La Generación del 27: Vanguardismo y Tradición en la Poesía Española
Rasgos Generacionales
- Nacidos entre 1891 y 1905
- Talante liberal, progresista y laico
- Lazos de amistad y actividades comunes: Residencia de Estudiantes de Madrid, Centro de Estudios Históricos, colaboración en revistas (La Gaceta Literaria, Litoral…)
Características Literarias
- Integración de la novedad de las vanguardias con la tradición
- Admiración por autores del 98 como Unamuno y Machado
- Influencia de Ortega y Gasset (deshumanización del arte), Ramón Gómez de la Serna y Juan Ramón Jiménez (considerado su maestro)
- Devoción por los clásicos españoles: Lope, Quevedo, Cervantes, Fray Luis y, especialmente, Góngora
- Rescate de la poesía tradicional de romanceros y cancioneros
- Ecos del romanticismo de Bécquer
Temas Tratados
- La ciudad, los tiempos modernos, el futurismo; pero también el desarraigo y la deshumanización de la urbe
- La naturaleza próxima a la realidad cotidiana del artista: amaneceres, jardines; que aparece también como un paisaje añorado o como la proyección del mundo interior del poeta (Marinero en tierra de Alberti)
- El amor: pleno, libre, sin prejuicios
- El compromiso con su tiempo, con el arte, con sus amigos y con la realidad política y social
- El destino del hombre y la religión desde distintas perspectivas
Lenguaje
- Las imágenes se convierten en la base del poema; tanto la imagen tradicional como la imagen irracional (sin relación lógica entre el término real y el imaginario)
- Métrica: queda definitivamente incorporado a la poesía el verso libre, cuyo ritmo se consigue mediante la repetición de ideas, palabras y estructuras semánticas, que combinan con estructuras tradicionales, tanto cultas (sonetos, décimas,…) como populares (romances, letrillas, coplas, seguidillas…)
Etapas de la Generación del 27
–1ª etapa: (1922-1928) síntesis y poesía pura: síntesis de tradición y vanguardia, siguen la poesía pura de J.R. Jiménez. –2ª etapa (1928-1939) En un primer momento hay una época humanizada: entran temas personales como la infancia, el amor, o la denuncia social. Introducen recursos como la acumulación caótica. De 1931-1936 destacará la poesía social. Se preocupan por asuntos sociales y políticos de España. Muchos simpatizan con la II República. –3ª etapa (a partir de 1939) Coincide con el final de la Guerra Civil y el Exilio. Muchos poetas fueron perseguidos. Lorca es asesinado en Granada en 1936. Publican en el exilio, obras de nostalgia y desarraigo.PEDRO SALINAS (1891-1951) En sus primeras obras sigue la tendencia de la poesía pura con influencia de Juan Ramón Jiménez (Presagios, Seguro azar, Fábula y signo). No sigue la corriente surrealista, aunque tiene toques futuristas: escribe a la electricidad, a la máquina de escribir, etc. Se caracteriza por una poesía densa con antítesis, paradojas y juegos de palabras. Escribe sobre el amor: búsqueda, felicidad y desencuentro en dos poemarios que son sus obras maestras: La voz a ti debida (1933) y su continuación, Razón de amor (1936). En el exilio compone El contemplado, Todo más claro, Confianza. De esta etapa, destaca el poema Cero, suscitado por el horror de la bomba atómica.
FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-1936) Dejó importante obra poética y teatral antes de ser asesinado en 1936. 1ª etapa (1921-1928): perfecta unión de tradición y vanguardia. Vanguardia en el lenguaje elegido, símbolos y metáforas. La tradición está en los temas populares y la métrica: canciones tradicionales y romance octosilábico. De esta época son las obras Canciones, Romancero gitano, Poema del cante jondo. 2ª etapa (1928-1935): En 1929 viaja a EE.UU. con una beca de estudios. Escribe Poeta en Nueva York, con un lenguaje surrealista, con acumulaciones caóticas y metáforas visionarias. Habla del desconcierto de la gran ciudad sumida en una crisis económica y de su propia crisis personal. 3ª etapa. Últimas obras: Al volver de EE.UU. escribe también dentro del surrealismo Diván del Tamarit, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías y Sonetos de amor oscuro. El teatro de Federico García Lorca: Escribe tres obras de teatro que lo elevan a la cumbre del teatro del siglo XX: Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba. En ellas habla del destino trágico que conduce a la muerte a sus protagonistas en plena juventud. Temas que se ven no solo en el teatro, sino también en su poesía; parece una premonición dramática de su propio destino vital. RAFAEL ALBERTI (1902-1999) Recibe el Premio Nacional de Literatura por Marinero en tierra, que se inscribe dentro del neopopularismo (temas sencillos, métrica popular; pero renovada por la vanguardia) y continúa con esta línea en El alba del alhelí. En la obra cal y canto da un giro hacia lo culto y vanguardista. Su obra maestra es Sobre los ángeles en la que muestra una crisis espiritual y personal; cada uno de los ángeles simboliza los vicios y miserias humanos. En ella emplea la técnica surrealista (imágenes, verso libre) A partir de 1929 cultiva poesía social con Entre el clavel y la espada y en El poeta en la calle. Durante el exilio compone obras llenas de nostalgia y añoranza de la patria perdida como en Retornos de lo vivo lejano. LUIS CERNUDA (1902-1963) El tema principal de su poesía es el enfrentamiento entre el deseo (de amor, de libertad, de felicidad…) y la realidad (la frustración). En sus poemas habla fundamentalmente del amor desafortunado y el exilio. Reúne sus poemas en la obra La realidad y el deseo. Sus obra se divide en tres etapas: búsqueda de poesía pura en Perfil de aire; influencia del surrealismo y romanticismo: Los placeres prohibidos y Donde habite el olvido. Posteriormente, tras la guerra, escribe en un lenguaje más cercano, más sencillo y coloquial: Las nubes, Vivir sin estar viviendo o Desolación de la quimera.
En el primer tercio del siglo XX hay dos grandes tendencias que pugnan por consolidarse en los escenarios españoles. Por una parte, el teatro comercial, que responde a los gustos e intereses del público burgués y, por otra parte, un teatro renovador al margen de los beneficios económicos de los empresarios teatrales. 1. El teatro comercial se divide en: Teatro poético: en verso, vinculado al modernismo y al drama romántico. Es un teatro que se refugia en el pasado heroico, habla de patriotismo y caballerosidad; vacío de contenido y con falta de compromiso. Destaca: Eduardo Marquina con las Las hijas del Cid o En Flandes se ha puesto el sol. Teatro cómico: consolidado por arlos Arniches. Incluye el sainete, pieza breve, con una visión estereotipada de la realidad, con escenas costumbristas, personajes esquemáticos y diálogos humorísticos. Por ejemplo: El Santo de la Isidra de Arniches o El patio de los hermanos Álvarez Quintero. Además del sainete, se cultivó la tragicomedia grotesca con inquietud moralizadora. Por ejemplo, La señorita de Trévelez. Por último, Pedro Muñoz Seca cultivó el astracán, un teatro de humor absurdo repleto de retruécanos y chistes fáciles, por ejemplo: La venganza de don Mendo. Comedia burguesa: consiste en un nuevo teatro realista que expone los comportamientos y costumbres de la burguesía, a través de personajes cultos, refinados y elegantes. Cultivó esta comedia Jacinto Benavente, por ejemplo, Los intereses creados. 2. Teatro innovador Al margen de las salas comerciales, hubo varios intentos de teatro renovador. Entre ellos, cabe mencionar el teatro de la Generación del 98, que comprende los dramas esquemáticos de Unamuno y el teatro antirrealista de Azorín. A ello hay que añadir el teatro vanguardista de Jacinto Grau, que cultivó tragedia y farsa como El señor de Pigmalión; y de Ramón Gómez de la Serna que introduce la crítica a convencionalismos sociales como en Los medios seres, en la que los personajes aparecen pintados de negro por la mitad. También contribuyeron a la renovación otros autores de la Generación del 27 como Pedro Salinas o Alberti. Sin embargo, fueron dos personalidades las que culminaron esta tarea innovadora, cuyas obras han traspasado nuestras fronteras, a saber, Ramón María del Valle-Inclán, dentro de la Generación del 98 y Federico García Lorca, perteneciente a la Generación del 27.
La trayectoria teatral de Valle-Inclán (1866-1936) Valle-Inclán rechaza el realismo burgués y propone una total renovación de la escena española. Su teatro se divide en tres ciclos: 1) CICLO MÍTICO: Se trata de obras situadas en una Galicia intemporal, en un mundo de pasiones donde conviven lo sobrenatural, lo misterioso y la muerte. Lo componen las obras: Las comedias bárbaras: están formadas por Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata (1907-1922), Divinas palabras (1920) y El embrujado (1913) ambiente de las obras anteriores. 2) CICLO DE LA FARSA En esta etapa contrapone lo sentimental y lo grotesco para afrontar de otra manera la realidad y desmitificar la sociedad tradicional con un lenguaje cada vez más esperpéntico. Obras de esta etapa: Farsa infantil de la cabeza del dragón (1909), La marquesa Rosalinda (1912), Farsa italiana de la enamorada del rey (1920), Farsa y licencia de la reina castiza (1920). 3) CICLO DEL ESPERPENTO El esperpento sigue la tradición española representada por Quevedo y Goya. Intenta una deformación sistemática de la realidad para ofrecer su imagen grotesca. Se trata de una nueva estética, una visión crítica del mundo, despiadada. Además, comportan una intención renovadora de las formas literarias y del lenguaje. En el esperpento se deforman los personajes, pero también hay deformación idiomática: mezcla de registros elevados con formas de hablar castizas, de jerga o tabernarias. El ciclo se inicia con Luces de bohemia (1920): La acción transcurre en las calles de Madrid. Max Estrella recorre sus calles junto con don Latino de Híspalis: tabernas, librerías, etc. Hasta que fallece en el quicio de su casa. La obra es una crítica de la situación de España y una denuncia de la falsedad y la hipocresía social. Después escribe Martes de carnaval que incluye: Los cuernos de don Friolera (1921): Las galas del difunto (1926) y La hija del capitán (1927).La trayectoria teatral de Federico García Lorca (1898-1936): Dirigió el grupo La Barraca con el que llevó las obras clásicas del Siglo de Oro a las zonas rurales de España. Su actividad teatral se desarrolla en tres etapas:
1) Teatro de filiación modernista en verso: El maleficio de la mariposa (1919): drama que simboliza la pérdida de la inocencia infantil con la irrupción de la fuerza del Amor. El poeta se enamora de la Mariposa que representa el ideal inalcanzable y ello produce frustración. Mariana Pineda (1923) está escrita en verso. Dramatiza el intento frustrado de esta heroína, ejecutada en Granada en 183, de enarbolar los estandartes del amor y la libertad. 2) Búsqueda de nuevas formas: En un primer momento cultiva la farsa, bien para guiñol (Retablillo de don Cristóbal), bien para personas como La zapatera prodigiosa o Amor de don Perlimpín con Belisa en su jardín, que tratan sobre el matrimonio desigual entre un hombre mayor y una joven. Posteriormente, se centra en un teatro vanguardista, muy simbolista y surrealista, con gran dificultad en su puesta de escena, que el propio Lorca calificó de “comedias imposibles”. Son obras vanguardistas El público (1930), que versa sobre el amor homosexual y Así que pasen cinco años (1931), en la que se habla de la nostalgia, el paso del tiempo y la frustración con un lenguaje surrealista plagado de símbolos. 3) Obras de madurez: Su trayectoria como dramaturgo culmina con un teatro cada vez más desnudo y más esencialmente humano. Componen esta etapa cuatro piezas con protagonista femenino que denuncian la opresión de la mujer en la sociedad. Bodas de sangre (1932) y Yerma (1934), están escritas en verso y en prosa. La primera trata sobre la represión de los impulsos amorosos. La Novia se escapa con su amante el día de su boda y es perseguida por la familia del novio. El novio y el amante mueren en un enfrentamiento. La segunda aborda el tema de la maternidad frustrada. La mujer acaba asesinando a su marido cuando descubre que este no quiere tener hijos, y así toma las riendas de su destino. El tema de la frustración amorosa y la crítica a las convenciones sociales absurdas despunta en Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores (1935). Por último, La casa de Bernarda Alba (1936) es un “drama trágico” que representa el enfrentamiento entre el poder y la libertad. Bernarda tiene sometidas bajo su yugo a sus cinco hijas, a las que impone un riguroso luto y unas férreas normas de conducta. Ante esto, las únicas salidas son la sumisión, o bien la locura (María Josefa) o el suicidio (Adela, hija que representa la libertad y la pasión sexual).
La Guerra Civil supuso un corte profundo en la evolución natural de la literatura española. A esto contribuyó la muerte de autores destacados (Antonio Machado, fusilamiento de Lorca) y el exilio de muchos poetas de la Generación del 27. En este panorama destacó la figura de Miguel Hernández (1910-1942). MIGUEL HERNÁNDEZ fue un genial epígono de la Generación del 27. Domina la técnica poética y presenta un estilo vigoroso y angustiado. Su trayectoria se puede dividir en tres etapas: Antes de la Guerra Civil. Escribió Perito en lunas, obra de corte gongorino y vanguardista. Pasa después a una poesía humanizada de corte clásico en El rayo que no cesa, donde expresa el sufrimiento del amor no correspondido a través de imágenes surrealistas y símbolos. Durante la Guerra Civil. Escribe una poesía comprometida, antecedente de la poesía social. Viento del pueblo (pueblo oprimido y poeta como viento de salvación) y El hombre acecha (pesimismo y horror por la guerra) Después de la Guerra. En la cárcel compone Cancionero y romancero de ausencias, en el que evoluciona hacia la intimidad, expresa la ausencia de los suyos, el amor a su mujer, el recuerdo de la guerra, pero con un atisbo de esperanza. Poesía en la década de los 40 Según Dámaso Alonso la literatura en esta época se divide en dos tipos. Por una parte, la literatura arraigada no muestra crítica y aprueba la nueva situación política. Por otra parte, la literatura desarraigada refleja la desesperanza en el presente y en el futuro. En general, la literatura de esta época rehúye el vanguardismo y se centra en el ser humano (rehumanización). –Poesía arraigada: fue cultivada por los autores llamados de la Generación del 36, complacientes con el régimen de Franco. Se alejan de la innovación formal y poseen una visión épica de la realidad, con optimismo. Paralelamente, crean una poesía intimista que canta al paisaje, al amor a la belleza y al sentimiento religioso. Escriben en revistas como Escorial, Juventud o Garcilaso. Autores: Luis Rosales: Abril, La casa encendida: Leopoldo Panero: La estancia vacía; Dionisio Ridruejo: Poesía en armas, Sonetos a la piedra; José García Nieto: Víspera hacia ti; Luis Felipe Vivanco: Tiempo de dolor, El descampado.
–Poesía desarraigada o existencialista Refleja la vivencia individual del ser humano en tiempos de angustia y dolor. Los autores muestran falta de fe en el futuro. Temas: preocupaciones existenciales: muerte, tristeza, soledad, desesperación; búsqueda de la fe o del amor. Presentan gusto por el soneto, imágenes tremendistas, tono apasionado y desgarrador. Destacó Dámaso Alonso con Hijos de la ira (1944), obra en la que presenta un mundo dominado por el odio y la injusticia en el que Dios está ausente. Otros autores son Victoriano Crémer, Eugenio de Nora, José Hierro, Ángela Figuera, José Luis Hidalgo, Carlos Bousoño, Gabriel Celaya y Blas de Otero. la poesía social. Década de los 50 La literatura existencialista desemboca en el realismo social. Los poetas salen de su angustia interior e intentan presentar con objetividad la vida colectiva española y sus conflictos y alcanzan poco a poco un tonto de testimonio, protesta o denuncia. Exigen un cambio en la sociedad y creen que la literatura puede ser el motor de esa transformación. La poesía es comunicación (a la inmensa mayoría), testimonio (refleja la realidad) y herramienta de transformación (para construir una sociedad más justa). Sienten predilección por el verso libre, rupturas rítmicas y construcciones sintácticas simples. Autores destacados: José Hiero, Gabriel Celaya, Blas de Otero.BLAS DE OTERO (1916-1979) Es el gran poeta de la época y su obra resume la evolución de la poesía española desde 1939 hasta su muerte. Su obra se divide en tres etapas: -Existencialista de tono desgarrado. Búsqueda angustiosa de Dios, del amor y del sentido de la existencia humana. Son de esta etapa Ángel fieramente humano (1949) y Redoble de conciencia (1951), publicados más tarde con el título global de Ancia. -Poesía social de compromiso y solidaridad con los problemas de España. Destacan los libros Pido la paz y la palabra (1955) y Que trata de España (1964). Muestra voluntad de llegar a la inmensa mayoría, con un lenguaje claro y tono coloquial. -Etapa cercana al experimentalismo: Historias fingidas y verdaderas, Mientras y Hojas de Madrid (1968-1979),con mayor presencia de la intimidad y formas métricas más libres
La década de los 60 Los poetas de esta época reciben el nombre de Generación del 50 o del medio siglo. Proponen una renovación con respecto a la época anterior. Temas: poseen una actitud humanista y preocupación por los problemas del ser humano. La poesía ha de estar relacionada con los problemas sociales, pero debe tratarlos de un modo menos explícito, más evocador. Por otra parte, vuelven a los motivos de la intimidad, el paso del tiempo, la niñez, la familia, el amor, la soledad, la muerte… Estilo: Tienen voluntad de estilo y muestran un mayor cuidado del lenguaje que la generación anterior. Utilizan ironía y humor distanciador, además, siembran sus poemas de juegos de palabras cercanos al vanguardismo. En cuanto a la métrica predomina el verso libre, aunque también emplean estrofas clásicas. Son autores de esta generación: Ángel González, José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Claudio Rodríguez, Francisco Brines, José Agustín Goytisolo y Antonio Gamoneda. JAIME GIL DE BIEDMA (1929-1990) Es un poeta muy influyente en las generaciones actuales, sobre todo en los poetas de la experiencia. En su poesía se aprecia el tono confesional (en primera persona) e irónico, sincero. Con un lenguaje sencillo, narrativo y coloquial. Se refiere con frecuencia a una segunda persona y construye diálogos. Recoge sus recuerdos de infancia y juventud; pretende desenmascarar las contradicciones de la burguesía a la que él mismo pertenecía y relata sus experiencias amorosas. Entre sus obras sobresalen: Compañeros de viaje, Moralidades y Poemas póstumos. GLORIA FUERTES (1917-1998) Su nombre está ligado a dos movimientos literarios: la generación de los 50 y el Postismo (grupo literario de la posguerra). Empezó su carrera en los años 50 con Isla Ignorada, Aconsejo beber hilo y Todo asusta. En los años 40 y 50 colaboró en revistas infantiles como Pelayos, Chicos, Chicas y Chiquitito. En la década de los sesenta los elementos intimistas pasan al primer plano en obas como Ni tiro, ni veneno, ni navaja o Poeta de Guardia. Su poesía para adultos, marcada por la Guerra Civil, trata sobre asuntos sociales, vida, amor o dolor; todo ello con una gran imaginación y tono melancólico. Al lado de esta poesía, cultivó literatura infantil, sobre todo en su última etapa y llegó a recibir el Premio Andersen por su trabajo en 1968.