba. Es un partido conservador, católico y burgués con dos objetivos principales:

  • Autonomía política para Cataluña dentro de España.
  • Defensa de los intereses económicos de los industriales catalanes (política comercial proteccionista).

El nacionalismo catalán se extendió esencialmente entre la burguesía y el campesinado. Mientras tanto, la clase obrera abrazó mayoritariamente el anarquismo.

A lo largo del siglo XIX, las sucesivas Guerras Carlistas supusieron la eliminación de los Fueros Vascos, en un complicado proceso que culminó con la Ley de 21 de julio de 1876, que supuso la definitiva liquidación de los fueros. La burguesía vizcaína, enriquecida por la naciente revolución industrial, fue el terreno social en el que nació el nacionalismo vasco. El Partido Nacionalista Vasco, PNV, fue fundado por Sabino Arana Goiri en 1895. Este hombre, nacido en el seno de una familia carlista y ultracatólica, formuló los fundamentos ideológicos del nacionalismo vasco:

  1. Independencia de Euskadi y creación de un estado vasco independiente en el que se incluirían siete territorios, cuatro españoles (Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, Navarra) y tres franceses (Lapurdi, Benafarroa y Zuberoa)
  2. Radicalismo antiespañol. Exaltación y búsqueda del mantenimiento de la pureza racial. Esta actitud racista implicaba la oposición a los matrimonios entre vascos y maketos (habitantes del País Vasco procedentes de otras zonas de España), rechazo y desprecio ante estos inmigrantes, en su mayoría obreros industriales.
  3. Promoción del idioma y de las tradiciones culturales vascas. Euskaldunización de la sociedad vasca y rechazo de la influencia cultural española
  4. Conservadurismo ideológico, tanto en el terreno social como en el político, que lleva al enfrentamiento con el PSOE, principal organización obrera en Vizcaya.

La influencia social y geográfica del nacionalismo vasco fue desigual. Se extendió sobre todo entre la pequeña y media burguesía, y en el mundo rural. La gran burguesía industrial y financiera se distanció del nacionalismo, y el proletariado, procedente en su mayor parte de otras regiones españolas, abrazó mayoritariamente el socialismo.

El nacionalismo vasco arraigó fundamentalmente en Vizcaya y Guipúzcoa y menos en Álava y Navarra. En los primeros decenios del siglo XX se inició en el seno del PNV una división entre un sector más radical independentista y otro más moderado que optaba por la autonomía. Esta tendencia moderada se consolidó como la principal fuerza política del País Vasco.