1. El Revisionismo Político Durante el Reinado de Alfonso XIII
Alfonso XIII (1902-1931) heredó una España plagada de problemas: corrupción, auge del movimiento obrero y del terrorismo, radicalización de los nacionalismos, renacimiento del republicanismo y un ejército con un papel protagonista. A pesar de sus buenas intenciones, el rey no logró implementar las reformas necesarias para cerrar la brecha entre la España oficial y la España real. Su reinado marcó la crisis del sistema de la Restauración canovista (1874-1923).
Tras el desastre de 1898, surgió el Regeneracionismo, liderado por Joaquín Costa, que abogaba por la modernización del país. Los partidos tradicionales adoptaron este discurso superficialmente, dando lugar al Revisionismo. El turno de partidos se mantuvo hasta 1917, pero con dificultades debido a la fragmentación de los partidos tras la muerte de Cánovas (1897) y Sagasta (1903). El rey intervino activamente en los cambios de gobierno.
Silvela, sucesor de Cánovas, realizó un primer intento regeneracionista. Posteriormente, Antonio Maura (1903-1904 y 1907-1909) intentó una “revolución desde arriba” con la Ley de Reforma Electoral de 1907 y la creación del Instituto Nacional de Previsión en 1908. Su proyecto se vio truncado por la Semana Trágica.
2. Línea del Tiempo (1902-1931)
- 1902-1931: Reinado de Alfonso XIII
- 1909-1910: Semana Trágica
- 1911-1928: Guerra de Marruecos
- 1914-1919: Primera Guerra Mundial
- 1919-1924: Conflictos sociales violentos
- 1923-1930: Dictadura de Primo de Rivera
- 1930-1931: Dictablanda
- 1930-1931: Pacto de San Sebastián
3. La Oposición al Sistema: Republicanos y Nacionalistas
Diversos grupos se opusieron al régimen:
- Carlistas: Fuerza residual con presencia en el País Vasco y Navarra.
- Republicanos: Defendían la democratización y reformas sociales. Destacaron los republicanos moderados de Melquiades Álvarez y el Partido Radical Republicano de Alejandro Lerroux.
- Movimiento obrero:
- Anarquistas: Mayoritarios en España, organizados en la CNT (1910).
- Socialistas: Minoritarios, organizados en el PSOE (1879) y la UGT (1888).
- Oposición intelectual: Pensadores y escritores contrarios al sistema.
- Regionalismo y nacionalismo: En Cataluña y el País Vasco.
4. Repercusiones de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa
La Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa tuvieron un profundo impacto en España. La Gran Guerra provocó una crisis del parlamentarismo y la dictadura se vio como una solución. La Revolución Rusa, por su parte, generó temor en Alfonso XIII, quien suspendió las garantías constitucionales. El “Trienio Bolchevique” (1917-1920) vio un aumento de las luchas sociales y huelgas, inspiradas por los acontecimientos en Rusia.
5. La Intervención de España en Marruecos (1904-1927)
Maura decretó el envío de tropas a Marruecos, lo que provocó el desastre del Barranco del Lobo y la Semana Trágica (1909). Tras la entrada de Francia en Fez (1911), España ocupó Yebala y el Rif Oriental, estableciéndose un protectorado franco-español en 1912. La rebelión de los rifeños dificultó el control español.
En 1923, Primo de Rivera, con el apoyo del rey, instauró una dictadura. Con ayuda francesa, España reconquistó el Rif Oriental. El desembarco de Alhucemas (1925) marcó un punto de inflexión, culminando con la rendición de Abd el Krim en 1927. La victoria en Marruecos consolidó la popularidad de la dictadura.
6. La Crisis de 1917
La crisis de 1917 tuvo diversas manifestaciones:
- Juntas Militares de Defensa: Creadas por militares que protestaban por sus salarios y ascensos.
- Asamblea de Parlamentarios: Formada por la oposición, solicitaba una reforma constitucional y autonomía para Cataluña.
- Huelga general: Convocada por la CNT y la UGT, con diferentes objetivos.
Factores como la inflación, la miseria rural, los bajos salarios y el desempleo contribuyeron a la crisis.
7. La Dictadura de Primo de Rivera y su Final
La oposición a la dictadura de Primo de Rivera creció, abarcando desde liberales y conservadores hasta republicanos, socialistas, anarquistas e intelectuales. El descontento en el ejército y la crisis económica tras el crack de 1929 agravaron la situación. En 1930, Primo de Rivera dimitió y falleció dos meses después en el exilio.