La Segunda República Española: Reformas, Conflictos y Revolución

Directorio Militar

Tras el golpe de Estado de Primo de Rivera, se estableció un Directorio Militar que concentró todos los poderes en manos del propio Primo de Rivera. El Directorio suspendió las garantías constitucionales, disolvió las Cortes y destituyó a los gobernadores civiles de las provincias. También se decretó la intervención de los ayuntamientos y las diputaciones provinciales, y se publicó el decreto de incompatibilidades, que prohibía a los antiguos ministros y altos funcionarios intervenir en asuntos del Estado.

Directorio Civil

En diciembre de 1925, se constituyó el Directorio Civil, que incluía a viejos amigos de Primo de Rivera, como el militar Martínez Anido, y a nuevos políticos, como Calvo Sotelo y el conde de Guadalhorce. El gobierno mantuvo en suspenso los preceptos constitucionales y legislaba por decreto. La economía experimentó un crecimiento gracias a la bonanza económica europea, pero el régimen no aportó nuevos modelos económicos ni esquemas de acción, limitándose a propiciar la industrialización desde un intervencionismo estatal y a mejorar la agricultura y el comercio exterior.

El Pacto de San Sebastián

En 1930, se firmó el Pacto de San Sebastián, que reunió a tres fuerzas políticas para promover un cambio hacia la república: los constitucionalistas, los republicanos históricos y el Partido Socialista. El pacto implicó la creación de un comité revolucionario compuesto por Alcalá Zamora, Maura, Domingo, Prieto, Azaña, Albornoz y De los Ríos. Sin embargo, la CNT y otras fuerzas obreras no participaron en el pacto, que solo contó con la representación del PSOE.

La Constitución de 1931

El 14 de abril de 1931, tras el triunfo de las candidaturas republicanas en las grandes ciudades, se proclamó la República. El rey Alfonso XIII se exilió y se formó un Gobierno Provisional presidido por Niceto Alcalá Zamora. El gobierno adoptó medidas para la reforma agraria, laboral, militar y educativa, y puso en marcha el Estatuto provisional de autonomía de Cataluña. Sin embargo, el ambiente social se encrespó debido a las huelgas promovidas por la CNT y a los enfrentamientos entre la Iglesia y el nuevo gobierno.

Bienio Reformista

Tras la aprobación de la Constitución en diciembre de 1931, se inició un nuevo período con un gobierno presidido por Manuel Azaña. El gobierno emprendió un amplio programa de reformas, que incluyó reformas laborales, educativas, militares y agrarias. Las reformas laborales favorecieron la posición de los trabajadores y sindicatos, mientras que la reforma educativa amplió la construcción de escuelas y la contratación de maestros, e hizo que la religión dejara de ser asignatura obligatoria. La reforma militar exigió el juramento de fidelidad al nuevo régimen republicano, lo que provocó el retiro voluntario de algunos jefes y oficiales. La reforma agraria buscaba el reasentamiento de campesinos sin tierra en latifundios insuficientemente explotados, pero su aplicación fue un fracaso.

La Revolución de Asturias

En octubre de 1934, se produjo la Revolución de Asturias, una insurrección obrera que formó parte de la huelga general revolucionaria organizada por los socialistas en toda España. La revolución solo arraigó en Asturias, donde la CNT se integró en la Alianza Obrera propuesta por la UGT y el PSOE. La Comuna Asturiana instauró un régimen socialista en las localidades donde predominaban los socialistas o comunistas, y un régimen comunista libertario donde predominaban los anarcosindicalistas de la CNT. La revolución fue duramente reprimida por el gobierno radical-cedista de Alejandro Lerroux, que recurrió a las tropas coloniales marroquíes y a la Legión procedentes del Marruecos español.