Modernismo, Generación del 98, Novecentismo y Vanguardias en la Literatura Española

El Modernismo (1880-1914)

El modernismo fue la corriente literaria renovadora que surgió tras la crisis del 98 y su desencadenante, la pérdida de importantes territorios de ultramar, como denuncia del atraso de España respecto a Europa. Esta época había supuesto una gran renovación de la poesía francesa gracias a dos movimientos sucesivos:

  • El Parnasianismo: Reaccionaba contra la espontaneidad y los excesos del Romanticismo.
  • El Simbolismo: Un movimiento generado a partir de la obra poética de autores que se consideraban capaces de interpretar símbolos mediante los cuales la naturaleza habla a los seres humanos.

De estos dos movimientos surgió una nueva estética de gran trascendencia en las letras españolas: el modernismo. Este no estuvo vigente durante mucho tiempo, ya que se considera agotado en 1914, pero tuvo una gran trascendencia. El Modernismo nació en Hispanoamérica de la mano de poetas que pueden ser considerados como premodernistas, como José Martí, aunque el Modernismo alcanzó su auge gracias al impulso de su creador, Rubén Darío, quien logró expandir esta corriente por España. Buena parte de lo que llega a España de su mano se anuncia ya en la obra de autores como el cubano José Martí, que puede ser considerado como un autor modernista. Destacan sus libros de poemas Ismaelillo, Versos libres y Versos sencillos.

Rubén Darío y la Expansión del Modernismo

Rubén Darío incorporó eficazmente el castellano a las formas y temas de los grandes poetas parnasianos y simbolistas franceses. El culto a la belleza mediante la creación de un mundo exótico poblado de seres mitológicos predomina en sus libros Azul y Prosas profanas. Aunque también tiene obras con más alusión política como Cantos de vida y esperanza.

La muerte de Rubén en 1916 marca el final de la época creadora del modernismo, pero su huella en América se prolongó hasta mediados del siglo XX. Gracias a Rubén Darío y sus viajes a París, se permitió difundir el modernismo y encontrar autores que permitieron asentar el modernismo como Manuel Machado, con quien compartió piso. Publicó Alma y Caprichos, obras fundamentales en la renovación de la poesía española; ambas son una lograda síntesis de recursos simbolistas y parnasianos. Su hermano Antonio Machado es autor de Soledades, otro título fundamental del modernismo, ampliado en 1907 con el título Soledades, galerías y otros poemas. Un libro en el que resalta un sostenido tono intimista que combina sensaciones de la infancia con meditaciones sobre el paso del tiempo y la vecindad de la muerte. Otro autor relevante es Juan Ramón Jiménez, que publicó dos libros de poemas influidos por la estética rubeniana: Ninfas y Almas de violeta. Otros poemas importantes del modernismo son Ricardo Gil, autor de De los quince a los treinta y La caja de música, Salvador Rueda, autor de Himno a la carne y Piedras preciosas y Manuel Reina, autor de Andantes y alegros y Poemas paganos.

La Prosa Modernista

La prosa tuvo en España cultivadores de gran importancia, entre los que destaca Ramón María del Valle-Inclán. La ruptura con el realismo decimonónico se produjo en el gallego Valle-Inclán por la vía del esteticismo decadentista. Sus obras Sonata de otoño, Sonata de estío, Sonata de primavera y Sonata de invierno constituyen una sola obra dividida en cuatro partes: las memorias del marqués de Bradomín. Con Valle-Inclán, la novela adquiere rango poético y la categoría de obra estética sin otro fin que la belleza del lenguaje.

El Teatro Modernista

En el teatro triunfaron las comedias de ambiente popular. Carlos Arniches escribió numerosas comedias en las que recreaba el modo de hablar típico de las clases populares de Madrid. Su obra cumbre es La señorita de Trevélez. Otro tipo de teatro fue el cultivado por los poetas Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina. Villaespesa luchó por dar a conocer a Rubén y el modernismo; hizo obras como El alcázar de las perlas o Doña María de Padilla; Marquina es autor de Las hijas del Cid y En Flandes se ha puesto el sol. Pero el gran triunfador sobre el escenario fue sin duda Jacinto Benavente; su extensa obra abarca casi todos los géneros teatrales. Entre sus obras más destacadas están La noche del sábado y La malquerida.

El Legado del Modernismo

El modernismo se da por finalizado al comienzo de la Primera Guerra Mundial, pero los temas y algunas de sus características se pueden seguir viendo en obras recientes. Las obras que fueron creadas por estos autores modernistas aún hoy son consideradas grandes obras de arte y los autores son muy respetados por su labor en poesía, prosa y teatro. Los movimientos que les seguirán serán el Regeneracionismo de la Generación del 98 y el Novecentismo.

La Generación del 98 (1898-1914)

La Generación del 98 es el nombre con el que se conoce a un grupo de autores que, de manera simultánea al modernismo y tras la crisis del 98 en la que se perdieron territorios como Cuba, Puerto Rico y Filipinas, llevaron a cabo un “movimiento” marcado por varios aspectos. Este movimiento comienza cuando los jóvenes escritores toman conciencia del atraso económico, científico y cultural de sus países con respecto a Europa y Estados Unidos. La necesidad de encontrar las causas de esta situación da lugar a una corriente llamada Regeneracionismo, en la que se enmarca la llamada Generación del 98. El grupo del 98 cuenta con integrantes como: Miguel de Unamuno, Azorín, Pío Baroja, Antonio Machado y Valle-Inclán.

La Novela Lírica

Uno de los géneros más importantes de este movimiento fue la novela lírica, caracterizada por:

  • La asimilación de figuras retóricas provenientes de la poesía.
  • La tendencia a fundir diversos géneros literarios.
  • Predominio de la novela de aprendizaje.
  • Identificación del yo narrativo con el mundo narrado.
  • Supresión de argumentos cerrados y desarrollados.
  • La anécdota cotidiana es sustituida por las reflexiones y sensaciones que el protagonista siente al entrar en contacto con el mundo que le rodea.

Autores Clave de la Generación del 98

Miguel de Unamuno

Miguel de Unamuno hizo de la duda y de la lucha entre contrarios su razón de ser, y esa angustia existencial impregna todas sus obras, entre las que destacan En torno al casticismo, Vida de Don Quijote y Sancho y La agonía del cristianismo, pero su obra más ambiciosa es su Cancionero, subtitulado Diario poético, obra que fue escribiendo a lo largo de sus trece últimos años. Pero Unamuno fue conocido como novelista mucho antes que como poeta.

Pío Baroja

Pío Baroja, autor de más de sesenta novelas. Para Baroja, la novela es un género abierto; a través de sus novelas, trata temas de España y, sobre todo, de lucha contra los “cánones sociales”. Un ejemplo de este caso es su obra Lucha por la vida, en la que presenta al protagonista como un fracasado en un Madrid miserable, por lo que se recurre a la denuncia social; además, adquirieron mucha importancia sus obras El árbol de la ciencia y La busca. Zalacaín el aventurero también es uno de los máximos aciertos de Baroja, ambientada en las guerras carlistas.

Azorín

Azorín, seudónimo del alicantino José Martínez Ruiz, es autor de excelentes y originales libros de relatos, descripciones paisajísticas y evocaciones del pasado español, como Los pueblos o Castilla. Azorín también destacó por sus novelas y ensayos, aunque se dedicó, por otro lado, al periodismo; su estilo se caracteriza por ser “híbrido entre la novela y el ensayo”. Destacan sus obras El pueblo y La voluntad, en las que trata temas como la finalidad de su propia vida y la esencia de España. Azorín fue precisamente el inventor del término “Generación del 98”.

Valle-Inclán y el Teatro

La aportación de Valle-Inclán a la renovación del teatro del siglo XX es fundamental y no se puede separar su labor como novelista y poeta. Águila de blasón, Romance de lobos y Cara de plata inician lo que se ha llamado “teatro en libertad”: un teatro que rompe con el modelo realista convencional. La exploración del teatro emprendida por Valle culmina en 1920 con la publicación de Divinas palabras y de Luces de bohemia, su primer esperpento y la obra más reconocida de su repertorio.

Antonio Machado y la Poesía

Un autor a destacar dentro de la poesía es Antonio Machado. Tras la publicación Soledades, galerías y otros poemas, la poesía de Antonio Machado comienza a alejarse del simbolismo para emprender un camino en solitario, una permanente sinceridad ante los golpes de la vida. Revoluciona de una poesía más reflexiva a una mucho más realista, como en Cantares, dejando atrás el simbolismo y centrándose en una forma mucho más escéptica. También escribió otras obras como Campos de Castilla y Anoche cuando dormía.

Conclusión de la Generación del 98

En conclusión, la variedad de géneros y temas tratados por los autores de la Generación del 98 es de admirar y todavía se les recuerda tanto por sus reflexiones personales como por sus reivindicaciones sociales. Durante esta época se redactaron obras muy importantes cuyo contenido nos puede servir incluso para ser conscientes del mundo que nos rodea hoy en día. Los movimientos que le sucederán son la Generación del 27 y el Novecentismo.

El Novecentismo o Generación del 14 (1914-1930)

El Novecentismo o Generación del 14 se define como el grupo de intelectuales, filósofos, filólogos, pensadores, historiadores y científicos que giraron en torno a la labor filosófica, periodística e intelectual de José Ortega y Gasset. Las características del Novecentismo fueron:

  • La sólida formación académica.
  • La fundación de revistas o periódicos.
  • La moderación y tolerancia.
  • El europeísmo.
  • La renuncia al irracionalismo.
  • La defensa de una literatura no contaminada por asuntos sociales y políticos.

Los géneros literarios tratados durante esta etapa fueron la novela de Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala, el ensayo, promocionado por José Ortega y Gasset y Eugenio D’Ors, y la poesía, donde destaca Juan Ramón Jiménez.

Figuras Destacadas del Novecentismo

José Ortega y Gasset

José Ortega y Gasset fue el líder intelectual de la generación. Su estilo busca la claridad de la exposición, la precisión y el orden metodológico. De entre sus obras filosóficas cabe destacar El tema de nuestro tiempo; de entre sus obras ensayísticas, Meditaciones del Quijote o La rebelión de las masas; y referidas a temas artísticos y literarios, La deshumanización del arte e Ideas sobre la novela.

Eugenio D’Ors

Como máximo exponente del Novecentismo en Cataluña se encuentra Eugenio D’Ors, permitiendo la asentación novecentista con sus 4000 ensayos recogidos en su obra Glosario, aunque también realizó obras como De la amistad y del diálogo y Lo barroco.

Otros Ensayistas

Otro de estos autores fue Gregorio Marañón, que escribió numerosos escritos sobre diversos personajes de la historia y la literatura española: El Conde-duque de Olivares o Don Juan. Ensayos sobre el origen de su leyenda. Manuel Azaña también perteneció al grupo de autores ensayísticos novecentistas. Escribió ensayos como El problema español y La invención del Quijote.

La Novela Novecentista

En el ámbito de la novela encontramos dos tendencias:

  • La novela intelectual: De carácter ensayista, cultivada por Ramón Pérez de Ayala y caracterizada por una crítica a la moral tradicional. Algunas de sus obras más destacadas son La pata de la raposa, Belarmino y Apolonio y Tinieblas en las costumbres.
  • La novela lírica: Mucho más intimista, promocionada por Gabriel Miró y sus obras El obispo leproso y Nuestro padre San Daniel.

Otros novelistas novecentistas son Vicente Blasco Ibáñez, que publicó en sus inicios una serie de novelas de ambientación valenciana, a las que le siguieron otras novelas de tema social como La Catedral, La bodega o La horda. El gallego Wenceslao Fernández Flórez es otro escritor realista que en novelas como Volvoreta, La casa de la lluvia o Relato inmoral muestra las consecuencias de una educación sexual represiva y la frustración vital de sus protagonistas.

La Poesía Novecentista

Como último género tratado se sitúa la poesía, representada por Juan Ramón Jiménez, del que cabe destacar su notable evolución, de una poesía sensitiva a una poesía intelectual, y finalmente una poesía verdadera. De este autor destacan las obras Arias tristes, Diario de un poeta recién casado y Platero y yo. Fue el encargado de introducir en nuestro lenguaje el verso libre y el poema en prosa.

Las Vanguardias en España (1914-1930)

A la vez que en España se desarrollaba el Novecentismo, en Europa se desarrollaron los movimientos de vanguardias, que se caracterizaron por:

  • La renovación artística.
  • El rechazo de “todo lo anterior”.
  • La imaginación creadora como elemento esencial para elaborar obras literarias.

Los principales movimientos de vanguardias fueron:

  • El Futurismo: Brindó importancia a las máquinas modernas y a la velocidad.
  • El Cubismo: Preocupado por la realización de obras basadas en el collage.
  • El Dadaísmo: Que pretendía contrastar lo absurdo e irracional.
  • El Surrealismo: Encargado de la expresión del mundo del subconsciente humano.

A pesar de la influencia del Novecentismo, también llegaron a España algunos movimientos de vanguardia; el principal impulsor fue el escritor madrileño Ramón Gómez de la Serna. En el prólogo de su obra Ismos, el autor defiende que un mundo incoherente no puede tener otra expresión que la fragmentación y la incoherencia; los movimientos que se desarrollaron en España fueron:

  • El Creacionismo: Cuyo lema era la creación de nuevas realidades como base de cualquier obra literaria.
  • El Ultraísmo: Que siguió el objetivo general de las vanguardias europeas, es decir, la experimentación y renovación, el uso en conjunto de todo tipo de métricas, el rechazo a la estética anterior.

Conclusión de las Vanguardias

Esta época finaliza en torno al año 1930 y deja tras de sí un montón de vanguardias artísticas y de autores que son reconocidos aún hoy en día como maestros de la literatura hispana. A este movimiento le seguiría la Guerra Civil, conocida como la Generación del 27.