Comparación con Aristóteles y la Escolástica Medieval
La filosofía de Santo Tomás de Aquino (ST) es el intento más elaborado de sintetizar la filosofía aristotélica con los principios básicos del cristianismo. Esta gran síntesis aristotélico-tomista incluye también algunos elementos platónicos como el tema del creador y los grados de la realidad. Sin embargo, esta adopción de Aristóteles se diferencia radicalmente de la elaborada por los averroístas latinos. ST se valió además de otros autores como San Agustín e incluso filósofos judíos como Maimónides y filósofos árabes. Las relaciones más importantes las encontramos con Aristóteles, pero matizadas por su concepción cristiana de la realidad. Estas relaciones las encontramos en distintos campos:
Ontología:
Conceptos de forma-materia, acto-potencia, substancia-accidentes; creencia en la existencia de los universales, de las esencias, conceptos a los que ST añade la oposición metafísica de esencia-existencia y Dios como el fundamento último de la realidad.Teología natural:
Principalmente en la primera, segunda y quinta vía, o en la concepción de Dios como motor inmóvil, acto puro y forma inmaterial.Filosofía de la naturaleza:
Su descripción del mundo físico es aristotélica como por ejemplo las explicaciones finalistas del mundo natural, o la división del mundo en mundo sublunar y supralunar.Teoría del conocimiento:
Primacía de la experiencia en la fundamentación del conocimiento, aunque este no se limita a lo dado a los sentidos: podemos conocer las realidades trascendentes (Dios y el alma).Antropología:
Concepción biologista del alma, división del alma vegetativa, sensitiva e intelectiva, aunque ST defiende con más claridad la inmortalidad del alma espiritual individual, donde se separa de Aristóteles.Ética:
Al concepto y la clasificación aristotélica de la virtud añade las virtudes naturales y la concepción de la felicidad como algo a lo que se tiende, que identifica con la contemplación de Dios.Política:
Emplea ideas de Aristóteles, sobre todo la ley natural, y las completa con la referencia a la ley eterna (ajena al pensamiento aristotélico). Coincide con Aristóteles en que el ser humano es un animal social por naturaleza y que el Estado tiene como fin promover la felicidad y la perfección moral de los ciudadanos, aunque según ST ha de estar sometido a los propósitos y directrices de la iglesia. En cuanto al estudio de las formas de gobierno también sigue a Aristóteles aunque claramente prefiere la monarquía a la politeia como mejor forma de gobierno.
En el caso de la escolástica medieval, la recuperación de la filosofía de Aristóteles en las universidades supuso un nuevo enfoque del saber racional y de la realidad que actuó de contrapeso del monopolio platónico-agustiniano que había imperado hasta que esta nueva cosmovisión, más mundana y empirista, se fue abriendo paso. Debido a este influjo, la razón fue ganando independencia con respecto a la fe, y la filosofía comenzó a tratar como propios o como comunes problemas que antes eran exclusivamente teológicos, como el de la eternidad o el camino temporal del mundo, el de la inmortalidad del alma o el de la existencia de Dios. El modelo platónico de comprensión de la realidad, traducido al espíritu de la filosofía cristiana especialmente por Agustín de Hipona, reducía todo el saber verdadero a una aceptación de la verdad revelada o a una captación de esa verdad (personalizada por la identidad de Dios) en el interior del alma (la vía interior agustiniana) o cedida por Dios por vía de iluminación.
Fe y Razón: Crítica al Averroísmo
El problema entre la razón (campo de la filosofía y de la ciencia) y la fe (campo de la teología) se había convertido en un tema de gran interés para los pensadores medievales. ST comenzará diferenciando ambas facultades. Desde su punto de vista, la razón solo puede conocer las causas naturales, y “de abajo a arriba”, a partir de los datos y los sentidos sin que intervenga la revelación divina; por el contrario, la fe conoce las cosas sobrenaturales, “de arriba a abajo”, a partir de la revelación divina. De esto se deduce que la razón y la fe son formas de saber autónomas e independientes. A pesar de esta distinción entre verdades de razón y verdades de fe, para ST no puede haber una verdadera contradicción entre ambas, pues la verdad es una, única. En otras palabras, si ante una determinada cuestión la razón dijese una cosa y la fe lo contrario, una de las afirmaciones debe ser verdadera y la otra falsa. La razón de que esto sea así está en que al proceder ambas verdades de Dios, no puede existir una contradicción. Por lo tanto, Razón y Fe son dos formas distintas de conocer, pero que no pueden ser contradictorias. Así pues, para ST existen contenidos de la razón que no son de fe, y existen contenidos de fe que no lo son de la razón. Y no quiere decir que estos contenidos correspondan a dos verdades distintas, sino que son dos fuentes de conocimiento distintas que informan sobre partes distintas de la verdad, la cual es única. Sabido esto, es evidente que existen también contenidos, verdades, que pertenecen a la vez a ambos ámbitos, al de la razón y al de la fe (como la existencia de Dios o la inmortalidad del alma). Y ante la posibilidad de encontrar respuestas contrarias, debemos preguntarnos qué ocurre en estos casos, es decir, cuál de las dos formas de saber es la válida, la basada en la razón o la basada en la fe. Aquí, ST establecerá la supremacía, la superioridad del conocimiento natural (la Razón o la filosofía), de forma que si alguien sostuviese posiciones contrarias a las de la fe, estará equivocado, pues la fe, al ser la palabra de Dios, no puede estarlo. Además, y a pesar de la autonomía e independencia de la razón y de la fe, ST considera fundamentales las semejanzas que hay entre ambas, en cuanto a formas de llegar a conocer la verdad. Y en este sentido, ST destaca el hecho de la necesaria colaboración entre la razón y la fe: la razón debe ayudar a la fe para construir la Teología como una verdadera ciencia, y la fe debe ayudar a la razón como norma o criterio intrínseco ante cuestiones de difícil solución.
La filosofía de ST es, sin duda, el intento más elaborado de sintetizar la filosofía aristotélica con los principios básicos del cristianismo. Esta gran síntesis aristotélico-tomista también incluye algunos elementos platónicos, aunque el esquema general y muchos detalles de la filosofía tomista se apoyan en Aristóteles. Sin embargo, esta adaptación de Aristóteles se diferencia de forma radical de la elaborada por los averroístas latinos. ST no aceptó ninguna de las tesis averroístas, puesto que tales afirmaciones se oponían de forma radical a principios básicos del cristianismo como:
- El carácter increado del universo: Argumenta Tomás de Aquino que, ni el sistema aristotélico implica la eternidad del mundo, ni el concepto cristiano de creación excluye que el mundo sea eterno, ya que puede ser eterno y creado.
- La inmortalidad del alma: el entendimiento agente es único para todos los hombres, en cambio, para ST es la facultad superior del alma, que es inmortal.
- La teoría de la doble verdad, la de las Escrituras, que es común a todos los hombres, y la de la razón, que sólo pueden alcanzar unos pocos.