La Ideología en Marx
Origen de la Ideología: El Estado Pre-Ideológico
Marx parte del hombre concreto que vive una determinada situación social, la cual viene dada por la producción social. Esta comienza con la satisfacción de las necesidades más elementales: comer, vestirse, cobijarse… Es entonces cuando el hombre empieza a diferenciarse de los animales, cuando fabrica sus propios instrumentos de producción.
En el estado previo a la ideología, el hombre está aún sometido a las fuerzas naturales, dominado por ellas, porque la naturaleza aún no ha sido transformada. El hombre hace sagrada la fuerza de la naturaleza y establece una relación real y religiosa con ella. Es la época de la religión natural, la de los mitos que son inventos de los hombres en los que reflejan su dependencia de las fuerzas de la naturaleza. Es una situación pre-ideológica donde empiezan a surgir las ideologías.
Nacimiento de la Ideología
La ideología como forma de conciencia deformada nace con la auténtica división del trabajo: trabajo intelectual – trabajo manual. En este momento comienza la posibilidad de que la conciencia se separe de la práctica social. Precisamente porque hay hombres que están separados de la práctica social de producción y que se dedican a crear teoría, formas de conciencia que hacen que otros tomen como real lo que no es sino producto de su imaginación. Por tanto, la ideología como forma de conciencia deformada significa que el mito se convierte en una teoría, donde los hombres crean ilusiones sobre seres extraños y superiores. Según Marx, al aparecer el capitalismo, la subordinación a la naturaleza se sustituye por la subordinación a la mercancía, al valor, al Estado o a sus propias construcciones ideológicas.
Deformación de las Ideologías
Para Marx, la ideología interpreta la realidad, la deforma. A pesar de que puede haber diversas clases de ideología, todas ellas coinciden en que falsean la realidad. Marx diferencia entre ideología política e ideología religiosa.
A. La Ideología Política
La ideología política consiste en declarar al pueblo soberano y a los ciudadanos libres e iguales. El falseamiento es claro: el pueblo es soberano según la Constitución y los ciudadanos son legalmente libres e iguales, pero la soberanía del pueblo, la libertad e igualdad son solo formales y no alcanzan al hombre real y concreto, porque en realidad lo que ocurre es que el Estado no es un árbitro imparcial, sino el instrumento de opresión en manos de la clase dominante.
A pesar de todo, según Marx, la ideología política es más cercana a la realidad porque el Estado es tangible en su forma de gobierno, lo que no sucede con la ideología religiosa.
B. La Ideología Religiosa
Para Marx, con la filosofía y la religión se aleja del mundo de lo concreto y se entra en el mundo de lo imaginario, de lo irreal, de lo que solo el ideólogo afirma que es real. La ideología religiosa y la filosófica solo son productos y maquinarias de los hombres que proyectan a las nubes su subordinación a la naturaleza y a sus relaciones sociales. Para Marx, la diferencia entre las dos es solo de grado, porque considera que la ideología religiosa es más primitiva, menos evolucionada. Toda ideología, excepto la científica, es irreal, pero la religiosa se corresponde con la ignorancia dentro de la historia de la humanidad.
Funcionalidad de la Ideología
La ideología tiene su origen en la división del trabajo y está unida a la propiedad privada de los medios de producción. Los dos constituyen el fundamento de la existencia de las ideologías, la cual está unida a la sociedad clasista.
La ideología que predomina en la sociedad es la de la clase dominante. Esta, que posee los medios de producción, refleja su situación social y elabora una teoría acerca de la sociedad y del hombre de carácter ideológico deformado; la elabora para justificar sus intereses: el dominio de la clase dominante. Más tarde, cuando la lucha de clases se agudiza, la clase explotada toma conciencia de sí misma y de su propio interés y elabora una ideología contrapuesta a la clase dominante para justificar la lucha de los explotados y la necesidad de un nuevo modelo de sociedad. Por tanto, la ideología juega un papel fundamental: justificar la propia situación.
La ideología religiosa para Marx juega un doble papel: por una parte, es expresión de la miseria del pueblo que adorna con flores las cadenas que lo esclavizan y, por otra, sirve a la clase dirigente para justificar su explotación. Por tanto, puede aparentar como resignación o como explotación, aunque Marx señala que también la religión puede ser protesta contra la miseria del pueblo. En ese caso, muestra la función y, en vez de servir como opio que adormece, puede servir como estimulante que despierta. Por tanto, el hecho religioso puede tener una funcionalidad ambigua.
Desaparición de las Ideologías
Tanto en “El Capital” como en “El Manifiesto del Partido Comunista”, Marx afirma que la ideología desaparecerá cuando desaparezca la subordinación de los hombres a la fuerza social, cuando pueda autodeterminarse con plena libertad, es decir, cuando se instaure una sociedad sin clases: la sociedad comunista.
Concretamente, la ideología religiosa desaparecerá en el proceso hacia la sociedad socialista, porque la burguesía no necesitará disponer de otra ideología secularizada más eficaz y los proletarios tampoco porque la mayoría ha prescindido de su creencia religiosa, fruto de una ignorancia que se va perdiendo, conforme el capitalismo lo va sustituyendo el socialismo y el comunismo.
El Materialismo en Marx
El Materialismo Histórico
El materialismo histórico es la ciencia marxista de la historia. Supone la transformación material de la filosofía histórica hegeliana. Para Hegel es la idea la que se va desenvolviendo dialécticamente y va constituyendo la historia. Para Marx, la historia hay que concebirla de forma dialéctica, pero donde Hegel dice ideas hay que poner materia.
El materialismo marxista consiste en la afirmación de dos ideas:
- Las relaciones que el hombre establece con la naturaleza y con los demás hombres son relaciones materiales, es decir, los hombres arrancan a la naturaleza sus bienes y luego producen e intercambian bienes materiales para poder satisfacer sus necesidades materiales. A esto lo llama Marx producción social de la vida.
- Estas relaciones son las que dan origen, en última instancia, a la ideología y a la estructura jurídico-política del Estado. Según Marx, no es la conciencia del hombre la que determina su ser social, sino que es su ser social el que determina su conciencia.
Este materialismo se opone al idealismo, en el que Marx distingue las siguientes diferencias:
- El idealismo de los filósofos: Estos dicen que las relaciones del hombre con la naturaleza y con los demás hombres son relaciones ideológicas, culturales, filosóficas, jurídico-políticas, pero de ninguna manera se fijan en las relaciones de tipo material para poder satisfacer las necesidades elementales de la vida. La suya es una manera idealista de ver, pensar e interpretar la realidad.
- El idealismo de los idealistas: Estos creen que la ideología y el Estado son los aspectos esenciales de una sociedad y que estas relaciones ideológicas son las que producen cierto tipo de relaciones económicas y sociales entre los hombres.
- El idealismo de los conservadores: Es el propio de quien sostiene que la realidad histórica existe, hay que aceptarla como un hecho absoluto, que no hay que pretender modificarlo, sino que hay que procurar entenderlo y tratar de expresarlo con una serie de razonamientos intelectuales de tipo económico y sociológico.
- El idealismo legitimador: Éste, en vez de ser un espectador de la realidad más o menos neutral, se convierte en sustentador de este régimen de opresión, porque en la interpretación idealista de las causas se aceptan, dando por bueno lo que hay y fomentando que las cosas queden como están sin intentar cambiarlas.
En realidad, Marx nunca dijo que todo lo que existe en el mundo sea materia, nunca negó la existencia de la inteligencia, el espíritu o la conciencia. El materialismo marxista no consiste en la negación de estas relaciones humanas, sino en la afirmación de que la producción, distribución, intercambio y consumo de bienes que tienen que satisfacer las necesidades elementales humanas son la raíz de que los hombres tengan una determinada mentalidad, elaboren unas determinadas leyes y se dé un determinado modo de gobernar la sociedad. Para Marx, la materia, es decir, la relación económica de producción a través de un proceso dialéctico va haciendo la historia. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual. Según Marx, el hombre no es como piensa, sino que piensa lo que es, lo que vive.
Los cambios históricos, según Marx, son de naturaleza dialéctica en el sentido de que en las sociedades se producen conflictos, contradicciones económicas que se resuelven por transformaciones fundamentales de la estructura económica. Estas contradicciones se manifiestan en la “lucha de clases”, enfrentamientos que son la mediación necesaria para que haya progreso histórico. La destrucción y transformación de una determinada relación de producción constituyen una revolución social.
Según Marx, los modos de producción que históricamente se han sucedido en la historia son:
- El de la comunidad primitiva: El régimen de producción de la comunidad primitiva es la propiedad social, tanto los medios de trabajo como los productos obtenidos pertenecen al conjunto social.
- El régimen esclavista: En él, las relaciones sociales eran de dominio y sometimiento. El amo no es solo propietario de los medios de producción, sino también del productor, el esclavo.
- El del régimen feudal: En él, las relaciones sociales son similares al esclavista. Hay una propiedad completa sobre los medios de producción y en parte sobre el trabajador, porque el contrato de servidumbre feudal establece que el siervo debe trabajar a cambio de una pequeña parcela para cultivar que nunca es suya.
- El régimen capitalista: En él, el trabajador es jurídicamente libre, pero su base es la propiedad privada de los medios de producción en manos del capital. La única propiedad del trabajador es su fuerza de trabajo, que tiene que vender como una mercancía.
- El régimen socialista: Al que se accederá mediante la Revolución Proletaria. El modo de producción se basa en un régimen de propiedad colectiva y las relaciones de dominio y explotación se sustituyen por las de cooperación recíproca.
Según Marx, una doble ley, la de acumulación que lleva a la concentración del poder y la propiedad en pocas manos, y la del empobrecimiento progresivo del proletariado, que lleva a la liberación de la miseria de los trabajadores, plantea una tensión dialéctica que inevitablemente se superará en un nuevo orden social. La sociedad capitalista será destruida por su misma contradicción interna.
Para conseguir la transformación de la sociedad clasista en una sociedad sin clases, el comunismo, es necesario pasar por las siguientes fases del progreso revolucionario:
- Etapa democrática: Se caracteriza por la dictadura del proletariado como consecuencia de que los trabajadores toman el poder político.
- Etapa socialista: Posee un carácter económico, pues en esta etapa se fomenta el desarrollo de los medios de producción de la riqueza social y se tiende a la abolición gradual de las clases sociales y sus antagonismos.
- Etapa comunista: Es el culmen del progreso revolucionario y se caracteriza por la abolición de la propiedad privada, la desaparición total de las clases sociales y la extinción del Estado como defensor de los intereses de un grupo contra los demás. Entonces, dice Marx, “la sociedad podrá escribir sobre su bandera: de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades.”
El Materialismo Dialéctico
Dentro del marxismo hay distintos tipos de materialismo. El característico de Marx es el materialismo histórico y el materialismo dialéctico. Parece una interpretación de Engels, pero como Marx no lo corrige, se supone que lo acepta.
El materialismo dialéctico consiste en la visión dialéctica de la realidad material. La materia, que está en constante transformación, es dinámica y está sujeta a unas leyes:
- Ley de la conexión universal: Los fenómenos de la naturaleza no se pueden considerar aislados, sino como un todo articulado y orgánico, es decir, como una totalidad en la que dependen uno de otro y se condicionan mutuamente.
- Ley del salto cualitativo: La dialéctica no va considerando el desarrollo como un simple proceso de crecimiento, sino como un proceso en el que se pasa de cambios cuantitativos insignificantes a cambios cualitativos radicales y manifiestos que se realizan de forma brusca. Por ejemplo, el agua a determinada temperatura cambia de cualidad y se convierte en vapor o en nieve.
- Ley de unidad y lucha de contrarios: La realidad es esencialmente contradictoria y dialéctica. Las contradicciones internas son propias de las cosas, pues todas las realidades tienen su lado positivo y negativo, su pasado y su futuro, su ser y su perder. En este sentido, toda la realidad es una lucha de contrarios. Así, por ejemplo, una semilla tiene una fuerza que le incita a crecer y otra a pudrirse. La esencia del movimiento consiste en que descansa en contradicciones que están en el interior de cada cosa y se exteriorizan a través del cambio y el movimiento.
En resumen, se denomina materialismo dialéctico porque la materia es absolutamente autodinámica, es decir, no necesita de ningún agente externo para ser movida, sino que es ella la que crea su propio movimiento porque está regido por la dialéctica.