Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
Hacia 1923, la situación política y social en España era compleja. Los partidos Liberal y Conservador abandonaron su política de colaboración, mientras que las fuerzas nacionalistas ganaban apoyo en Euskadi y Cataluña. El movimiento obrero, por su parte, era visto como una amenaza por los patronos. A esto se sumaba el descontento de algunos mandos del Ejército, que despreciaban su subordinación al poder civil y buscaban resarcirse de las derrotas en el Rif. En este contexto, Miguel Primo de Rivera encabezó un golpe de Estado en 1923, dando lugar a la primera dictadura militar en la historia de España, con el beneplácito del rey Alfonso XIII.
Primo de Rivera se autodenominaba el “cirujano de hierro”, inspirado en las ideas de Joaquín Costa, con el objetivo de acabar con el caciquismo, el desorden público, la amenaza del nacionalismo y la crisis en Marruecos. Su plan consistía en resolver estos problemas y luego restablecer el régimen constitucional.
Medidas de la Dictadura
Una vez en el poder, Primo de Rivera estableció un Directorio Militar y declaró el estado de guerra, lo que le permitió suspender las garantías constitucionales, disolver las Cortes, censurar la prensa y reprimir a los comunistas del PCE y a los anarcosindicalistas de la CNT. La dictadura también reprimió el nacionalismo, suprimiendo la Mancomunidad de Cataluña, imponiendo el castellano y persiguiendo a partidos como el PNV. Para imponer el orden, se creó el Somatén, una milicia armada de apoyo a las fuerzas de seguridad. Además, se tomaron medidas para combatir el caciquismo, como la sustitución de gobernadores civiles por militares y la disolución de ayuntamientos.
Éxitos y Fracasos del Directorio Militar
El Directorio Militar logró poner fin a la guerra en Marruecos tras el desembarco de Alhucemas, donde, con la colaboración francesa, derrotaron a los rebeldes rifeños liderados por Abd el-Krim. Este éxito llevó a Primo de Rivera a crear el Directorio Civil (1925-1930), con ministros como Eduardo Aunós (Trabajo), José Calvo Sotelo (Hacienda) y el conde de Guadalhorce (Obras Públicas).
Durante este periodo, se intentó instaurar un Estado corporativo, con representación a través de delegados de familias, municipios, asociaciones patronales y sindicales, y la Unión Patriótica, un partido creado para movilizar a la población y apoyar al régimen. Posteriormente, se creó una Asamblea Nacional con representantes del partido, el Ejército, la Iglesia, instituciones territoriales y asociaciones patronales.
En el ámbito económico, la dictadura aprovechó la coyuntura favorable de los “felices años veinte”. Se promovieron las inversiones extranjeras, se llevó a cabo un programa de obras públicas y surgieron monopolios y oligopolios estatales como CAMPSA. Se intentó poner fin a la lucha de clases y la conflictividad social a través de la Organización Corporativa Nacional, un sindicato que agrupaba a patronos y obreros. Se implementaron medidas de protección social para los trabajadores, como casas baratas y servicios sanitarios, lo que atrajo a miembros de la UGT, como Largo Caballero.
Caída de la Dictadura
A finales de la década de 1920, el régimen comenzó a debilitarse debido al descontento del Ejército por la reducción de fondos y la falta de un sistema de ascensos satisfactorio. El republicanismo resurgió con la creación de la Alianza Republicana, a la que se unieron el PSOE, la UGT y la CNT. La universidad se convirtió en un foco de oposición, con estudiantes organizando asambleas, manifestaciones y huelgas. Intelectuales como Miguel de Unamuno mostraron su rechazo al dictador. La Gran Depresión impactó en la economía española, aumentando el desempleo y devaluando la peseta. Como resultado, Primo de Rivera perdió el apoyo del Ejército y del rey Alfonso XIII, viéndose obligado a dimitir en 1930. El rey encargó entonces al general Dámaso Berenguer la formación de un nuevo gobierno, iniciando la etapa de la “dictablanda”. Sin embargo, el descrédito de la monarquía y de los partidos tradicionales era tal que, tras las elecciones municipales de 1931, se proclamó la Segunda República.
Transición Demográfica en España (1900-1930)
A principios del siglo XX, España era un país atrasado con altas tasas de natalidad y mortalidad. La población española experimentó una transformación demográfica significativa en el primer tercio del siglo XX, caracterizada por un descenso de la mortalidad y la natalidad, lo que se conoce como la Transición Demográfica.
Descenso de la Mortalidad
La mortalidad disminuyó debido a las mejoras en las condiciones de vida y la creación de infraestructuras higiénico-sanitarias, especialmente en las ciudades. La reducción de la mortalidad catastrófica se debió a la disminución de crisis de subsistencias, epidemias y enfermedades. La única epidemia de gran impacto fue la gripe española de 1918, que causó entre 250.000 y 300.000 muertes en España. El descenso de la tasa de mortalidad infantil provocó un aumento en la esperanza de vida al nacer, que pasó de 35 a 50 años.
Reducción de la Natalidad
La natalidad disminuyó debido a diversos factores, como el retraso en la edad de matrimonio, el aumento del celibato y el crecimiento de la población urbana. El éxodo rural también contribuyó al descenso de la fecundidad. Como resultado, el crecimiento demográfico fue menor al de otros países. En 1900, la población española era de 19 millones de habitantes, mientras que en 1930 se situaba en 23,5 millones.
Movimientos Migratorios
Desde finales del siglo XIX, se intensificaron los movimientos migratorios, tanto internos como externos.
Emigración Exterior
La eliminación de las restricciones legales a la emigración impulsó la salida de españoles hacia otros países, especialmente América Latina, que experimentaba un crecimiento económico y ofrecía oportunidades para los inmigrantes. También hubo una importante emigración a Argelia. La Primera Guerra Mundial atrajo a muchos españoles a Francia para trabajar en la agricultura. El perfil del emigrante español era el de un hombre joven, campesino y alfabetizado, lo que tuvo un impacto significativo en la población activa española.
Emigración Interior
Las migraciones del campo a la ciudad se intensificaron en la década de 1920. Los principales destinos fueron Barcelona, el País Vasco y Madrid. En 1930, más de la mitad de la población de ciudades como Madrid estaba compuesta por inmigrantes.
Definiciones
Regeneracionismo
Corriente de pensamiento de finales del siglo XIX que buscaba una “regeneración” de la vida política y económica de España. Su figura más destacada fue Joaquín Costa, quien criticó la situación del país, señalando la incultura, el poder de la oligarquía y el atraso en relación con Europa. Propuso fomentar la educación, la europeización y una política económica basada en las obras públicas y la agricultura. El regeneracionismo influyó en la política, el pensamiento social y la literatura.
CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas)
Organización política de derecha que agrupaba a partidos republicanos, monárquicos y conservadores, unidos por la defensa de la religión católica y el conservadurismo social, con tintes fascistas. Fundada por José María Gil-Robles, apoyó al gobierno radical de Lerroux, lo que provocó la Revolución de Asturias de 1934. Sus miembros provenían de las clases medias y el campesinado católico. Incapaz de unificar a la derecha española, sus militantes apoyaron el golpe de Estado de 1936. Desapareció en 1936.
Ley de Reforma Agraria (1932)
Ley que buscaba crear una clase media propietaria agrícola, aumentar la rentabilidad del campo y redistribuir la tierra, especialmente en las zonas latifundistas de Andalucía, Extremadura, Castilla la Mancha y Salamanca. Su aplicación se encomendó al IRA (Instituto de Reforma Agraria), que debía expropiar tierras, indemnizar a los propietarios y asentar a familias campesinas. La ley no cumplió con las expectativas de los jornaleros y alarmó a pequeños, medianos y grandes propietarios.
Decreto de Unificación (1937)
Decreto promulgado por Franco al inicio de la Guerra Civil que unificaba a las fuerzas sublevadas bajo el mando de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS, partido único del régimen. Este decreto, con un claro contenido totalitario y fascista, dio origen al Movimiento Nacional.