Análisis de los personajes de “La casa de los espíritus”
Los Trueba: Una saga familiar en el Chile del siglo XX
“La casa de los espíritus” se centra en las vicisitudes de la saga familiar de los Trueba. Su retrato nos permite contemplar la evolución social y política de Chile durante todo el siglo XX. Se trata de un relato eminentemente feminocéntrico, que plasma el devenir de cuatro generaciones en las que cuatro mujeres de la familia, junto al patriarca, Esteban Trueba, constituyen el eje del drama familiar y político del país andino.
Esteban Trueba: El patriarca y la encarnación del poder
En primer lugar, nos centraremos en Esteban Trueba, único personaje con presencia en toda la obra y que encarna el discurso del poder. Esteban Trueba es el protagonista masculino. En la infancia, su familia sufrió dificultades económicas, lo que forjó su carácter ambicioso y tenaz. Es un personaje que se ha ido haciendo a sí mismo, crece con los obstáculos y se convierte en un hombre que posee aquello que desea.
Tras la muerte de Rosa, consigue levantar la hacienda de las Tres Marías y convertirse en un verdadero latifundista, que somete a los campesinos, sobre todo cuando viola a las campesinas, una de las cuales, Pancha García, desencadena una serie de circunstancias trágicas que determinarán el destino de algunos personajes al ser el origen de Esteban García, el bastardo que vengará en Alba las injusticias sufridas por su propia familia. Su violencia despierta cada vez que la realidad no se pliega a sus deseos. Acaba destruyendo el orden familiar cuando descubre que Blanca es amante de Pedro Tercero, y su deseo de venganza se calmará al final de sus días, cuando haya pagado sus errores: el de haber defendido un régimen político del que él mismo, junto con su familia, serán víctimas.
Siente amor por su esposa Clara, pero es incapaz de darle el afecto que Férula o Pedro Segundo García le prodigan. Sólo tras su muerte puede hablarle tranquilamente, confesará el patriarca.
Sus hijos varones, Jaime y Nicolás, no seguirán sus pasos. Nicolás, aventurero, espiritual y excéntrico, o Jaime, que dedica su vida a la justicia social y muere víctima de la represión, parecen estar inspirados en personajes reales. El doctor que acompañó a Salvador Allende hasta sus últimos momentos sirvió a Isabel Allende como modelo para la creación del personaje de Jaime.
Los García: Honestidad, trabajo y rebeldía
En general, los hombres de esta historia están más perdidos que las mujeres. Destaca la saga de los Pedros García, honestos y trabajadores. Pedro García es conocido por su sabiduría y su poder sobre la naturaleza. Pedro Segundo, su hijo, se vuelve la persona de confianza del patrón, que siente gran afecto por Clara y la admira. Abandonará las Tres Marías cuando Trueba expresa su intención de matar a su hijo, Pedro Tercero García, que se rebela contra el orden establecido. Su personaje está basado en Víctor Jara, cantautor revolucionario.
La última generación está representada por Miguel, enamorado de Alba, joven radical, que representa la posibilidad de ascender a pesar de su baja extracción social.
Las mujeres Trueba: La lucha por la liberación femenina
Por otro lado, como hemos comentado, el foco de atención está puesto en la galería de mujeres que cumplen un papel protagonista e ilustran la lucha por la liberación femenina. El proceso de toma de conciencia está subrayado en el relato con el valor simbólico de sus respectivos nombres: Nívea, Clara, Blanca, Alba, sinónimos de la luz, la pureza, de lo celestial y también de lo paranormal.
El mundo mágico está, sobre todo, asociado al mundo de las mujeres: Nívea es comprensiva con las dotes de su hija; Blanca hereda la predilección de su tía Rosa por las artes adivinatorias. Incluso Alba es capaz de ver los espíritus, especialmente el de su abuela, que le sugiere que escriba el libro. Todas unidas por el simbolismo del nombre, que remite a ideas de clarividencia, claridad y pureza. Las mujeres no son ajenas a la realidad e, incluso, cogen las riendas de complicadas situaciones. Tienen conciencia de justicia social a favor de los marginados y desfavorecidos.
- Nívea es la matriarca que reivindica el voto femenino y se vuelca con los pobres. Anclada en la realidad, asume las excentricidades de Rosa y Clara, así como las de sus hermanos.
- Rosa es la única mujer que no tiene un nombre relacionado con la claridad o la luz, sino con la belleza. Es la primera novia del patriarca.
- Clara es el eje del relato: su imaginación clarividente rige la vida de cuantos la rodean. Se mueve sin complejos, espontánea, guiada por su instinto y por lo que cree justo. Tiene corazón para los humildes y educa a las campesinas. Sus dotes se intensifican con el tiempo y las sesiones con las hermanas Mora. La atmósfera mágica que imprime a la casona se resquebraja con su muerte, pero sigue presente entre los seres amados.
- Blanca hereda de ella la dulzura. Desde niña, siempre tiene un rescoldo de tristeza. Se forja su íntima relación con Pedro Tercero, el padre de Alba. Un personaje simple, que mantiene una fuerte relación con su madre, será la primera mujer que trabaje y que se rebele contra el destino. Destaca en su historia la relación que su padre le obliga a mantener con el Conde de Satigny, personaje que resulta ser uno de los más perversos. Consigue rehacer su vida junto al hombre que ama.
- Alba es un personaje clave en la novela, ya que sobre ella recae la responsabilidad de recuperar la memoria familiar. Supera las diferencias que las mujeres de la saga han tenido con Esteban Trueba. Es el personaje que hereda las cualidades de sus antepasados (el cabello verde de su tía Rosa, la familiaridad con lo sobrenatural de su abuela Clara). Comparte con Miguel su ideología y simboliza la esperanza de un país y de una familia.
Personajes secundarios y la representación de la sociedad chilena
Asimismo, por “La casa de los espíritus” desfila una multitud de personajes, que conforman el microcosmos de la sociedad chilena. La mayor parte de ellos son personajes complejos que maduran y cambian sus inquietudes con los sucesos de la novela.
Finalmente, cabe señalar la indeterminación de personajes reales como Víctor Jara, que podemos identificar en Pedro Tercero; Salvador Allende, que aparece como el Candidato; y la figura de Pablo Neruda, al que se denomina el Poeta.