Literatura Española de Fin de Siglo XIX y Principios del XX: Modernismo, Generación del 98 y Generación del 27

La Poesía de Antonio Machado

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX tuvo lugar una crisis tanto socioeconómica como cultural, provocando en los intelectuales una intención de reforma general. Nace el existencialismo, y la literatura se impregna de pesimismo. En España se refleja en el Modernismo y en la Generación del 98, dos corrientes literarias que comparten rasgos y que no tienen una separación clara. El Modernismo se caracteriza por ser una literatura de evasión y elitismo y la Generación del 98 por su temperamento crítico y radical.

Uno de los autores destacados de esta época es Antonio Machado, que fue educado en la Institución Libre de Enseñanza. Después de trabajar como traductor en París se instaló en Soria, donde se casó con Leonor. Tuvo cuatro etapas a lo largo de su trayectoria poética.

Etapa Modernista

La primera es la etapa modernista, de la que destaca la obra Soledades, galerías y otros poemas, su primer libro de poemas. Los temas de los que el poeta habla en sus poemas son el tiempo, la muerte y Dios. También hay recuerdos nostálgicos de la infancia y evocaciones del paisaje, con preferencia por los paisajes cerrados, los huertos y los jardines. La soledad, la melancolía y la angustia surgen de esa mirada interior. Machado utiliza símbolos que caracterizan toda su poesía, como la tarde, el agua, la noria, el huerto y las galerías. El agua es símbolo de vida cuando brota y símbolo de muerte cuando está quieta o es el mar, la tarde el declive, el huerto la ilusión y el recuerdo infantil, las galerías son los espacios donde transitan los recuerdos o los sueños que nutren el alma.

Etapa de la Generación del 98

Su segunda etapa se inicia con Campos de Castilla, el libro más famoso del autor, que responde a la sensibilidad de la Generación del 98. Los temas del texto son los siguientes:

  • El paisaje castellano, soriano, descrito con imágenes memorables.
  • El amor y el dolor por la pérdida de su esposa, cuyo recuerdo se asocia en numerosas ocasiones al paisaje.
  • El interés en la regeneración de España. Machado denuncia la vagancia del “hombre del casino provinciano” y los defectos del campesino castellano y español: vengativo y envidioso.
  • La preocupación patriótica le inspira poemas sobre el pasado, el presente y el futuro de España y aparece la visión de un enfrentamiento entre dos Españas: la España “de charanga y pandereta” frente a la España “de la rabia y de la idea”.

Etapa Filosófica

La tercera etapa integra Nuevas canciones, Cancionero apócrifo y Juan de Mairena. En esta etapa se acentúan las preocupaciones filosóficas de Machado, que expresa sus pensamientos profundos a través de formas muy breves, de estructura sencilla y de tono sentencioso. También escribe las Canciones a Guiomar, textos inspirados en una relación amorosa; y los cuadernos de anotaciones conocidos como Los complementarios, en los que Machado refleja sus pensamientos filosóficos a través de unos personajes.

Etapa de la Guerra Civil

La cuarta y última etapa recoge las Poesías de guerra, en las que el poeta escribe sobre la exaltación patriótica republicana durante el conflicto bélico.

Estilo de Machado

El estilo de Machado se caracterizaba por la sobriedad y sencillez formal; elimina toda la retórica excesiva, metáforas brillantes, vocabulario rebuscado, elementos decorativos y virtuosismos técnicos, quedando reducido al más puro lirismo. Empleó con mucha frecuencia la rima asonante y las formas de la lírica popular y de la culta.

El Teatro de Valle-Inclán

A principios del siglo XX aún perviven algunas tendencias teatrales del siglo XIX. El conservadurismo del público, el poco riesgo de los empresarios y la potente censura política y religiosa, lleva a un teatro comercial, con éxito en los escenarios. Frente a este, está su opuesto, el teatro innovador, del que destacamos a Valle-Inclán.

Este autor fue gallego, pero vivió muchos años en México exiliado. No es fácil adscribirle a un movimiento literario determinado ya que su nota más característica consiste precisamente en la búsqueda incansable de un estilo propio. Su estilo evoluciona hacia el esperpento.

Dividimos su obra en cinco ciclos:

Ciclo del Teatro Poético

Le caracteriza una influencia modernista con piezas en verso. Incluye sus primeras obras, escritas a principios de siglo.

Ciclo Mítico o Galaico

Entre las obras que constituyen este ciclo, destacamos las Comedias Bárbaras y Divinas palabras.

Comedias Bárbaras es una trilogía en la que perviven elementos modernistas y cuya principal característica es el fondo de pasiones primitivas y violentas, sobre el que se levanta un universo mítico dominado por la muerte y el mal junto a la fuerza elemental del sexo.

Una Galicia mítica sirve de marco también a Divinas palabras, culminación de este ciclo. El tratamiento de lo diabólico, de lo monstruoso, del tema de la crueldad en esta obra difícilmente encuentra término de comparación en el teatro contemporáneo, dentro y fuera de España.

Ciclo de la Farsa

Aparece una crítica social y política camuflada. Valle desarrolla la tendencia a la esquematización y la deformación caricaturesca en su vuelta a la farsa, cada vez más grotesca y menos sentimental.

Ciclo del Esperpento

Es un género propio de Valle-Inclán. Los esperpentos son obras en las que se introduce una estética deformante caricaturesca, a veces reducida a lo absurdo y que tiene como intención mostrar los rasgos más críticos y amargos de la sociedad española; presenta personajes deshumanizados, grotescos y deformes. Se mezcla lo lírico y lo trágico, lo sublime y lo grotesco, lo hermoso y lo deforme. Estos contrastes se manifiestan también en el lenguaje: aparecen reflejados todos los registros desde el más elevado hasta el más vulgar.

Ciclo de Autos y Melodramas

Lo componen piezas alegóricas, como El Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte. Está formado por dos autos para siluetas y dos melodramas para marionetas también de técnica esperpéntica, donde vuelve a los temas del ciclo mítico: fuerzas y pasiones salvajes y primarias y la muerte.

La Poesía de Luis Cernuda

En los años 20 aparece una promoción de poetas españoles, denominada Generación del 27. Entre las diversas influencias literarias del grupo sobresalen los poetas medievales y clásicos, el neorromanticismo becqueriano, los autores del 98, la poesía vanguardista, las corrientes extranjeras contemporáneas y Juan Ramón Jiménez (tendencia a la rehumanización). Se establece un equilibrio perfecto entre la vanguardia y la tradición, lo culto y lo popular. Uno de los componentes de la Generación del 27 fue Luis Cernuda. Nació en Sevilla (1902), donde estudió derecho, carrera que no llegó a ejercer. Al estallar la guerra se exilió a varios países, acabando en México, donde murió (1963).

Recopiló toda su obra en La realidad y el deseo, poemario que fue ampliándose con el paso de los años. Octavio Paz señala que puede dividirse en cuatro apartados que coinciden con las etapas de producción poética del autor.

Primera Etapa: Los Años de Aprendizaje

Cernuda agrupa sus primeros poemas en poemarios con influencias de las corrientes literarias de la época. Son libros de carácter reflexivo, de corte clásico, con temas que reflejan la personalidad solitaria y marginal del autor. A esta etapa pertenece Perfil del aire y Égloga, elegía y oda.

Segunda Etapa: La Juventud

En esta etapa, encuentra nuevos medios expresivos en el Surrealismo para plasmar la desolación ante la ausencia del amor, lo que le conduce al caos emocional y a la amargura. Pertenece a esta etapa Los placeres prohibidos, que es un canto al placer corporal y al erotismo gozoso (descubrimiento del placer). Donde habite el olvido, supone el abandono del Surrealismo para contar de modo directo una historia de amor rota de forma dolorosa. El libro ha sido considerado una biografía espiritual del poeta, quien dice “¿Qué queda de las alegrías y penas del amor cuando éste desaparece? Nada. O peor que nada queda el recuerdo de un olvido”.

Tercera Etapa: La Madurez Política en el Exilio

A partir de 1936, presenta sus nuevas obras poéticas como secciones sucesivas de un gran libro, con temas como la guerra, el exilio y la historia. El exilio le permite profundizar en la literatura inglesa. Mediante los poemas meditará sobre sí mismo y la existencia humana, adoptando además un tono conversacional.

Cuarta Etapa: El Límite con la Vejez

A ésta pertenece la última obra de Cernuda, Desolación de la quimera. Un libro de recapitulación y despedida, en el que hace una reflexión existencial sobre temas como la niñez, el amor, España, la soledad, etc.

El Conflicto entre Realidad y Deseo

El conflicto entre realidad y deseo al que remite el título de toda su obra, es el sustrato de su mundo poético. Es una confrontación que ofrece varios matices y sentidos a lo largo de su vida. Por ejemplo, la oposición entre realidad-deseo es el enfrentamiento entre la sociedad y el poeta.

La Narrativa de Ramón J. Sender

A causa de la Guerra Civil (1936-1939), muchos escritores españoles continuaron su producción literaria en el exilio. Desarrollaron su obra de forma diversa, desde el realismo tradicional hasta el vanguardismo, con temas de contenido social y de recuperación de la realidad española. Uno de estos novelistas fue Ramón J. Sender. Aunque fue un autor muy prolífero y presentó registros muy diversos, el tema principal es siempre el hombre, el compromiso con sus inquietudes y sufrimientos, desde un enfoque trascendente y social. Su trayectoria literaria se puede dividir en dos periodos:

Etapa Española (1916-1938)

Sender empezó su obra con artículos, cuentos, estampas breves, poemas… que tienen más interés histórico y biográfico que literario. Luego, aboga por una literatura popular revolucionaria al servicio de la lucha obrera, a través de artículos políticos y literarios. Por último en esta etapa, publica sus primeras novelas, con las que se dio a conocer como un novelista comprometido y se convierte en uno de los principales representantes del realismo social, entre estas novelas destacamos Mister Witt en el Cantón.

Etapa en el Exilio (1933-1982)

Aunque su personalidad creadora ya estaba formada, la crisis personal e ideológica que le supuso la Guerra Civil, provocaron un cambio en la perspectiva de Sender. Lo que le llevó a escribir sus obras bajo una pluralidad de orientaciones. Sender alcanza en el exilio la plena madurez con distintas obras, entre las que destaca Mosén Millán, posteriormente llamado Réquiem por un campesino español.

Análisis de Réquiem por un campesino español

En esta última novela se entrecruzan dos planos temporales distintos. Uno corresponde al momento de acción, cuando Mosén Millán, el cura del pueblo, espera la llegada de los fieles para celebrar la muerte del protagonista. En esos minutos de espera van desfilando por su mente los recuerdos de todo el tiempo que pasó junto al muchacho, desde el día del bautizo, hasta la extremaunción.

Además, en la novela nos muestran las tensiones que se producen a partir de la II República y el clima de tensión que precede a la guerra. El hito que se produce en esta comunidad son las elecciones municipales, en las que se cambia de manos el poder y se producen una serie de mejoras sociales, las cuales serán aplastadas por los fascistas.

La figura de Mosén Millán adquiere un notable protagonismo, ya que, además de ser el que conduce la rememoración de los acontecimientos, desempeña un papel activo en el desenlace. Su tendencia a defender el orden establecido y su sumisión a los poderosos, precipitaron la muerte del joven. Sin embargo, el autor no lo juzga con dureza, sino que lo muestra como un hombre débil, incapaz de alentar ideales altruistas como los que mueven al del molino.

La novela muestra los hechos con un sobrio realismo, un lenguaje directo y expresivo con un habla coloquial. La historia se reconstruye de forma clara y directa, sin rodeos. La tragedia individual, anuncia la inminente y posterior tragedia colectiva.