Crimen y Castigo, Fedor Dostoievski
Es un novelista ruso de la II mitad del siglo XIX. Tuvo una vida triste, marcada por el alcoholismo de su padre, y estuvo exiliado en Siberia. Es uno de los máximos representantes del realismo y sus obras están cargadas de contenido social, con tono pesimista, de detallados análisis psicológicos de los personajes y de abundantes descripciones de personajes, de lugares y objetos.
Dostoievski es también un autor que muestra gran preocupación moral y filosófica.
“Crimen y castigo” es una de sus mejores novelas, que indaga en la consciencia humana y hace un agudo estudio psicológico en lo que descubre lo más oscuro del alma. Siente obsesión por el mal, el sufrimiento y el sentimiento de culpa.
El autor no analiza fríamente a los personajes, sino que muestra piedad por los más desgraciados, porque son reflejo de la sociedad rusa. Dostoievski utiliza una narración y unos diálogos muy intensos, es capaz de realizar profundas descripciones del subconsciente y, mediante el llamado “monólogo de confesión”, describe la vida interior y las ideas de los personajes.
“Crimen y castigo” puede ser considerada, por un lado, una novela policíaca con un asesinato preparado como “un crimen perfecto”, con un detective y un delincuente, pero es sobre todo una novela psicológica. El personaje central de la novela es Raskolnikof, un estudiante que, empujado por la miseria y creyéndose una especie de súper hombre por encima del bien y del mal, mata a una usurera para robarle. Sorprendido por una hermana de esta, opta por matarla también, aunque no lo había previsto. Después de este doble asesinato, el sentimiento de culpa lo está volviendo loco y acaba entregándose a la policía. Hay otro personaje, Sonia, que actúa como la voz de la consciencia; es hija de un funcionario alcohólico y se prostituye para dar de comer a sus hermanas.
Raskolnikof es un intelectual que se interesa por las teorías del súper hombre de Nietzsche, que cree que tiene el derecho de los fuertes a dominar el mundo valiéndose de todos los medios. Las intenciones de Raskolnikof podrían, por tanto, considerarse buenas, pues asesina a la vieja para acabar sus estudios, salvar a su madre y a su hermana, y ayudar a los desgraciados que hay a su alrededor.
Una vez consumado el asesinato, el protagonista se convierte en víctima acorralada por su obsesión. El propio autor calificó su novela como “Historia psicológica de un crimen” y la organizó en dos novelas temáticas, de extensión muy desigual. Un primer núcleo que podríamos llamar preparación y ejecución del asesinato (parte 1) y un segundo núcleo donde se va desarrollando su autoconfianza hasta que confiesa el crimen a la policía (parte 2).
El fragmento que vamos a comentar es precisamente el momento del crimen, casi al final de la primera parte de la novela.
Si hablamos de la estructura, diremos que este fragmento se divide en dos partes: (parte 1) Descripción del momento del horroroso crimen, descripción de la víctima y de la descripción psicológica del protagonista.
Esta primera parte se divide a su vez en diversas subpartes: comienza con el momento del hachazo (primer párrafo), seguido de los pensamientos del protagonista (segundo párrafo) y concluye con la singular descripción de la vieja, con la que pretende justificar sus actos, y la morbosa descripción de los dos nuevos hachazos para asegurar su muerte (tercer párrafo); y en la parte dos, también dividida en subpartes, que comienza con el cuarto párrafo en el cual se muestra la mente del protagonista, es decir, se observa la sangre fría de Raskolnikof tras el asesinato de la vieja. Seguidamente, nos adentramos en el quinto párrafo, en el que se realiza una detallada descripción del cuarto de la víctima y concluye con la reacción del protagonista, creando una tensión sin resolver, situada en el último párrafo.
Si decidimos analizar sus componentes, nos encontramos con una escasez de recursos literarios. Llama la atención el contraste de los pretéritos perfecto simple y pretérito imperfecto, ya que diferencian las descripciones de la acción propia de la obra. Seguido de esta, encontramos una metáfora que se refiere a lo que sentía el protagonista.
A continuación, observamos una comparación y, dentro de esta, la metáfora más importante del texto, por su significado negativo, ya que compara el pelo de la vieja con la cola de una rata. También encontramos un oxímoron en “débil grito”, debido a que estos dos términos se contradicen. A lo largo del texto, podemos apreciar en numerosas ocasiones una técnica narrativa visual, para ayudar al lector. Posteriormente, encontramos un recurso de prolepsis “Más adelante”, ya que esta adelanta la acción en la obra. Por último, además de la contradicción, hay cierto tono irónico, ya que en la descripción de la víctima hay connotaciones negativas y, casi al final del fragmento, podemos apreciar una crecida de tensión gracias a una polisíndeton situada en la repetición de la “y”, que da lentitud al fragmento.
En este fragmento se representa muy bien la literatura realista, ya que narra perfectamente la acción y aporta minuciosos detalles, ayudándose de diversas técnicas narrativas para llamar la atención del lector. El autor consigue una prodigiosa descripción de realidades físicas y mentales.
Edgar Allan Poe
Escritor, poeta, crítico y periodista estadounidense que representa el movimiento romántico norteamericano, y es uno de los maestros universales del relato corto.
En Estados Unidos se desarrolló menos la novela que en Europa, y se preferían los relatos de viajes o de memorias de algún personaje, pero sobre todo eran aficionados a los relatos cortos. Estos se vieron influenciados por la novela gótica (terror) que triunfaba en el Reino Unido en aquella época.
Allan Poe nació en Boston en 1809, tuvo una vida complicada llena de problemas y su propia muerte se produjo en extrañas circunstancias.
La poesía fue su verdadera pasión, pero para sobrevivir tuvo que dedicarse al relato de terror, al fantástico y al detectivesco.
En 1845 publicó un poema que le haría célebre: “El cuervo”. Fue el primer estadounidense que intentó hacer de la escritura su modus vivendi. Fue renovador de la novela corta y marcó profundamente la literatura de su país y se puede decir que de todo el mundo. Influyó muchísimo en la literatura simbolista francesa, en el surrealismo, en la literatura de fantasía victoriana (Gran Bretaña) e influyó también en escritores como Dostoievski, Baudelaire y Kafka.
Su trabajo ha sido asimilado por la cultura popular, el cine, el cómic, la pintura y la televisión. Él, a su vez, se dejó influir por autores como Boccaccio, Lord Byron y Walter Scott.
Poe demuestra una gran inteligencia e imaginación, y es capaz de dominar el misterio y recrear una auténtica atmósfera de terror. Domina muy bien el “tempo” o ritmo narrativo que hace que los relatos sean fáciles de leer.
Entre los cuentos de Poe hay que destacar los que pertenecen al género fantástico y de terror: “El gato negro”, fue un género que Poe escogió para contentar al público de la época, que gustaba de temas como la muerte, la descomposición de cadáveres, etc. Otros temas recurrentes son la venganza, la culpa, la influencia del alcohol y otras drogas; todos estos temas están asociados al romanticismo oscuro.
“El gato negro” es uno de los más conocidos cuentos siniestros de Poe, así como la mezcla de miedo, enajenación y arte. En este cuento, además, aparecen contenidos autobiográficos y supersticiosos. Entre los temas tratados, muestra la locura, pues el protagonista se ve aquejado por incontables accesos de una demencia sádica que deriva del alcohol.
La dantesca escena final, en la que se reflejan los horrores visuales, pero sobre todo auditivos, es considerada una de las mejores logradas en los relatos de terror y, de hecho, es la preferida por los artistas gráficos para ilustrar las obras de Poe.
Precisamente es la última escena la que vamos a comentar, donde se muestra la aparición del cadáver; además, nos da pistas sobre la personalidad del protagonista.
Este fragmento está dividido en dos partes; la primera parte está constituida por los tres primeros párrafos. Esta parte, a su vez, está dividida en dos subpartes: una primera que es el registro de la policía, en la cual se observa un epíteto en “nueva y rigurosa inspección”, que alude a las anteriores inspecciones, y en la segunda se observa la ratificación del carácter del protagonista; la segunda parte está constituida por dos párrafos en los que se observa la aparición morbosa del cadáver de la mujer en descomposición.
Atendiendo al análisis estilístico, podemos destacar al principio del primer párrafo las metáforas como “mi escondrijo era impenetrable” o “mi corazón latía… en la inocencia”, los cuales hacen referencia al nerviosismo por el cual estaba pasando el marido, sabiendo que ahí escondía todo lo que había hecho. Muchas de estas metáforas insisten en demostrar el carácter psicópata del protagonista. Además, nos resulta sorprendente encontrar la frase “andaba tranquilamente de aquí para allá”, ya que nos hace pensar que estamos ante una ironía. Por último, nos encontramos con otra comparación irónica con valor cultural que nos hace referencia al soñar de un bebé “como el que duerme en la inocencia”.
Al comienzo del segundo párrafo se produce un pequeño y triunfal diálogo en forma indirecta: “-Caballeros- dije, por fin, cuando el grupo subía la escalera-”. Seguidamente, se observa un monólogo interior en el cual vemos la mente del protagonista “en mi frenético deseo… de mis palabras”, y al final de este mismo párrafo vemos una sorprendente paradoja en “la esposa de mi corazón”, ya que tiene un tono de melancolía, como si la echara de menos, cuando es él mismo el que la mata y la empareda en la pared.
Al comienzo del tercer párrafo, nos encontramos con una exclamación retórica, la cual hace referencia al infierno con un valor antitético, ya que aparecen contradicciones: “¡Que Dios me proteja y me libre de las garras del archidemonio!”. También apreciamos connotaciones del romanticismo gótico “tumba” y, en la mitad del párrafo, observamos la descripción auditiva más importante de la historia, la cual comienza con un “Un quejido, sordo…” y finaliza con “…un alarido, un clamor de lamentación…”. En esta descripción, podemos ver cómo compara el aullido del gato con el lamento de un niño. También apreciamos una enumeración de tres epítetos: “largo, agudo y continuo”. Finalizando el tercer párrafo, vemos una antítesis con dos términos compuestos: “horror” y “triunfo”, y para concluir, podemos apreciar una importante y larga comparación que es muy descriptiva y la compara con los condenados.
Al principio del último párrafo, hay un salto en el tiempo volviendo al futuro mediante esta frase: “hablar de lo que pensé en ese momento sería locura”.
La escena final es importante porque, además de contener numerosos recursos como el epíteto “roja boca abierta”, recuerda el color de la sangre, y la comparación “como de fuego” al comparar el ojo del gato. Es la escena en la que encuentra el cadáver de la mujer. Este fragmento llama la atención, ya que el protagonista tiene un carácter psicótico. Además, en este texto narrativo se crea el ambiente de terror perfecto gracias a los adjetivos y las palabras con connotaciones negativas. Por último, cabe destacar la descripción auditiva, ya que es la descripción mejor lograda de la historia.