A finales del siglo XIX y principios del XX, la literatura española trata de superar el lastre que supone el Realismo y el Naturalismo estéticos. Surgen así dos movimientos literarios similares, el Modernismo y la Generación del 98, que tratan básicamente de dar respuesta a la realidad que atraviesa España, y que abarcan aproximadamente las dos décadas que forman la bisagra entre ambos siglos. Ambos se gestan en los años 80, triunfan en los 90 y decaen hacia 1910. Se trata, por tanto, de una sola generación con dos talantes: uno más estetizante, que se inclina por la evasión y el elitismo, y otro más «político» e ideológico, que prefiere la crítica.
El Modernismo
El Modernismo es un movimiento cultural y literario que se introdujo en España de la mano de Rubén Darío, quien lo importó desde Hispanoamérica, y que supuso una renovación total de la poesía. Es una corriente que sigue la influencia del Simbolismo, el Parnasianismo y el Decadentismo. La renovación de temas y lenguaje iniciada por los románticos, así como por Baudelaire en «Las flores del mal» y por los demás poetas simbolistas, constituye la clave para entender muchos de los poemas posteriores de Rubén Darío o Antonio Machado. Frente a etapas anteriores, como el realismo, el autor modernista se escapa de la realidad, por lo que su obra tiene mucha relación con los autores románticos del siglo XIX.
Fue en este último país donde publica su primer libro, titulado Abrojos, pero el que le da la fama es el siguiente título, Azul, que recopila una serie de poemas y textos en prosa. Tras alcanzar la gloria en el mundo literario, se dedica al periodismo. Reside en Argentina donde en 1896 publica Prosas profanas y otros poemas, el libro que supone la consagración definitiva del Modernismo literario en español y que tiene como principales motivos cisnes, princesas soñadoras, fauna mítica, etc. Con el tiempo los poemas de este libro alcanzarían una gran popularidad en todos los países de lengua española. En 1898, año crucial para la literatura española, Rubén Darío viaja a España. Su llegada es recibida con entusiasmo por parte de escritores por entonces jóvenes como Juan Ramón Jiménez, Valle-Inclán o Unamuno.
Hay, sin embargo, varios temas recurrentes en su obra. En primer lugar, los temas metafísicos sobre la temporalidad del ser humano y la muerte. Aparece este asunto ya desde un ámbito filosófico general como en la realidad concreta, especialmente a partir de la muerte de Leonor. Como otros autores de su tiempo, Machado se pregunta por la existencia de Dios. Empieza escribiendo bajo el influjo de Rubén Darío, sin poder sustraerse a su poderoso estilo en Soledades, galerías y otros poemas, obra que define su etapa modernista. Su vocabulario es muy rico, lleno de adjetivos y metáforas; recurre a símbolos como el agua, la tarde, la fuente, el camino, los jardines… Como temas frecuentes cabe destacar la melancolía otoñal, la soledad, el paso del tiempo, la infancia perdida, la muerte, la monotonía, los sueños, el amor, Dios, etc. La obra de Antonio Machado está muy relacionada con su propia vida. Fruto de su trabajo como maestro de francés, se traslada a Soria donde conoce a la joven Leonor, con la que se casa.
La Novela Española de Principios del Siglo XX
Tras el auge y éxito de la novela naturalista y realista a finales del siglo XIX, comienza una nueva etapa en la que se trata de romper con los esquemas narrativos realistas: frente al narrador omnisciente que conoce cada una de las andanzas y sentimientos del protagonista, avanzamos ahora hacia un narrador que nos muestra una visión fragmentada del mundo. El personaje de la nueva novela europea de principios del siglo XX se encuentra desamparado e importan más su psicología y su actitud ante el mundo que la descripción minuciosa de calles o maneras de vivir. En Europa se están dando las condiciones ya para una nueva novela, que culminará en obras polémicas como el Ulises de Joyce, del año 1922, o la monumental Busca del tiempo perdido de Proust. Muchos de los autores dan a conocer sus novelas breves y relatos en estas publicaciones periódicas. Además, son numerosas las publicaciones de textos narrativos breves en colecciones como La novela semanal, El cuento semanal etc.
Precursores y Figuras Clave
Antes de llegar a Pío Baroja y Miguel de Unamuno, señalamos otros autores:
- Ángel Ganivet es considerado el precursor de la llamada Generación del 98, por sus comentarios sobre la decadencia española. Su principal obra son los Trabajos del infatigable creador Pío Cid.
- José Martínez Ruiz, es, además de novelista, dramaturgo y ensayista, uno de los teóricos de la Generación del 98, puesto que fue él quien dio la primera nómina de sus integrantes. Como novelista, a Azorín le interesa más la observación que la acción. Por eso sus novelas se llenan de una sintaxis breve, con abundancia de adjetivos y lenguaje muy rico y arcaico. La obra más interesante es la serie Memorias de un hombre de acción, que incluye 22 novelas. Después de la Guerra Civil, destacan sus memorias Desde la última vuelta del camino, muy interesantes para conocer su pensamiento.
En 2015, muchos años después de su muerte, se ha publicado una novela inédita de Baroja titulada Los caprichos de la guerra y en 2018, la versión no censurada de Laura o la soledad sin remedio