Contexto Histórico
La Constitución de 1812, conocida popularmente como “La Pepa”, fue promulgada el 19 de marzo de 1812 en las Cortes de Cádiz. Su elaboración se produjo en un contexto crítico para España: la Guerra de la Independencia contra la ocupación napoleónica. Cádiz, junto con Lisboa, eran los únicos territorios peninsulares libres de la ocupación francesa, aunque la ciudad se encontraba sitiada. Ante la incapacidad de la Junta Suprema Central para dirigir la guerra, se convocaron las Cortes con el objetivo de reorganizar la nación y reconducir el incierto futuro de España.
El reinado de José Bonaparte, impuesto por Napoleón, no fue aceptado por gran parte de la población española. Las Juntas y las Cortes asumieron un papel crucial en la resistencia y en la creación de la Constitución. Previamente a la reunión de las Cortes, se consultó a los ayuntamientos sobre posibles reformas, evidenciando la necesidad de un cambio en el sistema político, en particular, la necesidad de abordar el fracaso de la monarquía absoluta que había conducido a la crisis con Carlos IV.
La Constitución de 1812: Un Punto de Inflexión hacia el Liberalismo
La Constitución de 1812 marcó una ruptura con el Antiguo Régimen e instauró un régimen liberal en España. Sus 384 artículos reflejan la influencia de las ideas ilustradas y los principios del liberalismo. Su tramitación estuvo marcada por las diferencias entre absolutistas, que defendían la soberanía real y el mantenimiento del Antiguo Régimen, y liberales, que abogaban por la soberanía nacional y la creación de una Constitución inspirada en el modelo francés de 1791. Existían también grupos intermedios, como los jovellanistas, partidarios de reformas moderadas que respetasen los pilares del Antiguo Régimen.
Principios Fundamentales de la Constitución de 1812
La Constitución de 1812 se caracterizó por su carácter liberal y su objetivo de regular el poder en una España en guerra, así como de reorganizar la sociedad. Sus principios fundamentales fueron:
- Declaración de Derechos del Ciudadano: Incluía la libertad de pensamiento, la igualdad de los españoles ante la ley, el derecho de petición, el derecho de propiedad y, sobre todo, el reconocimiento de todos los derechos legítimos de los individuos que componen la Nación Española.
- Soberanía Nacional: El artículo 1 define a la nación como el conjunto de todos los ciudadanos de ambos hemisferios (península y colonias americanas). El artículo 2 declara la libertad de la nación, negando su pertenencia a ninguna familia (en alusión a la monarquía absoluta). El artículo 3 establece la soberanía nacional, un cambio radical frente a la monarquía absoluta.
- Separación de Poderes: La Constitución establece la separación de poderes, limitando el poder de la monarquía. El poder legislativo reside en las Cortes con el Rey (Art. 15), el poder ejecutivo en el Rey (Art. 16) y el poder judicial en los tribunales (Art. 17). Se instaura así una monarquía constitucional, en la que el Rey debe jurar y acatar la Constitución.
- Sufragio Universal Masculino: Aunque la Constitución establece el sufragio universal masculino, el artículo 92 limita el acceso a las Cortes a aquellos que posean una renta anual procedente de bienes propios, lo que excluye a las clases bajas y favorece a la burguesía.
- Educación Pública Obligatoria: El artículo 366, influenciado por las ideas ilustradas, establece la obligatoriedad de la enseñanza pública, reconociendo la importancia de la educación para el progreso del Estado.
Importancia y Legado de la Constitución de 1812
La Constitución de 1812 fue un hito en la historia de España. A pesar de su corta vigencia debido a la Guerra de la Independencia y a la posterior restauración del absolutismo por Fernando VII en 1814, su influencia fue notable. Sirvió como modelo para otras constituciones en América del Sur y Europa, como las de Italia y Portugal. Además, se convirtió en un referente para el liberalismo español, siendo reinstaurada durante el Trienio Liberal (1820-1823).
La Pepa, a pesar de su fracaso inicial, dejó una huella imborrable en la historia de España. Sus principios, como la soberanía nacional, la separación de poderes y la educación pública obligatoria, resonaron en las décadas posteriores y sentaron las bases para el desarrollo del liberalismo en España. Algunos de estos principios siguen vigentes en la actualidad, formando parte de los pilares fundamentales del sistema político español.
Conclusión
La Constitución de 1812 representa un momento crucial en la transición de España hacia un sistema político liberal. A pesar de las dificultades y de su breve aplicación, su impacto fue significativo, tanto a nivel nacional como internacional. La Pepa se convirtió en un símbolo del liberalismo español y en un referente para la construcción de un Estado moderno basado en la soberanía nacional, la separación de poderes y la garantía de los derechos ciudadanos.