Teoría del Conocimiento
En la teoría del conocimiento, en su reflexión sobre el problema del conocimiento, Kant realiza un importante esfuerzo de síntesis entre el racionalismo y el empirismo. Kant coincide con Descartes y Hume en que conocer no es copiar la realidad tal cual es y afirma que no conocemos el mundo tal como es, sino tal y como somos capaces de conocerlo. Descartes y Hume son idealistas porque creen que es el sujeto que conoce quien determina la realidad. Kant plantea un idealismo trascendental que va más lejos al plantear que el sujeto no percibe pasivamente el objeto de conocimiento, sino que impone unas condiciones que hacen posible el conocimiento, percibe y organiza las ideas, es, pues, un sujeto activo.
En relación con el origen y el fundamento del conocimiento, Descartes sostiene que la razón es el fundamento del conocimiento y que este tiene su origen en las ideas innatas. Hume, por el contrario, considera que el origen del conocimiento reside en la experiencia sensible, en nuestras impresiones, que originan nuestras ideas y dan validez al conocimiento. Kant intenta conciliar ambas posturas al indicar que los conceptos sin contenido son vacíos y las intuiciones sin conceptos son ciegas. Adopta una posición intermedia a las planteadas por Descartes al asegurar que podemos tener un conocimiento universal, necesario y objetivo, y Hume, al defender que solo es posible un conocimiento probable y limitado del mundo.
En relación a la posibilidad de la metafísica como ciencia, Descartes dirá que sí, ya que el conocimiento es ilimitado, en cambio Hume y Kant dirán que el conocimiento está limitado a la experiencia y por lo tanto la metafísica no es ciencia. Kant dice además que el ser humano no puede dejar de plantearse cuestiones que están más allá de los límites de la experiencia, así que aunque no sea una ciencia, es un saber racional que no se puede conocer pero sí pensar.
Teoría Antropológica y Ética
En la teoría antropológica y ética, en la visión del hombre Kant coincide con Platón y Descartes al concebir al ser humano como un ser racional y en su visión dualista al aceptar el alma como una entidad real diferente al cuerpo. Discrepa de Hume en que este piensa que el hombre es un cúmulo de impresiones conectadas entre sí por asociación psicológica y no hay evidencia alguna de la existencia del alma.
Kant propone una ética universal y afirma que todos los sistemas morales anteriores al de Kant son según él materiales, pues indican qué quieres hacer si quieres conseguir un fin. El imperativo solo obligaría a quienes aceptaron el fin por lo que no es universal. Para Kant, para que sea un deber moral debe ser universalizable, debe ajustarse al imperativo categórico, que ni propone un fin ni dice lo que tienes que hacer, obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se tome ley universal.
En el tema de la ética Kant busca corregir el relativismo de Hume para quien la razón no es el fundamento de nuestros juicios morales, pues todo se reduce a sentimientos y sensaciones. Para ello, Kant distingue 2 clases de moral, la moral material y la formal.
Teoría Política
En la teoría política, en relación al tema del pacifismo tanto Kant como Saint-Pierre y Rousseau apostaron por un pacifismo jurídico, es decir, intentaron demostrar que no hay guerra justa o razonable, sino que lo único razonable es erradicar para siempre la violencia.
En relación al contrato social, distinguimos entre la teoría política de Platón y Aristóteles, que eran organicistas, y los planteamientos políticos de la filosofía moderna de Hobbes, Locke, Rousseau y Kant, que eran contractualistas. Kant toma de Hobbes la descripción de la humanidad en estado de naturaleza como insociabilidad y tendencia a la guerra. Hobbes creía que los hombres decidían salir de ese estado para escapar de la miseria de la guerra mientras que Kant entiende que es un deber moral el que empuja al hombre a salir de tal estado. Ambos coinciden en que la naturaleza del hombre es mala y necesita un poder coactivo para el cumplimiento de la ley.
El contrato social por el que los hombres abandonan el estado de naturaleza implica en Kant, por un lado, el respeto a la libertad del individuo pues este es un derecho natural tanto en Kant como en Rousseau y, por otro lado, la sumisión a la autoridad del soberano encargado de hacer cumplir las leyes. Para Kant la función del estado civil es garantizar la colibertad, la coexistencia de las libertades individuales. En este caso Kant hace gala de un pensamiento liberal afín a Locke y se opone al planteamiento paternalista de los griegos, aristotélico para educar la felicidad y platónico para garantizar la virtud de los ciudadanos.
En relación a la libertad, la igualdad y ciudadanía, condiciones que hacen posible la paz, Kant dice que todos somos iguales ante la ley excepto el soberano que tiene que hacer cumplir y sin cuya coacción no sería posible el gobierno. En este punto Kant se acerca más a Hobbes que a Rousseau. Para Rousseau todos los individuos son ciudadanos con derecho a legislar mientras que para Kant existen ciudadanos pasivos y activos. En este aspecto Kant se aleja del igualitarismo ilustrado y está más próximo a las distinciones clasistas del mundo griego.