Caracterización General
El Romanticismo presenta una serie de rasgos:
- Individualismo: El hombre romántico piensa que la realidad auténtica está en el espíritu humano. De aquí arranca un culto a la intimidad que llega hasta el egocentrismo. El individualismo se manifiesta en la exaltación de los sentimientos y las pasiones.
- Nacionalismo: La expansión de las ideas revolucionarias y la reacción ante las invasiones napoleónicas motivan la independencia y la búsqueda de los elementos característicos de cada nación.
- Búsqueda del Absoluto: El artista aspira a alcanzar el Absoluto, lo eterno, pero es imposible, por lo que el desencanto origina un sentimentalismo enfermizo que llegó a ponerse de moda.
- Función del artista: El arte es entendido como una forma de conocimiento, y el creador, un ser con un don que le permite ver en su interior y comunicarlo a los demás.
- Libertad: Para los románticos, el principal valor humano es la libertad personal. Se identifica con el liberalismo y el rechazo de las normas neoclásicas.
- Rebeldía: La insatisfacción ante una realidad que coarta la libertad engendra la rebeldía contra lo establecido.
- La evasión: El artista escapa hacia mundos creados por su imaginación. Recurre a la naturaleza, el espacio, el misterio y lo onírico.
- El estilo: La literatura romántica se caracterizó por el desarrollo de los elementos narrativos como el cultivo del relato en verso, el empleo de recursos, la combinación de valores contrapuestos y el enriquecimiento del lenguaje literario mediante la inclusión de recursos.
Etapas y Tendencias
El Prerromanticismo
Ocupa desde la mitad del siglo XVIII hasta la aparición de Goethe y la explosión revolucionaria francesa de 1789. La Ilustración se centra en el análisis de la realidad y en la propuesta de mejoras. Sin embargo, algunos autores como Rousseau o Diderot comenzaron a dar cabida a las emociones. Más radical fue la postura del movimiento Sturm und Drang (“La tormenta y el ímpetu”). Se desarrolló en Alemania alentado por Herder, cuya intención es oponerse al racionalismo. Aboga por el individuo, la libertad creadora y la expansión de los sentimientos. Destacan Goethe y Schiller.
El Romanticismo Pleno
Tras la obra de Goethe puede hablarse del Romanticismo pleno, movimiento que domina la literatura occidental hasta mediados del siglo XIX. El autor alemán no es todavía un auténtico romántico, pero muchos elementos de su obra se convierten en modelo para los artistas del siglo XIX. Los escritores del Romanticismo pleno proceden de la burguesía y se manifiestan partidarios de la Revolución Francesa. Sin embargo, el Terror de la época de Robespierre siembra el miedo en dichos autores, que evolucionan hacia posturas contrarias a la Revolución. Este proceso explica la existencia de dos tendencias:
- Romanticismo conservador: Algunos escritores se adscriben a un Romanticismo conservador que no llega a la rebeldía absoluta y limita la defensa de la libertad individual por miedo al desorden y el caos. Esta línea es iniciada por Goethe y seguida por Walter Scott o Chateaubriand.
- Romanticismo liberal o progresista: Defiende los principios democráticos y manifiesta su oposición al recorte de las libertades. Es la tendencia que más representa la idea de rebeldía e individualismo. Destacan autores como Lord Byron, Victor Hugo o Larra.
El Posromanticismo
En la segunda mitad del siglo XIX, la literatura europea se orienta hacia la realidad; sin embargo, un buen número de escritores continuarán la explotación de los sentimientos en lo que se ha llamado Posromanticismo. Se trata de una pervivencia que afecta a ciertos artistas que rechazan la literatura realista. Algunos autores de la segunda mitad del siglo XIX, como Baudelaire o Bécquer, parten de ideas románticas. El Romanticismo se extiende hasta bien entrado el siglo XX y es punto de partida de la obra de muchos escritores contemporáneos.
Goethe y el Comienzo del Romanticismo
Nació en 1749 en Frankfurt. Su familia pertenecía a la burguesía, lo que favoreció una educación en las universidades de Leipzig y Estrasburgo, donde entra en contacto con los autores del Sturm und Drang, de quienes aprende una nueva forma de enfrentarse a la creación artística que le llevan a escribir Las desventuras del joven Werther, obra que se convierte en modelo de la literatura romántica. En 1774 se traslada a Weimar, donde se dedica a la política y la ciencia. En 1786 viaja a Italia y sus ideas literarias se orientan hacia el clasicismo. Vuelve a Weimar tras dos años y entabla una amistad con Friedrich Schiller, con quien colabora en diferentes proyectos. Tras su muerte, Goethe se encierra en sí mismo. Es una figura clave en el nacimiento del Romanticismo. Todavía mantiene rasgos de la Ilustración:
- Su vida se define por la búsqueda del placer y la felicidad. Esta búsqueda es la causa de las tensiones espirituales que lo atormentan.
- Aspira a lograr el triunfo de la inteligencia sobre el azar y el caos. No cree en la intuición ni en el valor de las emociones por sí mismas.
- Políticamente es conservador.
Pero su obra también presenta caracteres románticos:
- Toda la obra literaria de Goethe es proyección de su personalidad y de sus experiencias vitales.
- Defiende la libertad del artista y rechaza las reglas neoclásicas.
- Muchos de sus personajes se dejan arrastrar por las pasiones que acaban destruyéndolos.
- Su personalidad está dominada por el egoísmo, carácter que también define a sus personajes.
- En las obras de su primera etapa, el lenguaje literario se caracteriza por la abundancia de exclamaciones y recursos retóricos.
- La ambientación de sus textos está dominada por los paisajes nocturnos y misteriosos.
- Aborda temas propios del Romanticismo, como la rebeldía y las pasiones desbocadas.
Etapas de la Producción Literaria de Goethe
Primera Etapa: Romanticismo
Se caracteriza por el romanticismo. Es el período en el que entra en contacto con Herder y el Sturm und Drang. La obra más importante es Las desventuras del joven Werther. Relata la pasión amorosa de Werther hacia Carlota y la imposibilidad de dicho amor, pues ella está prometida. Werther se aleja, pero vuelve junto a ella, ya casada. Al ser rechazado, se suicida. El tema principal es el dolor. El sufrimiento es tan grande que la vida pierde sentido y decide suicidarse. Esta decisión introduce la rebeldía contra las normas morales, pues el personaje se siente dueño de su propia vida y usurpa el papel de Dios al disponer de ella. El carácter romántico se manifiesta en el lenguaje lleno de hipérboles y exclamaciones, y en la utilización de experiencias biográficas propias. La frustración de Werther responde a un fracaso sentimental del propio Goethe y la idea de la muerte del protagonista proviene del suicidio de un colega a consecuencia de una ruptura amorosa.
Segunda Etapa: Clasicismo
Se caracteriza por un acercamiento al Clasicismo. El nuevo período se inicia en 1786, año en el que el autor abandona Alemania y se dirige a Italia, donde compone tres obras: Ifigenia en Tauris, Torcuato Tasso y las Elegías. De vuelta a Alemania, se dedica a la redacción de Los años de aprendizaje de Wilhelm Meister, publicada en 1796. Es un relato de su propia evolución personal y artística, pues narra la vida de un joven burgués que termina sentando la cabeza. Pero el gran proyecto literario fue Fausto, que adopta forma dramática, pero sus peculiaridades la hacen irrepresentable, dada la variedad de espacios, tiempos, acciones, complejidad de la trama, largas relaciones narrativas y digresiones puestas en boca de los personajes. El Fausto publicado en 1808 se inicia con una apuesta por la que Dios permite a Mefistófeles poner a prueba al doctor Fausto. Mefistófeles ofrece a Fausto la juventud y sabiduría a cambio de su alma. Firman el pacto e inician un viaje mágico por diferentes lugares. En él, el doctor conoce a Margarita y pide ayuda a Mefistófeles para seducirla.