Proxémica: La distancia íntima, personal, social y pública

La Distancia Íntima

La distancia íntima puede ser cercana o lejana, de 15 a 45 centímetros. La fase cercana corresponde a hacer el amor, a amistades muy íntimas y a los niños que se agarran a sus padres o a otros niños. Si el contacto se establece entre dos hombres, normalmente resulta incómodo. Entre dos mujeres es más aceptable, mientras que en la cultura árabe dicho estado es aceptado entre dos hombres. La fase lejana de la distancia íntima permite darse la mano y no es aceptable entre dos hombres adultos norteamericanos.

La Distancia Personal

La segunda zona del territorio codificada por el Dr. Hall se denomina zona de distancia personal. Existe una distancia personal cercana y una distancia personal lejana. El área cercana es de 45 a 75 centímetros. Es aún posible tomar la mano del compañero a esta distancia. Permite cierta intimidad y circunscribe más bien una zona íntima que una zona personal. La fase lejana de la distancia personal es situada por el Dr. Hall desde 75 a 120 centímetros y la considerada el límite de la dominación física. Ya no podemos tocar al compañero lo que privatiza los encuentros. Sí puede mantenerse una conversación hasta cierto punto personal. Acercarse demasiado cuando la relación es la personal lejana es considerado entrometerse o la señal de una preferencia personal.

El Espacio Social y Público

La Distancia Social

La distancia social tiene también una fase cercana y una fase lejana. La fase cercana va de 120 a 210 centímetros y es la distancia a la que se realizan las impersonales transacciones comerciales. La fase lejana de la distancia social, de 210 a 360 centímetros, corresponde a relaciones sociales o de negocio más formales. Permite cierta protección.

La Distancia Pública

Hall menciona la distancia pública y se refiere a ella como la máxima extensión de nuestros límites territoriales. Una vez más tenemos fase cercana y fase lejana. La fase cercana de la distancia pública va de 360 a 750 centímetros y corresponde a reuniones poco formales, como el discurso de un profesor en una sala de estudiantes, o de un jefe en una conferencia de trabajadores. La fase lejana de la distancia pública de 750 centímetros o más, está reservada en general a los políticos, en cuyo caso la distancia es un factor de seguridad, tal y como ocurre con los animales. Ciertas especies dejan que el hombre se acerque hasta esa distancia antes de retirarse. La esfera pública lejana del político o del actor en un escenario contiene algunas declaraciones de lenguaje corporal que se utilizan para impresionar a la audiencia y no necesariamente para decir la verdad. A esta distancia es más fácil mentir con los movimientos del cuerpo. En la televisión, la combinación de las tomas de cerca y de lejos exigen un tipo más de lenguaje corporal. Un movimiento de párpado o de ceja, un temblor de labio, puede transmitir mucho más que un gran movimiento del brazo o del cuerpo entero en una toma lejana.

Las Manos

  • Palma de la mano: HACIA ARRIBA (sinceridad, honestidad y lealtad), HACIA ABAJO (autoridad y dominio).
  • Cerrada con dedo apuntando (ataque, sentimientos negativos).
  • Otros gestos con las manos: frotarse las manos (engaño, expectativas positivas).
  • Manos unidas (actitudes reprimidas y ansiosas).
  • Campanario (confianza y seguridad).
  • Manos unidas a la espalda (autoridad).
  • Enseñar el pulgar (superioridad), el anillo (inteligencia y reflexión).
  • El puño cerrado (agresividad).

Maneras de Saludar

Según Pease, cuando un sujeto aprieta la mano de otro transmite tres actitudes: dominio, sumisión o igualdad. Se trata de una impresión que se transmite y se recibe de forma inconsciente pero pueden tener un impacto inmediato sobre el resultado de la interacción comunicativa. De esta forma, el dominio se transmite llevando a cabo un giro en la mano de tal modo que (1) la palma quede mirando hacia abajo. Aunque no es necesario que la palma mire hacia abajo es precisamente la mano situada encima lo que comunica que ese sujeto desea controlar y dominar el encuentro. Este tipo de saludo, que suele denominarse también ‘posición de la mano superior’ proviene de los romanos, una época en la que cuando dos líderes se encontraban se saludaban con una versión erguida equivalente a la lucha libre. Así, cuando un líder tenía más fuerza que el otro, su mano solía acabar encima de la mano del otro. En este contexto es interesante hacer también referencia a la arremetida con la (2) palma de la mano hacia abajo, según Pease, una reminiscencia del saludo nazi, motivo por el que está considerado el apretón de manos más agresivo debido a que no ofrece al receptor apenas oportunidades de entablar una interacción igualitaria. Son apretones de manos que surgen de personalidades autoritarias y dominantes que fuerzan al receptor a adoptar la posición sumisa que se expondrá a continuación. Muchos líderes políticos, conscientes de la impresión de (3) dominio que ofrece la mano superior, se colocan al posar para los medios de comunicación en el lado izquierdo de la escena. Al parecer, el que aparece situado a este lado se percibe como dominante por parte de los espectadores debido a que es mucho más fácil lograr la posición de mano superior y aparentando a su vez llevar el control de la situación. El denominado (4) apretón de manos doble, uno de los saludos preferidos de los políticos y de la mayoría de los empresarios. Se trata de un gesto que normalmente aparece acompañado de un contacto visual directo y una sonrisa tranquilizadora. El apretón de manos doble incrementa la cantidad de contacto físico ofrecido por quien lo inicia y proporciona cierto grado de control y dominio sobre el receptor ya que restringe su mano derecha. Quienes hacen uso de esta manera de saludar suelen ser personas que intentan ofrecer una imagen de confianza y honestidad. Dicen Allan y Bárbara Pease que el apretón doble es como un abrazo en miniatura, motivo por el que es aceptable en aquellas circunstancias en las que también lo sería un abrazo. (5) El agarre por la muñeca y el codo son aceptables cuando se trata de dos personas cercanas ya que la mano izquierda del iniciador penetra en el extremo externo del espacio personal del receptor. Así, agarrar por el hombro y por la parte superior del brazo muestra un grado mayor de intimidad pudiendo concluir en un abrazo. Estos tipos de saludo a dos manos son bastante habituales entre políticos, sobre todo cuando saludan a sus votantes. Existe otro tipo de apretón de manos contrario a los anteriores en el que se ofrece la mano con la palma mirando hacia arriba, de tal forma que se ofrece simbólicamente a la otra persona la mano superior. Pease sostiene que es una actitud bastante habitual entre personas que quieren dar el control de la situación a su interlocutor o cuando se pretende pedir disculpas. Hay que tener en cuenta sin embargo que hay algunas personas que bien por problemas físicos (casos de artritis reumatoide) o bien por su profesión (cirujanos o músicos) tienden a adoptar el tipo de apretón de manos sumiso para protegerse las mismas. Existe otro tipo de apretón de manos muy relacionado con el sumiso que se produce cuando un sujeto se muestra tenso ante un desconocido. Es un apretón de manos frío y pegajoso que suele dejar una pobre impresión en el sujeto que lo recibe. Normalmente esta sensación se produce porque el cuerpo humano al estar en estado de tensión aleja de las células de la dermis de las manos dirigiéndola hacia los brazos o las piernas por si hay que salir huyendo. Por este motivo, las manos pierden temperatura y empiezan a sudar resultando frías y pegajosas al tacto. Otros estilos de apretón de manos pasan por el denominado apretón de torno, un estilo silenciosamente persuasivo que desvela un deseo de dominar la relación. Es un saludo en el que la palma de la mano mira hacia abajo realizándose a su vez un movimiento brusco hacia abajo seguido de dos o tres sacudidas vigorosas de rebote y un apretón que puede interrumpir el flujo sanguíneo hacia la mano; por su parte, el quebrantahuesos es el más temido de todos los apretones de manos, se trata de un saludo utilizado por personas de una personalidad agresiva que intenta desmoralizar a su oponente; mientras, existe otro estilo de apretón de manos en el que la sujeción se lleva a cabo en la punta de los dedos. Se trata de un saludo que no cumple su objetivo ya que los interlocutores tan solo se sujetan los dedos y que transmite falta de confianza y debilidad; mientras, la arremetida con el brazo rígido es utilizada por personas agresivas ya que lo que pretende es mantener a la otra persona alejada de su espacio personal. Sin embargo, es también usual en personas de zonas rurales, ya que éstas necesitan un espacio personal mayor; asimismo, otro apretón de manos consiste en agarrar con fuerza la mano extendida del receptor para después aplicar un brusco empujón hacia el lado contrario, es decir, arrastrando al receptor hacia el territorio del iniciador. Es un tipo de saludo que responde a personalidades inseguras; por otro lado, hay otro saludo cargado de connotaciones rurales que se inicia con una serie enérgica y rítmica de rápidas sacudidas verticales.