La lírica latina: Catulo, Horacio y Ovidio

Se define la lírica como la manifestación expresiva de los sentimientos personales. La lírica latina comienza en Roma mucho después que la épica o el teatro, a finales del siglo II, en plena influencia helenística y cuando las circunstancias sociopolíticas habían abocado los ánimos de los ciudadanos hacia la intimidad y la vida privada. Las características de esta poesía son las mismas que las de la griega, pero fue más un producto literario no arraigado en la costumbre social, pensado para ser leído y no cantado.

Los Neotéricos

En este marco afloran círculos literarios como el de Lutacio Cátulo, célebre por sus epigramas eróticos, o el de los Neotéricos o Poetae Novi, un grupo de poetas considerados como los renovadores cultistas de la poesía latina del momento. Renunciaban a los poemas épicos largos y farragosos y preferían composiciones breves pero de la máxima perfección formal. Defienden el arte por el arte en un alarde de erudición. La obra maestra de este tipo de poesía era el “epilio” o pequeña epopeya con escenas coloristas del mundo mítico, acentuado matiz erótico y moralizadoras reflexiones finales. Helvio Cina, Valerio Catón, Licinio Calvo, Cornificio y Furio Bibáculo son los poetae novi más representativos.

Catulo

Pero el máximo representante y líder de los neotéricos es Cayo Valerio Catulo, al que se recuerda ante todo como poeta amoroso. Nacido en Verona de familia distinguida vivió desde joven en Roma cultivando la poesía y la vida mundana, frecuentando los círculos literarios y los salones de la alta sociedad. Lo característico en Catulo es su carácter visceral y apasionado. Todo lo que sentía y vivía lo era en grado extremo: el amor y el odio, la amistad y la enemistad. Sus sentimientos fluyen en su obra en estado puro, sin freno ni convenciones. Su obra se ha conservado completa. El Corpus Catuliano consta de 116 poemas y se puede clasificar atendiendo a su contenido temático o bien a su forma:

Según su contenido temático:

  • Poemas eruditos: 63-66 y 68. Sigue los modelos alejandrinos, de tema mitológico. Ej. La cabellera de Berenice; Las bodas de Tetis y Peleo (epilio).
  • Poemas amorosos: son los más numerosos; todos están dedicados a Lesbia, y en ellos puede seguirse la vida amorosa del poeta desde el primer momento hasta la ruptura definitiva.
  • Poemas a amigos y enemigos: tiernos y de fino humor para unos y feroces para los otros, sin medias tintas.

Según su forma:

  • Composiciones polimétricas, líricas en cuanto a la forma (1-60)
  • Poemas mayores, de corte helenístico (61-68)
  • Los epigramas: poemas brevísimos que evolucionaron acentuando cada vez más el elemento erótico. Es esencial saber sacar del tema un rasgo que termine ingeniosamente el poema.

Catulo es el primer lírico de la literatura latina; combina expresiones y motivos populares con la tradición poética, y su obra reúne todas las cualidades técnicas y emotivas para llegar al equilibrio deseado.

Horacio

Se educó en Roma y Grecia. Trabó amistad con Virgilio, quien lo presentó a Mecenas, al que le unió una profunda amistad. Se dedicó por completo a su actividad literaria, rechazando incluso el cargo de secretario personal del Princeps que Augusto le ofreció. Los Épodos y las Odas constituyen la obra lírica de Horacio. Los Épodos fueron llamados por Horacio Iambi, y están a media distancia entre la poesía satírica y la lírica, al modo de Arquíloco. Son 17 poemas cortos, de tono violento y agresivo sobre temas muy diversos, entre ellos el famosísimo Beatus ille, canto a la vida retirada del campo frente a las complicaciones de la vida urbana.

Las Odas

Las Odas (Carmina) son composiciones líricas agrupadas en cuatro libros, utilizando temas y metros líricos griegos. En los primeros libros, Horacio apoya las intenciones morales y religiosas de Augusto, incluyendo una temática muy variada: temas político-nacionales, predicando la vida serena y la aurea mediocritas, temas religiosos y temas de ética y moral, impregnados de la filosofía epicúrea y el carpe diem. El cuarto libro tiene un tono más personal e íntimo; ante la proximidad de la muerte, busca la inmortalidad que puede conferirle la poesía. En su Epistula ad Pisones (denominada también Ars Poetica) Horacio manifestó sus gustos literarios, que pueden sintetizarse en los siguientes aspectos:

  • Sentido del equilibrio: el ideal epicúreo de moderación trasladado al orden y combinación de las palabras
  • Sentido de la perfección: lo más acusado y característico en Horacio; versos trabajados una y otra vez hasta dejarlos perfectos.

Aunque sus temas y formas no suponen una innovación, Horacio supera todo lo anterior partiendo de unos elementos conocidos. Su fama se equiparó a la de Virgilio en la Antigüedad, y, aunque fue silenciado durante la Edad Media, su influencia fue determinante en el Renacimiento y en el siglo XVIII.

Ovidio

Ovidio cultivó, además de la poesía mitológica erudita y de la poesía didáctica, la poesía elegíaca. Las obras fundamentales son:

  • Amores: elegías de tema amoroso dedicadas en su mayoría a Corina. Destaca por la precisión con que presenta el amor, como sentimiento fundamental en el hombre.
  • Heroidas: epístolas poéticas que Ovidio atribuye a heroínas míticas dirigidas a sus maridos o amantes: Penélope a Ulises, Dido a Eneas, etc. Forman una galería dramática de emociones y conmociones humanas basándose en los sucesivos contrastes entre sus protagonistas.
  • Tristia: doce libros con casi cien poemas en forma de cartas poéticas personales desde el exilio sin nombrar a sus destinatarios para no comprometerlos.
  • Epistulae ex Ponto: cuatro libros de cartas en dísticos elegíacos dirigidas a su mujer y a sus influyentes amigos, pidiendo insistentemente que intercedan por él para que le levanten el exilio.