– Los Austrias del siglo XVII: el gobierno de validos. La crisis de 1640.
Felipe III inició la privanza, dejando el poder a un valido o privado, aunque esto no era un cargo oficial. El Duque de Lerma (su valido), colocó en los altos cargos a sus parientes y amigos. Convenció al rey de trasladar la capital a Valladolid (solo por 5 años, hasta 1606). Llevó una política pacifista ante las potenciales mundiales por su falta de recursos (Tratado de Londres y Tregua de los 12 años con las Provincias Unidas). Le sucedió su hijo el Duque de Uceda, inútil ante los problemas de España.
La política interior de Felipe III destacó por la expulsión de los moriscos en 1609, sospechosos de colaborar con turcos.
El Conde Duque de Olivares fue valido de Felipe IV, justo cuando se estaba disputando la hegemonía de los Austrias en Europa (guerra de los 30 años 1618-48), arruinando al país. Para intentar aumentar los recursos de la monarquía se dio la Unión de Armas, un ejército común financiado por los reinos. Provocó rechazo general, llevando a la crisis de 1640.
Rebelión catalana
7 de junio de 1640, se produjo en Barcelona el Corpus de Sangre, entre segadores y funcionarios reales; el virrey fue asesinado; se envió un ejército de 30 mil hombres para sofocar la rebelión. Los catalanes pidieron ayuda a Francia, convirtiéndose en 1641 en república bajo su protección. La crisis económica y la opresión francesa (Luis XIV) provocó la rendición de los catalanes en 1652, con la condición de respetar sus antiguos fueros.
En 1641 se produjo en Andalucía una conspiración dirigida por el Duque de Medina Sidonia, que fracasó. Portugal se independiza aprovechando la rebelión catalana y descontentos con la política internacional hispánica, proclama rey al Duque de Braganza.
Cada vez querían menos al valido actual, y en 1643, Felipe IV le sustituye por Don Luis de Haro. En la primera parte del gobierno de Carlos II (Sucesor de Felipe IV) su madre llevó a cabo la regencia con validos como, Nithard o Fernando de Valenzuela. A su mayoría de edad primero gobernó Juan José de Austria y después el Duque de Medinaceli y el conde de Oropesa, que realizaron una acertada política financiera de reducción de impuestos, acabando con la crisis del XVII, poniendo las bases de la recuperación del XVIII.
– La guerra de los Treinta Años y la pérdida de la hegemonía española en Europa.
Con Felipe III se interrumpió la Pax Hispánica. La muerte de Isabel I de Inglaterra posibilitó la paz entre ambos países firmando el Tratado de Londres (1604) y la ruina financiera de la corona española obligó a firmar con Holanda la Tregua de los Doce años (1609-21). Pero desde 1618 (reinado de Felipe IV) un conflicto entre el emperador Fernando II y los príncipes protestantes alemanes (Defenestración de Praga) derivó en una Guerra general europea (Guerra de los 30 años, 1618-48). En un bando los Habsburgo, austriacos y españoles, que pretendían mantener su hegemonía en Europa y defender el catolicismo (promovido por el Conde Duque de Olivares). Españoles y austriacos llevaron la iniciativa durante los primeros años (Rendición de Breda). Pero, el conflicto dio un giro en 1635, con la entrada de la católica Francia al lado de los protestantes.
En 1640, Portugal se independizó de España en el contexto de la crisis generalizada: Cuando finalizó la tregua de los 12 años, se renovaron las hostilidades entre España y Holanda y la Rebelión de Cataluña. En 1643 Francia derrota a España en la Batalla de Rocroi y en 1648 tras la guerra de los 30 años, se firma la Paz de Westfalia. España tuvo que reconocer la independencia de las Provincias Unidas (Holanda), pero no firmaba la paz con Francia, hasta 1659 (Paz de los Pirineos), donde cedió a Francia el Rosellón, la Cerdeña, la región del Artois y algunas plazas flamencas, además de concertar el matrimonio de una infanta de España con Luis XIV. España perdió su hegemonía en Europa. Carlos II reconoció la independencia de Portugal, 1668. España fue víctima de la política agresiva y expansionista de Luis XIV. En la Paz de Aquisgrán (1668), España cedió a Francia Lille y otras plazas fronterizas y en la Paz de Nimega (1678) entregó el Franco Condado y otras plazas flamencas. Francia emergió como potencia mundial y España queda en segundo plano. En 1700, de la herencia de Carlos V, España solo conserva los Países Bajos del Sur, el Milanesado, Nápoles, Silcilia y Cerdeña. Además, será el terreno de disputas de potencias por obtener la sucesión de la corona (Guerra de Sucesión 1701-14).
– Principales factores de la crisis demográfica y económica del siglo XVII y sus consecuencias.
Hubo una gran depresión económica en el siglo XVII, debido a:
- Todas las guerras.
- Menor producción de metales preciosos en América.
- Menos ingresos del Estado (aduanas, minas, etc).
La recesión económica produjo una caída de la producción agraria, de la ganadería, y de la demanda de artesanía y comercio (industria textil). La corona tomó medidas que hundieron la economía: más impuestos (menos demanda), devaluaron la moneda (crisis del Vellón), que provocó una nueva revolución de los precios y la ruina de la artesanía y el comercio por la invasión de las manufacturas extranjeras. A todo esto se le sumó la venta de privilegios nobiliarios, la caída del comercio con América (debido al contrabando, holandeses, ingleses y franceses), y la disminución de las cosechas por las malas condiciones climáticas.
La crisis se agravó por el descenso demográfico, debido a:
- Guerras.
- Enfermedades.
- Huidas (dificultades económicas).
- El número de clérigos.
Esta situación empeoró por la expulsión de los moriscos en 1609 (Valencia y Aragón).
La crisis afectó a todos los estamentos, produciéndose una profunda reorganización social.
- La nobleza, que aumentó debido a las ventas de títulos, vio disminuir sus ingresos y tuvo que aumentar las rentas al campesinado.
- En el clero, el número de religiosos creció.
- El asalariado urbano tuvo que pagar más impuestos, lo que provocó que tuvieran que vender sus tierras y emigrar, otros acabaron mendigando.
- La burguesía o se hundió, o dejaron sus negocios e invirtieron en tierras, señoríos y rentas fijas (rentismo), incluso compraban títulos nobiliarios.
Con la crisis aumentaron los grupos improductivos (nobles, clérigos, etc), frente a los productivos (artesanos, campesinos, etc). Pero hacia 1680 la crisis se acaba, esto provocó una expansión demográfica y económica en el siguiente siglo.