1. Arquitectura y Pintura Barrocas en Europa
1.1 El Clasicismo Francés: Versalles como Imagen del Poder
El arte constructivo francés se vio más conectado con los precedentes clásicos que con el Barroco italiano. La constitución de la Academia de Arquitectura impuso el estudio de Vitruvio y el análisis de lo antiguo. Las academias supusieron un intento de unificar y controlar la producción artística. Inscrita en esa línea interpretativa de lo clásico, se levantó la Iglesia de los Inválidos de París, ejecutada por Mansart. Al exterior, se erigen dos cuerpos: el inferior con superposición de órdenes y el superior con una gran cúpula sobre tambor. El edificio resulta sobrio, sereno y equilibrado. La arquitectura civil alcanzó un inusitado desarrollo bajo el reinado de Luis XIV.
1.1.1 Palacio de Versalles
Los palacios podían ser privados, donde se conjugan palacio, ciudad y jardín. Los jardines, en Francia, se concibieron como una ordenación racional de la naturaleza. André Le Nôtre diseñó y ordenó los jardines de Versalles. La concepción de la obra sigue las estrictas normas del clasicismo francés. Sus fachadas se organizan en tres pisos, correspondientes en el interior a la zona de servicios (bajo), salones principales (planta noble) y aposentos íntimos (superior). La fachada posee un primer cuerpo a modo de gran zócalo para terminar en un tercer nivel de pequeñas ventanas. El avance de ciertas partes del muro, decoradas con columnas, es una de las pocas concesiones al Barroco, aunque las salas internas, ostentosamente decoradas, rompen la frialdad de lo clásico para inscribirse en la línea de ostentación barroca.
1.2 El Desarrollo de la Pintura: Los Países Bajos
Los Países Bajos quedan divididos tras la Reforma en dos territorios con caracteres distintos: Flandes y Holanda, dando lugar a dos modos de pintura muy distintos. Flandes, bajo el dominio español, es católico. Abundan temas religiosos en grandes lienzos para las iglesias. Los retratos intentan dar una imagen solemne del representado. En Holanda, república burguesa y protestante, desaparece la pintura de iglesia y los lienzos religiosos se tornan pequeños para las casas. El retrato es el tema más importante; se practica el retrato individual y el colectivo. Otros temas: paisaje, bodegones…
1.2.1 En Flandes: Pedro Pablo Rubens
Su vida transcurrió entre la diplomacia y la pintura. Su aprendizaje lo verificó junto a maestros manieristas, lo que explica la exagerada corpulencia de sus figuras, pero su estancia en Italia le abrió nuevos horizontes con el estudio de la pintura veneciana e italiana, de la que asumió: los estudios anatómicos de Miguel Ángel, el cálido colorido veneciano y la iluminación caravaggiesca. Su pintura no es evolutiva. Sus diseños están basados en el ritmo de la curva y el ágil dinamismo de sus figuras le hacen el pintor barroco por excelencia. El desnudo femenino será su favorito, pero de carnes blandas y grasientas, el denominado desnudo de tipo nórdico. Rubens fue un extraordinario virtuoso del dominio técnico. Trabajó el tema religioso, como El descendimiento, aunque su género favorito fue el mitológico, entre cuyas obras destacan El rapto de Proserpina o Las tres Gracias. También trató la pintura de Historia.
1.2.2 En Holanda: Rembrandt van Rijn
Pintor versátil en la temática, que trata los géneros: paisaje, retrato, mitológico, interiores. Su pincelada es abocetada en las obras que trata con libertad, como su Autorretrato, pero se torna más fina cuando trabaja sobre encargos. En La ronda de noche, transforma la típica y estática representación colectiva de una comunidad para crear una escena de calle basándose en los retratos de los componentes del gremio. En Los síndicos pañeros, la sencillez de la sala y la sobriedad de sus vestimentas resaltan el estudio del retrato de gran captación psicológica.
1.2.2.1 La lección de anatomía del Profesor Tulp
El profesor doctor Tulp ofreció una conferencia pública de la que quiso dejar constancia a través de un cuadro encargado a Rembrandt. Los personajes asistentes no son médicos; esta extraña y enigmática tela se cree que ha sido objeto de varios retoques que la apartan del original creado por el autor. El pintor se revela como un excelente maestro de la composición: utiliza el cadáver de un ajusticiado como centro de atención en la obra, atención que parece generarse por su tratamiento lumínico, como una gran lámpara que simula iluminar a los espectadores, dentro de un ambiente un tanto tenebrista. El estudio retratístico está individualizado.
2. Arquitectura y Escultura Barrocas en España
2.1 Arquitectura
Durante la primera mitad del siglo XVII, los edificios van a seguir la impronta herreriana. Aunque se utiliza piedra y mármol, los materiales tienden a ser pobres, encubiertos por la decoración; es la arquitectura de la apariencia. En cuanto a la tipología de edificios, la Compañía de Jesús extendió el tipo de iglesia llamado de planta jesuítica.
2.1.1 El Primer Barroco
En Castilla, la arquitectura se amoldó a la enorme influencia de El Escorial. Destaca Juan Gómez de Mora, que vemos trabajando en La Clerecía de Salamanca, de planta jesuita. Donde mejor sigue el autor las directrices escurialenses es en Madrid; cabe destacar la Plaza Mayor. De entre toda la obra, la llamada Casa de la Panadería es el elemento principal, aunque transformada. En la misma línea se realizan la Cárcel de Corte y el Ayuntamiento.
2.1.2 El Desarrollo Ornamental
Se van sustituyendo las antiguas y rigurosas formas por un lenguaje más decorativista, que incorpora motivos vegetales, volutas… Destaca el arquitecto Alonso Cano, quien levanta la fachada de la catedral de Granada. La Basílica de El Pilar de Zaragoza, terminada por Ventura Rodríguez, combinó la severidad geométrica de su planta con la decoración interior y el grandioso impacto de sus cúpulas.
2.1.3 El Siglo XVIII
En este siglo, el Barroco conecta con el Rococó. En Madrid trabaja Pedro de Ribera. Es el encargado de desarrollar diversas obras de la capital: el Puente de Toledo, la fachada del Hospicio de San Fernando. En Salamanca, los hermanos Churriguera. Alberto diseñó la Plaza Mayor, incorporando elementos decorativos basados en la curva. En Galicia, el referente principal es la construcción de la Fachada del Obradoiro de la catedral de Santiago de Compostela. En Valencia, el Palacio del Marqués de Dos Aguas, que posee una portada paradigmática donde desarrolla una temática de raíz regional, alcanza una especie de horror vacui que le lleva a agolpar elementos humanos, animales, vegetales. En Toledo, Narciso Tomé consigue sobrepasar los límites del frío material para convertir su Transparente de la Catedral en un ente orgánico que parece retorcerse frente al espectador. Las propias columnas están provistas de una carnosa epidermis. Al conjunto hay que añadir la idea teatral del transparente, que transforma la luz natural en una luz mística al servicio de la fe. También se dio en España una corriente constructiva interesada por el clasicismo, cuya obra más importante es el Palacio Real de Madrid.
2.2 Escultura
La temática es religiosa; se representan imágenes de Cristo, la Virgen y los santos. Sus obras más comunes son los retablos y los pasos. Los retablos se decoran con imágenes de bulto redondo, para que puedan ser sacadas en procesión. Los pasos se componen de figuras individuales o dispuestas en grupo, pensadas para llevarse por las calles. Por lo que respecta a la técnica, se basa en la talla de madera, policromada después con estofados y encarnados. Se intentaba conseguir que las imágenes parecieran reales. El estilo se hace eco del sentir popular, consiguiendo imágenes de gran fervor religioso. Las imágenes son el centro de atención en las procesiones; la multiplicidad de los puntos de vista obliga a realizar profundos estudios del contrapposto, la expresividad violenta, el drama. Los focos regionales se concentran en Castilla y Andalucía.
2.2.1 En Castilla: Gregorio Fernández
En sus inicios estuvo influido por el manierismo. Su singularidad deviene de sus proporcionados estudios anatómicos, que gusta de aderezar con abundantes regueros de sangre. Gregorio Fernández se caracterizó, además, por la creación de tipos iconográficos reproducidos con posterioridad: la Inmaculada, el Cristo yacente o el Ecce Homo, que constituye un alarde de virtuosismo técnico en el tratamiento del cuerpo, así como en la expresión resignada de dolor.
2.2.1.1 La Piedad
Fue realizada para la Iglesia de las Angustias de Valladolid y representaba un grupo compuesto por la Virgen y Jesús, y los dos ladrones, más San Juan y María Magdalena. La estructura es piramidal, de gran estabilidad física. Los pliegues son todavía angulosos, de influjo flamenco; sin embargo, logra ejecutar con ponderación la anatomía de Cristo, mientras la expresividad se convierte en la nota dominante del grupo. Contribuyen al dramatismo de la escena el dominio de la policromía, que aumenta el realismo de la escena.
El autor trató, a su vez, el tema del retablo y del relieve, como el del Convento de Carmelitas Descalzas de Valladolid, en el que destaca el Bautismo de Cristo. Las figuras son prácticamente de bulto redondo. En los pliegues persiste el tratamiento anguloso, lo que se denomina “plegado metálico”.
2.2.2 En Andalucía: Juan Martínez Montañés
Trabaja en Sevilla, viéndose influido en sus inicios por los círculos manieristas. Su arte resulta más sereno y equilibrado que el de Gregorio Fernández. Una de sus obras más logradas fue el Cristo de la Clemencia de la catedral de Sevilla, que posee una larga anatomía donde la sangre se dosifica. Para la iglesia de San Isidoro del Campo realizó un retablo, en el que destaca su San Jerónimo. El tema de la Inmaculada establece una tipología harto repetida, de la que él mismo y su taller realizaron varias piezas para España y América, aunque la más importante es la Inmaculada Concepción de Sevilla, de exquisita belleza gitana y manto de pliegues ampulosos.
3. El Siglo de Oro de la Pintura Española: Ribera, Zurbarán, Velázquez y Murillo
3.1 Introducción
La pobreza de medios, en un país en crisis, influyó sobre los materiales, como el óleo en pintura. La pintura se trata de un arte que, partiendo del naturalismo-tenebrismo, llega a fundir el estudio de tipos concretos con altos grados de misticismo; es el triunfo de la realidad, que es a la vez bella y horrible. En la temática, cabe destacar la religiosa, con la representación de numerosas vidas de santos. El retrato fue abundante en el ámbito real y nobiliar. La pintura española fue un arte de gran estatismo y serenidad. Una pléyade de pintores plagaron el siglo, aunque solo una minoría llegó a alcanzar una categoría extraordinaria.
3.2 El Naturalismo Tenebrista: Ribera y Zurbarán
3.2.1 Jusepe de Ribera
Pintor de formación incierta. Se puso al servicio de las ideas de Trento, lo que explica en su producción la abundancia de temas religiosos. Resulta representativo su Martirio de San Felipe: el santo, colocado en diagonal en el centro del cuadro. Como buen Barroco, Ribera se ejercitó en la pintura de género, particularmente en la que representa patologías anatómicas, como, por ejemplo, La barbosa de los Abruzzos, de marcado acento tenebrista, o El patizambo, cruda representación de un niño mendigo, tullido por alguna enfermedad. En esta obra se puede apreciar cómo el autor abandona su tenebrismo inicial para internarse por los caminos de un estilo propio.
3.2.2 Francisco de Zurbarán
Perteneció a la misma generación que Ribera, pero desarrolló un estilo muy distinto, basado en una pintura que tuvo presente el tenebrismo. Es el mejor intérprete de las ideas de la Contrarreforma, ya que consiguió la plasmación de la máxima intensidad mística; sin embargo, es un pintor deficiente en la composición de escenografía teatral. Zurbarán realizará una pintura con mínimas variaciones a lo largo de su trayectoria: la iluminación, salida del tenebrismo, configura un modo pictórico de gran valor expresivo. Pintó sobre todo para órdenes religiosas. La serie La vida de San Buenaventura, encargada por el convento del mismo nombre de Sevilla, es un claro ejemplo del intenso misticismo que rezuma su pintura religiosa. En la Exposición del cuerpo de San Buenaventura hace uso de la diagonal como elemento clave de la composición. El refectorio de los cartujos es exponente de su simplicidad en la composición; es una de sus pocas obras donde se centra en una conformación más volumétrica de los objetos y personas.
3.3 La Pintura Evolutiva de Velázquez
Su pintura resultó muy superior a la de sus contemporáneos. Velázquez nació en Sevilla, donde recibió formación en el taller de Pacheco. Se convirtió en pintor del rey Felipe IV. Su temática es abundantísima. Su técnica, utilizando el óleo, experimenta una prodigiosa evolución, desde la pincelada fina hacia otra deshecha. Su estilo varía rotundamente desde sus primeras obras sevillanas, inmersas todavía en el tenebrismo, hasta la aclaración total de su paleta. Sus composiciones no poseen movimiento. La obra del pintor evolucionó a través de varias etapas:
3.3.1 Etapa Sevillana (hasta 1623)
Corresponde a su período de formación junto a Pacheco, de quien aprende la técnica tenebrista y la tonalidad madera. Trabaja el tema religioso, resultando de gran interés sus obras de género. Un buen exponente de este modo de hacer es La vieja friendo huevos, donde combina con soltura la escena de género con el bodegón. La pincelada fina determina una sugerencia de relieve en las figuras que las hace surgir violentamente del fondo oscuro.
3.3.2 Primera Etapa Madrileña
El rey Felipe IV lo nombra pintor real. Realiza una serie de retratos del rey y de personas de la Corte, de Demócrito y el Bufón Calabacillas. Su obra más importante es El triunfo de Baco, donde funde la mitología con lo popular, lleno de contrastes.
3.3.3 Primer Viaje a Italia
Entra en contacto con grandes maestros, de los que asimila todos sus recursos para ir profundizando en su evolución. Se intensifica la fluidez de su pintura; abandona los restos de tenebrismo, estudiando el desnudo y la perspectiva aérea. La fragua de Vulcano resume todos sus logros, donde vuelve a mezclar lo mitológico y lo cotidiano, destacando el estudio anatómico de los desnudos.
3.3.4 Segunda Etapa Madrileña
Continúa la temática religiosa, ejecutando su excepcional Crucificado, pero son reseñables los retratos de la familia real y el Bufón Pablos de Valladolid. Inicia la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro. Su famoso Retrato del Conde-Duque Olivares emplea pastas totalmente sueltas para la configuración del personaje y la plasmación de la perspectiva. Pinta también cuadros de cazadores y toda una serie de bufones.
3.3.5 Segundo Viaje a Italia
Viaje encargado por el rey. Allí pinta el Retrato del papa Inocencio X, de profunda captación psicológica, y La villa de Médicis, donde la técnica impresionista aparece plenamente formulada. De singular importancia es La Venus del espejo: con la introducción del desnudo femenino, su postura de espaldas y el rostro en el espejo generan un punto de misterio en la composición.
3.3.6 Período Final (1651-1660)
Llega al cenit de la vaporosidad, con una pintura donde abundan los tonos rosados y de marfil. Realiza fundamentalmente retratos, pero indiscutiblemente es su lienzo de Las Meninas su obra cumbre. En él supera el tema del retrato para darnos una nueva interpretación de la pintura, ya que las figuras ocupan el lugar del pintor y observan a los reyes. Hay que añadir el sublime tratamiento de la luz. Su última gran obra, Las Hilanderas, resultó un prodigio, constituyéndose en síntesis esencial de su estilo maduro: consigue fundir perfectamente el tema mitológico con la escena de género. En el lienzo alcanza el máximo desarrollo de su pincelada “impresionista”.
3.4 Otros Pintores Andaluces: Murillo
Murillo llevó a cabo un arte centrado en el filtro de la realidad por medio de una interpretación grácil e idealizada de los tipos naturales, con el fin de acercar las escenas religiosas al pueblo. Su estilo fue experimentando una evolución hasta desarrollar un arte maduro de gran luminosidad y figuras vaporosas. En Niños comiendo fruta observamos una escena de género: los niños mendigos, extremadamente pobres y cubiertos de harapos, son pintados a través del filtro de idealización, dotándolos de gracia. Este tipo infantil, pero de mayor altura moral y dignidad de presencia, es utilizado para componer escenas religiosas, como en el Niño Jesús como pastor. Su otro tema favorito fue el de las Inmaculadas, de paños ampulosos al viento e idealizada belleza andaluza, colocadas sobre un cúmulo nimboso elevado por angelitos, con fondos evanescentes.