La Narrativa Española de Posguerra
Años 40: Aislamiento y Ruptura
Al acabar la Guerra Civil, la situación cultural y literaria en España era desoladora. Las generaciones de escritores anteriores habían desaparecido o se encontraban en el exilio, y la realidad de la guerra se imponía como un tema ineludible. Este periodo se caracterizó por un aislamiento político, económico y cultural. La miseria económica, la represión y la censura provocaron la ruptura con la narrativa anterior a la guerra.
Tras la guerra, surgieron diferentes tipos de novela:
- Novela conformista: Con temas y formas conservadoras, dentro de la ideología franquista. Destaca José María Gironella (Los cipreses creen en Dios).
- Novela de humor: Se sitúa W. Fernández Flórez (El bosque animado).
- Novela tradicional: Retrata la triste realidad social de la época. Destacan Ignacio Agustí y Juan Antonio Zunzunegui.
- Novela existencial: Refleja el desajuste entre la realidad y los deseos del autor. Carmen Laforet, publica Nada, una obra pesimista que narra el desencanto de una joven.
Camilo José Cela y Miguel Delibes representan la evolución de la narrativa española.
Cela escribe La familia de Pascual Duarte, que inaugura la novela tremendista, con una visión pesimista del ser humano.
Delibes, con La sombra del ciprés es alargada, se inicia en la novela existencial con una perspectiva humanista.
Otros autores tuvieron que escribir desde el exilio, tratando temas como la Guerra Civil y el desarraigo. Entre ellos:
- Ramón J. Sender (Crónica del Alba)
- Max Aub
- Rosa Chacel (Memorias de Leticia Valle)
- Francisco Ayala (La cabeza del cordero, Muertes de perro)
Años 50: Realismo Social
España se incorpora a la ONU y la censura se relaja. Aparece una mayor preocupación por los elementos formales y la llegada de elementos de la cultura extranjera. Se aprecia la influencia de la novela americana y europea. La literatura se convierte en un instrumento de lucha reflejando la realidad contemporánea. Los obreros y campesinos protagonizan las obras de este periodo. El realismo se hace más objetivo.
Entre los autores de este momento, se encuentran:
- Ignacio Aldecoa (Gran Sol, Con el viento solano)
- Carmen Martín Gaite (Entre visillos, Retahílas, El cuarto de atrás)
- Juan Goytisolo (Juegos de manos, Señas de identidad, Reivindicación del conde don Julián)
- Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama)
Camilo José Cela comienza su etapa de Realismo social con La colmena, que trata la posguerra española utilizando un protagonista colectivo.
Miguel Delibes publica El camino, con los temas del campo y la infancia. Desarrolla este realismo rural en obras como Las ratas y Los santos inocentes.
Años 60: Renovación Formal
El fin de la guerra fría, los movimientos de liberación colonial y las revoluciones comunistas, junto a los movimientos juveniles del mayo del 68, marcan un cambio en las costumbres sociales. En España, supone el fin de la sociedad tradicional. La censura se relaja y la cultura se ve influida por la europea, la estadounidense y el “boom” de la literatura hispanoamericana.
En las nuevas formas narrativas pierden importancia los elementos tradicionales como el espacio, el tiempo o los personajes. Elementos clave de la renovación formal son:
- Multiplicidad de puntos de vista
- Mezcla de géneros y registros lingüísticos
- Uso del monólogo interior y la corriente de conciencia
- Saltos en el tiempo y flashbacks
- Concepción mítica de la realidad
Esta corriente se inaugura con la obra de Luis Martín Santos, Tiempo de silencio.
Otros autores que escriben en esta etapa son:
- Juan Marsé (Últimas tardes con Teresa, La oscura historia de la prima Montse, El embrujo de Shanghai)
- Juan Benet (Volverás a Región, Un viaje de invierno, Saúl ante Samuel)
- Gonzalo Torrente Ballester (La saga/fuga de J.B.)
Camilo José Cela experimenta con esta renovación en Mrs. Caldwell habla con su hijo, San Camilo 1936, Oficio de tinieblas y Mazurca para dos muertos.
Miguel Delibes publica Cinco horas con Mario, un largo monólogo de una viuda. Más adelante vuelve al mundo rural con Los santos inocentes. En sus últimas novelas se suma a las corrientes narrativas en las que las historias vuelven a cobrar protagonismo: Señora de rojo sobre fondo gris, El hereje.