El Pensamiento de Santo Tomás de Aquino: Fe, Razón y las Cinco Vías

Contexto Histórico (Siglo XIII)

Santo Tomás de Aquino vivió en el siglo XIII, una época de relativa estabilidad política donde el poder real se consolidó frente a los señores feudales, las ciudades ganaron importancia y el comercio floreció. Este período presenció un gran desarrollo cultural impulsado por tres factores principales:

  • El nacimiento de las universidades.
  • El acceso al pensamiento árabe y judío, principalmente a través de la Escuela de Traductores de Toledo.
  • El establecimiento de las órdenes dominica y franciscana en París, y su acceso a las cátedras universitarias.

La racionalidad y el teocentrismo fueron elementos clave en este siglo, los cuales supo conjugar la escolástica. Esta corriente construyó grandes sistemas filosóficos y se preocupó fundamentalmente por dos temas: la relación entre fe y razón, y la naturaleza de los universales.

Las respuestas al problema de la fe y la razón variaron: algunos las consideraron enemigas; otros, complementarias; algunos subordinaron la razón a la fe; otros las vieron independientes; y otros, como Santo Tomás, las consideraron independientes pero armonizables cuando coincidían en sus objetos.

Respecto a la naturaleza de los universales, se encontraban dos posturas principales: los realistas, que afirmaban que los universales eran cosas, y los nominalistas, que los consideraban palabras.

La Suma Teológica y la Existencia de Dios

En la Suma Teológica, una de sus obras fundamentales de carácter teológico, Santo Tomás busca poner la doctrina cristiana al alcance de quienes inician su estudio. En ella, trata la relación entre fe y razón, centrándose en Dios, ya que el objetivo principal de esta doctrina es alcanzar el conocimiento divino.

El tema de Dios plantea varios problemas, uno de ellos es su existencia. Para Santo Tomás, la existencia de Dios no es un artículo de fe, sino un preámbulo a los artículos de fe, por lo que puede ser conocida mediante la razón natural.

Según Santo Tomás, la existencia de Dios se demuestra mediante la colaboración entre fe y razón a través de cinco vías, que comparten un esquema similar: parten de la experiencia sensorial, exponen el principio de causalidad y la imposibilidad de una regresión infinita, y concluyen con la afirmación de la existencia de Dios.

El Conocimiento según Santo Tomás

Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás distingue dos tipos de conocimiento:

  • Conocimiento sensitivo: Lo realizan los sentidos, que transmiten información al “sentido común”, donde se forma una imagen del objeto con todas sus particularidades.
  • Conocimiento intelectual: Lo realiza el entendimiento, que opera sobre la imagen del sentido común, captando los rasgos esenciales de la cosa a través de dos actividades:
    • Entendimiento agente: Abstrae los rasgos esenciales de la cosa, despojándola de sus elementos particulares, convirtiendo la representación sensible particular en universal.
    • Entendimiento paciente: Capta la esencia abstraída, lo que permite el conocimiento universal.

Primero, el entendimiento conoce la esencia de las cosas y luego, con esfuerzo, se concentra en sus particularidades.

La captación de lo universal plantea el problema del principio de individuación. Si todos compartimos la misma esencia, ¿qué nos hace diferentes? Según Santo Tomás, todos tenemos una materia común (esencia) y una materia concreta que nos diferencia.

Esencia y Existencia

Según el cristianismo, Dios es un ser necesario, mientras que los demás seres son contingentes (existen, pero podrían no existir). Santo Tomás distingue entre la esencia (¿Qué es?) y la existencia (¿Existe?) de las cosas. Todo ser creado posee esencia y existencia, pero solo en un ser necesario (Dios) ambas se identifican. La diferencia entre esencia y existencia se relaciona con los conceptos aristotélicos de potencia y acto: la esencia es potencia y la existencia es acto.

La existencia de una cosa depende del grado de perfección de su esencia. Solo la esencia de Dios es perfecta, por lo que Dios existe. Esta verdad necesita ser demostrada, y para ello, Santo Tomás propone las cinco vías:

  1. Primera vía (Movimiento): Todo lo que se mueve es movido por otro. Por lo tanto, debe existir un primer motor inmóvil: Dios.
  2. Segunda vía (Causalidad eficiente): Todas las cosas tienen una causa eficiente. Como no podemos remontarnos al infinito, debe existir una causa eficiente primera (causa incausada): Dios.
  3. Tercera vía (Contingencia): Existen seres que pueden existir o no existir, porque su existencia es recibida de otro. Por lo tanto, debe existir un ser necesario que tiene la existencia por sí mismo y la da a los demás: Dios.
  4. Cuarta vía (Grados de perfección): En las cosas hay grados de perfección. Debe existir un grado máximo de perfección que causa los grados menores: Dios.
  5. Quinta vía (Finalidad): Las cosas naturales sin inteligencia se dirigen a un fin. Debe existir un ser inteligente que ordena todas las cosas naturales a un fin: Dios.