El Camino hacia el Poder Totalitario
El ascenso al poder totalitario se puede analizar a través de cuatro fases:
Fase 1: Ostigamiento
En esta fase inicial, la sociedad se encuentra en una situación de tensión, marcada por el conflicto entre la burguesía y el proletariado. Se producen huelgas y manifestaciones, y la crisis económica provoca un aumento del desempleo. El gobierno se muestra incapaz de controlar la situación. Los grupos proletarios hostigan a la burguesía con ocupaciones y huelgas. En este contexto, surgen las Juventudes Nazis y los Freikorps (escuadras de asalto) que atacan y disuelven las manifestaciones obreras, con el apoyo y la financiación de la burguesía. El gobierno, incapaz de poner fin a las huelgas, termina por caer.
Fase 2: Llamada al Poder
Durante un periodo de inestabilidad, la burguesía y los capitalistas presionan para que se destituya al gobierno. Los futuros líderes totalitarios son llamados al poder de forma legal por la autoridad competente, debido a la debilidad del gobierno anterior y su incapacidad para restaurar el orden.
Fase 3: Implantación de la Dictadura Totalitaria
Una vez en el poder, se implementan medidas para eliminar la oposición y establecer una autocracia. Se manipulan las elecciones para asegurar la victoria del partido en el poder. Se controla todos los elementos de la sociedad y los medios de comunicación.
Fase 4: Consolidación del Poder y Purga
En esta fase final, los líderes totalitarios eliminan a aquellos seguidores que inicialmente les apoyaron con la esperanza de reformas anticapitalistas y antiburguesas. Esta purga, conocida como la “Noche de los Cuchillos Largos”, elimina a los elementos más radicales del movimiento.
El Fascismo en Italia: Mussolini y el Ascenso al Poder
El Nacimiento del Fascismo y la Figura de Mussolini
El nacimiento del fascismo en Italia está ligado a la figura carismática de Benito Mussolini (1883-1945), conocido como Il Duce. Mussolini nació en Forli, hijo de un herrero y una maestra. Inclinado hacia el periodismo, se unió al Partido Socialista Italiano (PSI) en 1902. Opuesto al servicio militar, se exilió en Suiza, donde se involucró en el debate sobre el revisionismo marxista, adoptando una postura antirrevisionista y radical. Fue nombrado director del periódico Avanti!.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, Mussolini experimentó una transformación ideológica, adoptando posturas intervencionistas y nacionalistas. Regresó a Italia y fundó el periódico Il Popolo d’Italia, en el que abogaba por la entrada de Italia en la guerra. En 1915, Italia entró en la guerra y Mussolini se alistó, pero fue herido y abandonó el frente.
La Crisis de Posguerra y el Surgimiento de los Fascios de Combate
Tras la guerra, Italia se sumió en una profunda crisis económica y social, con alto desempleo, deuda y malestar social. Las empresas, en crisis, buscaban despedir trabajadores o reducir salarios, lo que provocó una ola de protestas y ocupaciones de fábricas y tierras. Ante la incapacidad de las fuerzas del orden para controlar la situación, surgieron los Fasci di Combattimento, grupos paramilitares ultranacionalistas liderados por Mussolini.
Estos grupos, conocidos como “camisas negras”, atacaban a los manifestantes obreros, con el apoyo tácito de las autoridades y los empresarios. Su lema era “una persona sola no vale nada, unidos se hacen invencibles”.
La Marcha sobre Roma y la Llegada al Poder
En las elecciones de 1922, Mussolini y su partido obtuvieron un número reducido de escaños. Ante esta situación, los camisas negras organizaron la Marcha sobre Roma en octubre de 1922 para presionar al gobierno. Mussolini no participó directamente en la marcha, pero el 29 de octubre, ante la creciente presencia de los fascistas en Roma, el rey Víctor Manuel III cedió a la presión y nombró a Mussolini primer ministro. De esta forma, Mussolini llegó al poder de manera legal.
La Consolidación del Poder y el Establecimiento de la Dictadura
Una vez en el poder, Mussolini solicitó plenos poderes para afrontar la crisis. En 1923, obtuvo un amplio poder personal, gobernando por decreto. Su objetivo era establecer una dictadura personal para sacar a Italia de la crisis.
Para asegurar su control sobre el parlamento, Mussolini impulsó la Ley Acerbo (1923), que otorgaba al partido más votado dos tercios de los escaños. Además, comenzó a controlar la policía y los medios de comunicación. En las elecciones de 1924, el Partido Fascista obtuvo la victoria mediante la intimidación y el fraude.
En junio de 1924, el diputado socialista Giacomo Matteotti denunció la corrupción electoral y fue asesinado por los fascistas. En protesta, los diputados de la oposición se retiraron del parlamento en un acto conocido como la Secesión del Aventino. Mussolini aprovechó la situación para consolidar su poder y establecer un régimen totalitario.
Entre 1924 y 1926, se prohibió la existencia de otros partidos políticos y sindicatos mediante la Ley Rocco (1926). Se persiguió a la oposición política, sindical e ideológica. Se creó la policía secreta OVRA. Se estableció un control total sobre los medios de comunicación. Se criticó el liberalismo, la democracia, la constitución y el parlamentarismo. Se ensalzó la figura del Duce.
La Economía bajo el Fascismo
Liberalización y Estado Corporativo
En el ámbito económico, el fascismo italiano mantuvo la propiedad privada, pero liberalizó la economía, permitiendo la libertad de precios y consumo. Se estableció un sistema corporativo, organizando la producción en 22 áreas o corporaciones, con representación de patronos y obreros. Se buscaba la cooperación de clases y la eliminación de las huelgas. En caso de desacuerdo entre patronos y obreros, el gobierno actuaba como árbitro.
Militarización de la Economía y Batallas del Trigo y la Lira
La economía se militarizó, con el lanzamiento de las “batallas” del trigo y la lira. La Batalla del Trigo buscaba la autosuficiencia de Italia en la producción de trigo. La Batalla de la Lira tenía como objetivo fortalecer la moneda italiana para competir con el dólar.
La Crisis de los Años 30 y la Política de Obras Públicas y Armamento
La crisis económica de los años 30 llevó a la adopción de medidas como la autarquía y la devaluación de la lira. Se impulsó una política de obras públicas, con la construcción de autopistas, ferrocarriles y la electrificación del país. También se incrementó el gasto en armamento, en preparación para la guerra. En 1935, Italia invadió Abisinia (Etiopía) y en 1936 intervino en la Guerra Civil Española apoyando a Franco. A partir de 1935, la economía italiana se orientó hacia la guerra.
La Sociedad Italiana bajo el Fascismo
Política Natalista y Control Social
Mussolini implementó una política natalista para aumentar la población italiana, que pasó de 38 a 45 millones. Se buscaba una sociedad controlada, sin lucha de clases, donde la colaboración entre las clases fuera la norma. Se promovía la creación de un “nuevo hombre” fascista, nacionalista, dispuesto a defender a Italia. Se excluía a grupos como los gitanos y los extranjeros.
Educación y Propaganda
La educación se utilizó para adoctrinar a la juventud en los valores fascistas. Los profesores debían jurar lealtad al régimen y vestir la camisa negra. Se enseñaban alabanzas al Duce y al partido fascista. Los niños participaban en campamentos juveniles. Se utilizaron los medios de comunicación para difundir la propaganda fascista, con discursos de Mussolini en la radio, la prensa y el cine. Se crearon los estudios cinematográficos Cinecittà a las afueras de Roma.
Represión de la Oposición
La oposición política fue duramente reprimida. Los opositores fueron encarcelados, exilados o deportados.
Las Relaciones con la Iglesia
En 1929, Mussolini firmó el Tratado de Letrán con la Iglesia Católica, que resolvía la “cuestión romana” y regulaba las relaciones entre el Estado italiano y la Santa Sede.