El Proceso de Conocimiento según Kant: Sensibilidad, Entendimiento e Imaginación

El Proceso de Conocimiento según Kant

Sensibilidad

Para Kant, la sensibilidad es la facultad con la que se captan las impresiones del exterior. Es pasiva y solo capta lo que la experiencia capta del fenómeno. En su Disertación de 1770, Kant observa que los fenómenos se dan en un espacio y en un tiempo, pero no son objetos de experiencia. Por lo tanto, se plantea la duda de si existen o son intuiciones puras. Si no existieran, las cosas del mundo empírico no podrían ubicarse en ningún lugar. Para poder hablar, debemos ponerlas en un cuándo y dónde; el entendimiento debe intuir las dimensiones espacial y temporal. Pero esta intuición es pura porque está vacía de contenido empírico. Espacio y tiempo no son conceptos del entendimiento. En la Estética trascendental, Kant analiza la sensibilidad y remite a las intuiciones puras. El espacio funda el valor de la geometría (forma externa de sensibilidad) y el tiempo funda la aritmética (forma interna). La sensibilidad es una de las condiciones que poseen los objetos.

Entendimiento

Para Kant, el entendimiento es activo porque elabora espontáneamente los conceptos puros o categorías. No son abstracciones que se realizan a partir de los datos de la experiencia sensible. Kant lo analiza en la Analítica trascendental.

Imaginación

La imaginación se encarga de sintetizar lo múltiple en la intuición. Actúa de dos maneras: reproductivamente (leyes de abstracción) y productivamente (categorías). Un interrogante consiste en cuáles son sus límites. Para resolverlo desde el conocimiento, se introduce el concepto de límite. La experiencia es el límite del conocimiento válidamente objetivo; a su vez, tiene límites de manera que no se conoce todo. La experiencia es el principio límite del fenómeno, a lo que Kant llama noumeno o aquello que no es accesible a la percepción.

Fenómeno y Noumeno

No hay saber científico sin intuiciones sensibles ni sin categorías. Los fenómenos, junto con su dimensión objetiva, incluyen un algo desconocido. La razón trata de pensar este algo no objetivo. Las ideas no son objetivas, ya que sobrepasan la experiencia, no tienen una base empírica y rebasan el límite de la objetividad. Los conceptos puros son contenidos a priori del entendimiento. A diferencia de los otros dos, necesitan de lo fenoménico. Esto significa que la realidad es solo lo que se puede conocer cuando conozco su posibilidad a priori. Es algo que está fijado por las propias leyes naturales. En la Dialéctica trascendental, Kant muestra lo que sucede con la razón.

La Razón

La razón tiende hacia lo incondicionado, lo infinito, lo eterno, lo absoluto, más allá de las experiencias. La tarea viene impuesta por la necesidad de dar coherencia y unidad a la experiencia. El entendimiento se ocupa de los fenómenos y los unifica en juicios. La razón empuja a buscar una síntesis cada vez mayor del conocimiento. Pero no nos lo afirma. Las ideas tienen una función regulativa, pero el fenómeno tiene al mismo tiempo algo inobjetivo. Hay tres errores: el psiquismo (alma), las antinomias y, por último, la ilusión de la razón. Que por responder la pregunta clave de si la metafísica es ciencia. No es posible hacer ciencia. Conocemos la metafísica como un uso no categorial.

Guía de Lectura: La Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres

Kant trata sobre el lugar y el papel de la filosofía moral dentro del sistema de las ciencias. Reconoce que la fundamentación de la metafísica de las costumbres solo será posible mediante una crítica a la razón pura en su uso práctico. Sin embargo, Kant partirá en esta obra del análisis de lo que es considerado como moralmente bueno en el”conocimiento vulgar de la razó”, en varias etapas, sin entrar en el examen complejo y pormenorizado que exigiría una crítica de la razón práctica. De ahí los títulos de sus tres capítulos que componen La Fundamentación. Así, pues, esta obra pone y expone los cimientos del edificio de un sistema de filosofía moral.

Kant parte de la constatación de que no hay nada que consideremos como bueno de verdad, a no ser que se actúe correctamente. Es verdad que hay otras cosas que pueden ser buenas, pero su bondad depende de las circunstancias. Tan solo la voluntad es lo único que un”seno entendimiento natura” estimará como verdaderamente valioso y bueno en sí mismo. La buena voluntad ya es buena por este mero querer determinarse a sí mismo para actuar siempre como es debido. Prosigue Kant, el concepto de una buena voluntad exige examinar el concepto de deber.

Si una buena voluntad es la que atiende tan solo a la representación del deber, Kant ve necesario aclarar la diferencia entre conforme al deber y actuar por deber. Está claro que a estas acciones (conforme al deber) no les atribuimos ningún mérito ni valor moral alguno, porque no han sido hechas por deber.

Por eso no cuenta cuál sea el objetivo que se propone, sino que cuenta la validez del principio de comportamiento. El deber será actuar siguiendo una máxima o regla de acción tal que pudiese ser ley. Esta sería la ley moral. Por eso la ética kantiana es llamada formal o formalista, porque no se ocupa de decirnos únicamente que”actuemos de este mod”.

Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta ahora, Kant señalará cuál es ese”principio supremo de moralidad. y la norma fundamental de la moral a la que llega no necesita de grandes ni de profundos conocimientos, sino que se haya ya implícita en lo que cualquier individuo sabe que es actuar bien moralmente.

En el capítulo segundo, Kant se ocupa de probar que el concepto del deber tiene una validez que no depende de la experiencia. Al contrario, cuando se trata de examinar la moralidad de nuestras acciones nos indignamos solamente qué es lo que la razón por sí misma ordena que debe suceder, que debemos hacer, como debemos actuar, independientemente de que haya o no quienes actuen de hecho así.

La razón presenta a la voluntad la necesidad de llevar a cabo ciertas acciones. Todos los imperativos se expresan por medio de un”tú debes ..” Todo imperativo exige a la voluntad de hacer algo que la razón considera bueno. Pero hay dos clases de imperativos: los hay que mandan de manera hipotética. Pero un imperativo que mandase sin más sería un imperativo categórico. Dentro de los imperativos están las”reglas y los”consejos de la sagacidad. Pero imperativos categóricos solo puede haber uno.