El relieve de España: características, evolución y unidades principales

La Situación Geográfica de España

La geografía de España se localiza en el suroeste de Europa y en el norte de África, en la zona climática templada. España ocupa los siguientes territorios:

  • En el continente europeo, la Península Ibérica, así como las islas Baleares, situadas en el mar Mediterráneo.
  • En el continente africano, Ceuta y Melilla y el archipiélago de las Islas Canarias.

La Península Ibérica

La Península Ibérica posee la siguiente idiosincrasia geográfica:

  • Cuatro unidades morfoestructurales: zócalos, macizos, cordilleras de plegamiento y cuencas.
  • Cuatro formas de disposición del relieve: estructuras plegadas, estructuras falladas, estructuras horizontales y estructuras en cuesta.
  • Cuatro etapas fundamentales de evolución geológica: la era primaria, la era secundaria, la era terciaria y la era cuaternaria.
  • Cuatro tipos de roquedo: silíceo, calizo, arcilloso y volcánico.
  • Cuatro formas de modelado: granítico, kárstico, acarcavado y volcánico.

Características del Relieve Español

Perfil Litoral Poco Recortado

El macizo y compacto relieve peninsular provoca que las aguas del mar tengan escasa influencia sobre el territorio; por ello, el clima se continentaliza rápidamente hacia el interior.

Elevada Altitud Media

La altitud media de la península Ibérica es de 660 m. La mayor parte de su territorio está constituido por una alta planicie, la Meseta Central.

En el relieve de la península Ibérica resulta escaso el porcentaje de tierras con altitudes inferiores a 200 m; destaca la gran extensión de la Meseta en el interior, comprendidas entre los 500 y los 1000 m.

Disposición Periférica de las Principales Unidades del Relieve

La ubicación periférica del relieve montañoso en torno a la Meseta también frena la influencia del mar y causa fuertes contrastes entre el interior peninsular y el litoral.

La Evolución Geológica del Territorio Español

Paleozoico o Era Primaria (hace entre 600-225 millones de años)

A finales del Paleozoico tuvo lugar la orogenia herciniana, que alteró de manera importante el núcleo primitivo de la Península. De los mares que cubrían dicho núcleo surgieron montañas que formaron una cordillera: el Macizo Hespérico o Ibérico. Este macizo -el núcleo de la actual Meseta- resultó muy alterado por la erosión y basculó hacia el este. Estaba compuesto en su mayor parte por pizarra, granito y cuarcita.

Mesozoico o Era Secundaria (hace entre 225-68 millones de años)

Durante esta etapa de erosión y sedimentación, el flanco oriental del Macizo Ibérico se sumergió parcialmente bajo las aguas y quedó cubierto en su mayor parte por materiales sedimentarios. Al mismo tiempo, en la superficie, las cordilleras hercinianas sufrieron una fuerte erosión.

Cenozoico o Eras Terciaria y Cuaternaria (desde hace 66 millones de años hasta la actualidad)

En esta etapa se generó la orogenia alpina, que es la principal responsable de la configuración del relieve peninsular actual.

Las Áreas Silíceas o Hercinianas

Estos territorios se corresponden, principalmente, con el oeste de la Península: Macizo Galaico-Leonés, Montes de León, Sistema Central, Montes de Toledo, Extremadura, oeste de Castilla-La Mancha y Sierra Morena, junto con algunas áreas del eje central de los Pirineos (Pirineo axial), la cordillera Cantábrica, el Sistema Ibérico, la cordillera Costera Catalana y la cordillera Penibética.

El granito puede alterarse químicamente (se descompone por efecto del agua) o fracturarse; estas fracturas o diaclasas modelan diferentes paisajes en función de la altitud a la que se producen.

Las Áreas Calizas

Son territorios formados por rocas sedimentarias que se depositaron en los fondos de los mares durante la era secundaria (o Mesozoico) y se plegaron intensamente a lo largo del Cenozoico (plegamiento alpino). Se localizan principalmente en el sector oriental de la cordillera Cantábrica, en los Montes Vascos y en amplias zonas del Pirineo, de la cordillera Costera Catalana, del Sistema Ibérico y de la cordillera Bética. La roca predominante es la caliza, junto con las margas (un tipo de roca sedimentaria compuesta por calcita y arcilla), los conglomerados y las areniscas.

Las Áreas Arcillosas

Están constituidas por rocas sedimentarias poco resistentes a la erosión que fueron depositadas en áreas lacustres o mares poco profundos a finales del Cenozoico, por lo que no fueron afectadas por los principales movimientos orogénicos que se produjeron en la península Ibérica, y permanecieron sin plegarse o fracturarse.

Las rocas más abundantes en estas áreas son las arcillas y las margas. Aunque ambas son relativamente blandas y deleznables, se comportan de distinta manera ante la erosión, puesto que la arcilla es impermeable y no soluble, mientras que la marga es permeable y porosa.

Las Áreas Volcánicas

Se localizan principalmente en las islas Canarias y, dentro de la península, en el norte de Gerona (Olot), en el sureste de la submeseta sur (Campo de Calatrava) y en el sureste peninsular (áreas costeras de Murcia y Almería). En los territorios peninsulares solo se encuentran restos del modelado y las rocas volcánicas, mientras que en el archipiélago canario, de origen volcánico, existen numerosas formas del relieve originadas por el vulcanismo, como conos volcánicos, mantos de lava.

Las Grandes Unidades del Relieve Peninsular e Insular: Identificación y Rasgos Principales

La principal unidad del relieve de la península Ibérica es la Meseta, que ocupa gran parte del interior peninsular y que está dividida en dos partes por el Sistema Central. Se encuentra separada del resto de la Península por una serie de rebordes montañosos: macizo Galaico Leonés, cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena. Fuera de la Meseta existen dos grandes depresiones con forma triangular, la del Ebro y la del Guadalquivir, rodeadas por una serie de cadenas montañosas periféricas: Pirineos, cordillera Costera Catalana, Montes Vascos y cordillera Bética.

Las Costas Mediterráneas

El litoral mediterráneo consta de tres vertientes:

  • El litoral catalán, que se extiende desde la Costa Brava, en la frontera con Francia, hasta el delta del Ebro. Presenta tres sectores costeros: en el norte, los acantilados en la zona en la que la cordillera Costera Catalana llega al litoral y los deltas del Llobregat y del Ebro; y en el sur, costas de playa.
  • El litoral levantino, que engloba las costas de Valencia y Alicante. Son terrenos bajos, con playas amplias y arenosas y con diversas albuferas, como la de Valencia, y tómbolos, como el de Peñíscola o el peñón de Ifach.
  • El litoral andaluz y murciano, que presenta como principal característica la influencia del relieve de la cordillera Bética. En el litoral murciano, la cordillera Subbética forma salientes calizos que delimitan áreas de amplios golfos con costas bajas y arenosas en las que se han originado albuferas.

Las Costas Atlánticas

El litoral atlántico consta de tres vertientes:

  • La costa cantábrica, que se extiende desde la desembocadura del Bidasoa, junto a la frontera francesa, hasta la ría de Foz. Tiene un trazado bastante rectilíneo y longitudinal respecto a la cercana cordillera Cantábrica, y abarca muy poca extensión de la plataforma costera.
  • La costa atlántica gallega, que abarca desde la ría de Foz hasta la desembocadura del Miño: es la costa más accidentada del litoral español y una de las más escarpadas de Europa.
  • La costa atlántica andaluza, que se extiende entre la desembocadura del Guadiana y el peñón de Gibraltar. Es una continuación del relieve llano de la depresión del Guadalquivir, por lo que difiere mucho de las costas cántabras y gallegas.