Vida
Originalmente llamado Aristocles, Platón (apodo que recibió por el significado de este término en griego, ‘el de anchas espaldas’) nació en el seno de una familia aristocrática en Atenas. Su padre, Aristón, era, al parecer, descendiente de los primeros reyes de Atenas, mientras que su madre, Perictione, descendía de Dropides, perteneciente a la familia del legislador del siglo VI a.C. Solón. Su padre falleció cuando él era aún un niño y su madre se volvió a casar con Pirilampes, colaborador del estadista Pericles. De joven, Platón tuvo ambiciones políticas pero se desilusionó con los gobernantes de Atenas. Más tarde fue discípulo de Sócrates, aceptó su filosofía y su forma dialéctica de debate: la obtención de la verdad mediante preguntas, respuestas y más preguntas. Aunque se trata de un episodio muy discutido, que algunos estudiosos consideran una metáfora literaria sobre el poder, Platón fue testigo de la muerte de Sócrates durante el régimen democrático ateniense en el año 399 a.C. Temiendo tal vez por su vida, abandonó Atenas algún tiempo y viajó a Megara y Siracusa.
Obras de Platón
1) Época de juventud (año 393-389).
A ella corresponden obras como Apología, Critón, Protágoras, Trasímaco, Lisis, Cármides y Eutifrón. Estos escritos, muy influidos todavía por Sócrates, tratan, sobre todo, de temas relacionados con las palabras que expresan conceptos importantes de la cultura griega: «justicia», «creación poética», «educación», «valor», “amistad», «saber», «equilibrio intelectual», «piedad». El lenguaje y sus significados se ponen a prueba en las opiniones de tan diversos interlocutores. El pensamiento filosófico comienza buscando el sentido de las palabras que encierran las experiencias intelectuales de una sociedad.
2) Época del primer viaje a Sicilia y de la fundación de la Academia (388-385).
En este período escribirá el Gorgias, Menón, Eutidemo, Hipias Menor, Crátilo, Hipias Mayor y Menéxeno. Aunque hay múltiples preocupaciones —el Crátilo, por ejemplo, será la primera investigación filosófica sobre el lenguaje—, predominan las inquietudes políticas. El Gorgias, con su impresionante personaje Calicles, defensor de la fuerza, la injusticia y el cinismo político, es una buena prueba de estos problemas.
3) Época de madurez (385-370).
A ella pertenecen algunos de los más bellos diálogos, como Fedón, Banquete, República, Fedro, que ocupan un lugar difícilmente superable, tanto en la historia de la literatura como de la filosofía. En esta época se precisa la teoría de las ideas, la teoría del amor y se exponen algunos de los grandes mitos: el mito del destino de las almas (Fedón, 107b ss.); el de su caída (Fedro, 244e ss.); el de los caballos alados (Fedro, 246c ss.); el de las cigarras (Fedro, 259a ss.); el de Er (República, 614b); el de la ambigüedad del hombre (Banquete, 189c ss.); el del nacimiento del amor (Banquete, 201 d ss.).
4) Últimos años (369-347).
Es entonces cuando tienen lugar el segundo (año 367) y tercer viaje a Siracusa (año 361). En este tiempo Platón escribe Parménides, Teeteto, Sofista, Político, Filebo, Timeo, Critias, Leyes y Epinomis. En estos diálogos, Platón discute su propia teoría de las ideas; se interesa por problemas de lógica, medicina y ciencias naturales. Han llegado hasta nosotros algunos diálogos atribuidos a Platón y unas Cartas de autoría también dudosa, aunque alguna de ellas, como la VII, parece ser original del escritor ateniense.
Influencias previas:
En la exposición de la teoría de las Ideas podemos apreciar numerosas influencias de filósofos anteriores a Platón: De Heráclito toma el sentido de la dialéctica, es decir, la importancia de analizar los elementos opuestos para alcanzar una síntesis o conclusión en una determinada investigación. De Pitágoras hereda la importancia que concede a la geometría, hasta el punto de poner como inscripción en la entrada de la Academia: «No entre aquí nadie que no sepa geometría». De Sócrates asimila gran parte de sus doctrinas, y a él le dedica casi todos sus diálogos. La influencia de Parménides se aprecia en todas sus teorías sobre las Ideas y la realidad del ser. Y otras muchas ideas platónicas surgieron a propósito de la confrontación entre las tesis de Heráclito y las de Parménides. La teoría de las ideas podría ser entendida como un intento de conciliar las ideas básicas, pero opuestas, de los principales filósofos anteriores:
- Protágoras: Afirmó que todo conocimiento es relativo y que no existen verdades absolutas.
- Heráclito: Afirmó que las cosas están en continua transformación, en constante fluir.
- Parménides: Define un ser totalmente opuesto al de Heráclito: estático, sólido, inmóvil…
- Sócrates: Sostuvo que podemos hallar definiciones universalmente válidas y comprensibles.
La Teoría de las Ideas
En su manera de ver la realidad Platón distingue dos mundos: el de las ideas, que es el verdaderamente real, y el sensible, que está compuesto por las cosas que nos muestran los sentidos, que son copias de las ideas. Las ideas son por tanto la auténtica realidad y sus características son como las del ser de Parménides, son eternas, inmutables e inmateriales. Las cosas sensibles son, múltiples, perecederas, cambiantes y materiales. La idea otorga a las cosas su ser, su esencia y la posibilidad de que las conozcamos. Por otra parte, en el mundo de las ideas culmina en la idea del bien. La idea del bien Platón la compara con el sol, que en el mundo sensible es el que da vida a las cosas materiales.
El alma:
La palabra alma significa en los poemas homéricos vida. Vida como principio, como latido, como movimiento. El alma es el principio de la vida del cuerpo y el elemento opuesto a la corporeidad. Platón define el alma como simple, inmortal, inteligible, uniforme e indisoluble, mientras que el cuerpo pertenece al mundo sensible y es mortal, multiforme e irracional.