La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias: un análisis del impacto económico y político

Impacto económico

La Segunda Guerra Mundial tuvo una dimensión económica formidable y los estados pusieron la producción, la ciencia y la técnica al servicio de las necesidades bélicas. El crecimiento preeminente del complejo industrial militar implicó un cambio extraordinario de la organización de la producción y un aumento importante de la mano de obra en los países beligerantes a pesar del reclutamiento militar. En el caso de Gran Bretaña, EEUU y Japón significó la movilización masiva de mujeres y su incorporación al mundo laboral. Al final del conflicto, la devastación era importante en Europa oriental, donde el pillaje de las ciudades (Polonia), la práctica de la tierra quemada (URSS) y la destrucción de pueblos y campos (Yugoslavia) provocaron la caída de la capacidad de producción. En Europa Occidental, las ciudades y las vías de comunicación fueron los elementos más afectados. Por su parte, Japón había quedado al borde de la aniquilación, con Tokio y los centros industriales destruidos. Los países que habían quedado territorialmente al margen de la contienda, como Canadá, Australia, Suecia y EEUU, incrementaron su riqueza, especialmente este último. La reconstrucción de Europa parecía una empresa casi imposible, pero la conservación parcial de la industria bélica en Gran Bretaña y Francia constituyó el punto de partida para el desarrollo económico. La intervención del Estado en la economía y en la sociedad europea fue otro elemento decisivo que marcó un cambio respecto del pasado y que puso las bases para la creación del Estado del bienestar. Las victorias electorales en Gran Bretaña y de la izquierda en otros países implicaron la recuperación de la vida económica y la atención de las necesidades sanitarias.

Conflictos de paz

La organización de la paz se basó en conferencias entre los aliados a partir del año 1941 (Carta Atlántica). Las más importantes fueron las que impulsaron los tres grandes (EEUU, Gran Bretaña y la URSS) desde 1943 en Teherán hasta la de Yalta en febrero de 1945. Yalta marcó el momento de mayor colaboración entre los aliados: Roosevelt, Stalin y Churchill decidieron la desnazificación y la partición de Alemania e incorporaron a Francia en el reparto. Se estableció crear un nuevo organismo internacional para garantizar la paz: la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La Conferencia de Potsdam fue la última que hicieron los tres grandes. Fijaron la situación de Alemania, que conservaría la unidad y quedó bajo la tutela de los aliados. Berlín se dividió en cuatro zonas con un gobierno interaliado y se consolidaron las fronteras de Polonia. El enfrentamiento entre Stalin y Truman se acabó con acusaciones mutuas de pretender la hegemonía mundial. Se esperó hasta la Conferencia de París para elaborar los tratados de paz con Italia, Rumanía, Bulgaria, Hungría y Finlandia, firmados en 1947. Hasta 1955 no se firmó el de Austria, que seguía ocupada por los aliados. Las potencias aliadas, excepto la URSS, firmaron la paz con Japón. Alemania no firmó ningún tratado de paz.

Guerra de Vietnam (desde 1957 hasta 1975)

Los franceses evacuaron la región de Indochina y la Conferencia de Ginebra de 1954 ratificó la división del territorio en dos estados. El dirigente comunista de Vietnam del Norte anunció la decisión de enviar tropas para conquistar Vietnam del Sur, cuyo régimen se había negado a hacer las elecciones previstas con objeto de conseguir una posible reunificación. En 1960, los comunistas de Vietnam del Sur fundaron el Frente Nacional de Liberación, el brazo armado del llamado Vietcong, que apoyó la ofensiva del norte para conseguir la reunificación. Vietnam del Sur tuvo el apoyo de los EEUU y Vietnam del Norte el apoyo de la URSS. Los estadounidenses suministraron tropas y armamento a Vietnam del Sur. El conflicto se intensificó, pero la ayuda aumentó al máximo bajo el gobierno del presidente Lyndon Johnson. Los EEUU tuvieron que enfrentarse a una población organizada en guerrillas que no se rendía fácilmente, aún usando recursos como la guerra química y bombardeos sobre la población civil con bombas incendiarias. Se abrió paso a la negociación por la protesta de algunos jóvenes en el año 1968. Al año siguiente, el presidente Nixon defendió la retirada de las tropas extranjeras para limitar el enfrentamiento entre las tropas vietnamitas. Los EEUU incrementaron los bombardeos. En enero de 1973, las conversaciones se acabaron con la firma de los Acuerdos de París, que concertaron un alto al fuego y el final de la ayuda militar de los EEUU. En 1975 se completó la retirada de las tropas estadounidenses.

Las disidencias en el bloque occidental

En Europa occidental, el liderazgo de los EEUU y el clima de enfrentamiento con el bloque del Este eran cuestionados y algunos países se inclinaron hacia una política de más independencia y de conciliación. Hubo intentos de acercamiento al bloque del Este que hizo el canciller alemán Willy Brandt, conocidos con el nombre de Ostpolitik (1970). Esta orientación de la política se concretó en el establecimiento de conversaciones con la URSS y con Polonia, en el reconocimiento de la división de Alemania y en una aproximación a sus homólogos de la República Democrática. Finalmente, la normalización de las relaciones entre las dos Alemanias dio como resultado que ambas fueran admitidas en la ONU en 1973. Francia fue uno de los estados más reacios a aceptar el liderazgo de los EEUU. Francia se negó a someter su flota a las directrices de la OTAN y no aceptó la sumisión de su política. También inició un plan para conseguir la independencia en tecnología nuclear y mantuvo relaciones diplomáticas independientes. El Consejo de Europa y el acercamiento franco-alemán inauguraron una política de colaboración entre países europeos. La firma del Tratado de Roma supuso la creación de la Comunidad Económica Europea. Para muchos europeos, la intervención de los EEUU en Asia fue una agresión injustificable y su política en América Latina generó críticas.