La Revolución de Febrero
En 1914, Rusia entró en la Primera Guerra Mundial junto a Francia y Reino Unido. A medida que la guerra se prolongaba, el prestigio del Zar y de su régimen se venía abajo. Las derrotas y el avance enemigo hicieron cundir el desaliento. Cada vez se acusaba más al Zarismo y a Nicolás II. En 1914, los bolcheviques se opusieron a la guerra. En 1915, la oposición liberal y socialista resurgió con fuerza. En el invierno de 1916-1917, el descontento en el ejército y en las ciudades se multiplicó a causa de los problemas de desabastecimiento. En febrero de 1917, se produjeron manifestaciones espontáneas de protesta de mujeres. El gobierno envió al ejército para reprimir la revuelta. El presidente de la Duma pidió al Zar el nombramiento de un nuevo gobierno que contara con la confianza del país. El vacío por la dimisión del gobierno zarista llevó a los diputados liberales de la Duma a formar el llamado Comité Provisional de la Duma. Se creaba al mismo tiempo el Soviet de Obreros y Soldados. De esta manera, surgieron dos poderes: el de la Duma y el del Soviet de Petrogrado. El 2 de marzo, llegaron a un acuerdo para formar un gobierno provisional. Rusia se convirtió así, de hecho, en una república.
Los Gobiernos Provisionales
Entre marzo y octubre de 1917, los acontecimientos se precipitaron en Rusia. A la desaparición del Zarismo, siguieron una serie de gobiernos de corta duración. Los políticos más radicales, los bolcheviques, se preparaban para el asalto al poder. El gobierno provisional tenía como principal objetivo implantar un régimen democrático. Las primeras decisiones del gobierno fueron continuar la guerra y aprobar una serie de medidas democratizadoras: una amnistía política, la instauración de las libertades políticas y personales, y la convocatoria de una asamblea constituyente. Esta asamblea era la que debía definir el nuevo régimen, así como las reformas económicas y sociales. El gobierno provisional fue aceptado en toda Rusia, pero los grandes problemas quedaron aplazados. Los más importantes eran las mejoras sociales, los deseos de autonomía de los pueblos no rusos y, ante todo, la paz. A pesar de ello, los sucesivos gobiernos mantuvieron a Rusia en la guerra, lo que provocó impopularidad. El ejército comenzó a descomponerse. La propaganda a favor de la paz, sobre todo de los bolcheviques, se extendía por todo el país; los mandos militares eran desobedecidos y las deserciones crecían día a día. Durante los meses posteriores a la Revolución de Febrero, los Soviets se implantaron por todo el país. El poder de estos Soviets iba en aumento, ignorando decisiones gubernamentales o tomando otras diferentes. En la práctica, los Soviets se convirtieron en un segundo poder. La situación se deterioraba rápidamente. Los gobiernos se sucedían y las manifestaciones volvieron a las calles. Kerensky formó un gobierno con mayoría de mencheviques y el Partido Socialista Revolucionario; la situación del país no mejoró. Los bolcheviques seguían con la crítica a estos gobiernos y se oponían a la continuación de la guerra, lo que hizo que su influencia creciera, sobre todo, en los Soviets.
Revolución de Octubre
En 1917, los bolcheviques formaban un partido con pocos militantes, pero muy activos. Un mes después, Lenin había regresado a Rusia desde su exilio en Suiza. Alemania lo permitió porque sabía que sus posiciones pacifistas le podían beneficiar. El gobierno provisional acabó persiguiendo a los bolcheviques. Lenin huyó a Finlandia. Durante el verano de 1917, el partido bolchevique presentó un programa revolucionario. Al final del verano, el general Kornilov intentó un golpe de fuerza para constituir un nuevo gobierno que asegurase el orden. La degradación de la situación decidió a Lenin a pasar a la acción. Regresó del exilio y convenció al Comité Central de la oportunidad de una insurrección armada para derrocar a Kerensky y tomar el poder. La noche del 24 al 25 de octubre de 1917, las tropas y milicias bolcheviques ocuparon puntos neurálgicos de Petrogrado. Lenin, con la intención de legitimar la insurrección, ofreció el poder al II Congreso de los Soviets de Rusia. El Congreso de los Soviets eligió el nuevo gobierno, denominado Consejo de Comisarios del Pueblo, y a Lenin como su presidente.
Nuevo Régimen
Rusia se había convertido en el primer país en que un partido político obrero alcanzaba el poder. En los días siguientes a su constitución, el Consejo de Comisarios promulgó una serie de decretos:
- Decreto sobre el final de la guerra: proponía una paz sin anexiones ni indemnizaciones.
- Decreto sobre la tierra: expropiaba las grandes propiedades.
- Decreto sobre las empresas industriales: ponía las fábricas bajo el control de obreros y empleados.
- Decreto sobre las nacionalidades: declaraba el derecho de los pueblos de Rusia a la autonomía.
El poder soviético y la dictadura del proletariado se convertían en los pilares básicos. La paz se firmó en la ciudad de Brest-Litovsk: el ejército alemán forzó al partido bolchevique y al gobierno a aceptar las condiciones de Alemania.
Guerra Civil y Comunismo de Guerra
Para frenar el contagio revolucionario, algunos países aportaron capitales y armas a los ejércitos antirrevolucionarios (blancos) contra los revolucionarios (Ejército Rojo). Se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El Comunismo de guerra se caracterizó por:
- La mala situación económica de Rusia antes de la revolución se agravó durante la guerra civil.
- Murieron millones de personas de hambre y enfermedad.
- El principal problema era el abastecimiento.
- Se obligó a los campesinos a entregar una parte de las cosechas, lo que causó violencia, pero se logró algunas mejoras.
Nueva Política Económica (NEP)
La revolución había triunfado, pero el coste había sido enorme. Al acabar la guerra civil, el país estaba agotado. Entre 1921 y 1927, la Nueva Política Económica (NEP) significó un giro radical en la política económica y social de la URSS. Se quería reinstaurar un capitalismo limitado para reconstruir la economía. La economía se liberalizó en parte:
- Ventajas: Libertad de comercio, libre venta para los campesinos, permiso para las pequeñas empresas, permiso para la entrada de capital extranjero.
- Inconvenientes: Problemas sociales, división del partido comunista.
La revitalización de la economía fue inmediata.
Stalin
Stalin instauró un régimen dictatorial mediante métodos brutales y la eliminación de toda oposición. Superados los conflictos por la colectivización, la URSS parecía en calma. La oposición política se eliminó y el régimen parecía contar con el apoyo de la mayoría de la población. Pero una crisis se produjo en el seno del partido. A partir de 1933, se llevaron a cabo depuraciones internas dentro del partido, motivadas por la obsesión del dictador; cualquier crítica se convertía en un complot que había que erradicar. Tres grandes oleadas resumen la represión estalinista. Las dos primeras, en 1933 y 1934, depuraron el partido con la expulsión de una parte importante de sus militantes. La tercera fue la más significativa. Entre 1936 y 1938, en los llamados Procesos de Moscú, fueron juzgados y ejecutados, acusados de los crímenes más absurdos, la mayoría de los antiguos bolcheviques y otros dirigentes del partido y oficiales del ejército. Como consecuencia, surgió un nuevo Partido Comunista, sometido a la voluntad de Stalin. La sociedad soviética era, en 1939, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, muy diferente de la de 1917. El poder soviético se había consolidado y el Partido Comunista dominaba todos los aspectos de la vida de la URSS. La propiedad privada fue abolida y la interpretación soviética del marxismo se hizo realidad. El país se industrializó y las ciudades crecieron. La URSS se convirtió en una potencia económica mundial y un amplio consenso acompañaba al régimen estalinista. Las represiones masivas no hicieron mella en la población, que valoraba el retorno al orden moral.