Análisis de la novela ‘Don Quijote de la Mancha’

Estructura de la novela

Cierto paralelismo: tras unos capítulos iniciales, al protagonista le suceden ininterrumpidamente una serie de aventuras; hacia la mitad de ambas partes, el continuo deambular del protagonista se detiene (en la venta en la primera parte y en casa de los duques en la segunda), en donde suceden hechos muy diversos; al final, desengañado y derrotado, don Quijote regresa a casa.

Las novelas dentro de la novela

Lo nuevo de la primera parte es que refleja simultáneamente el mundo real y el literario. Aparecen casi todos los tipos de la novela renacentista mediante las narraciones intercaladas: El Quijote imita y parodia los libros de caballerías; pero además encontramos relatos pastoriles (historia de los pastores Marcela y Grisóstomo); moriscos (relato del cautivo); y picarescos (episodio de los cautivos). En esta segunda parte no aparecen relatos intercalados, lo que favorece la continuidad de la novela. Pero lo más inédito es que aparecen personajes que conocen a don Quijote porque han leído sus aventuras de la primera parte.

El narrador: el punto de vista narrativo

Parodiando los libros de caballerías, el autor finge recoger datos sobre su protagonista en los archivos de la Mancha. En un momento culminante –en plena pelea de don Quijote con un vizcaíno– se corta la narración y el narrador (¿Cervantes?) dice que aquí se acaba el documento que le servía de base. Pero entonces explica que, casualmente, encuentra el texto original en árabe escrito por un tal Cide Hamete Benengeli, y se lo hace traducir por un morisco con lo que puede continuar la narración del episodio del vizcaíno que había quedado interrumpido. Mediante tal ficción, Miguel de Cervantes se permite un alejamiento irónico, ya que puede ir haciendo comentarios sobre el texto que supuestamente ha encontrado, su propia obra. Ej.: Cuando Sancho habla de manera muy razonable con su mujer, Cervantes comenta que el texto no debe de estar muy bien traducido, porque no es normal que Sancho hable con tan buen estilo.

Intención y sentido

El propósito explícito del Quijote es, sin duda, la parodia burlesca de los libros de caballerías. Las críticas de las novelas de caballerías habían nacido en los ambientes erasmistas y cultos, partidarios de una literatura seria y didáctica. Censuraban estas novelas desde la perspectiva estética por su inverosimilitud, y desde la moral por su sensualidad. Para las gentes de la época era evidente, porque conocían los relatos y reconocían la caricatura del lenguaje caballeresco, arcaico y altisonante. También quedaba clara la crítica por los comentarios sobre los libros de caballerías que aparecen en boca de muchos personajes de la novela.

Todos los elementos críticos de las novelas de caballerías aparecen ridiculizados: el joven caballero de noble linaje es un hidalgo cincuentón; en lugar de exóticos escenarios, la acción se sitúa en la Mancha; no hay gigantes ni ejércitos, sino molinos y rebaños; y la hermosa princesa, en el Quijote es una robusta aldeana. La parodia se basa en el choque que se produce entre don Quijote y la realidad. El protagonista tiene una visión deformada por la literatura, habla la lengua que se usaba cien años atrás, viste las armas de sus bisabuelos, y tiene ideales como los de Amadís. Cree vivir en el universo de los caballeros andantes, y su mente transforma la realidad, la cual acaba imponiéndose sobre los ideales caballerescos de don Quijote.

En el Romanticismo ven en la obra una defensa del ideal ¾el ansia de libertad, el valor, la fe, la justicia, el amor absoluto hacia una amada inventada (Dulcinea), etc.¾ que es vencido por la triste y vulgar realidad. La victoria de Lepanto y el fracaso de la Armada Invencible pueden considerarse símbolos de la hegemonía y de la decadencia hispánica; Cervantes vivió estos hechos desde perspectivas distintas –como heroico soldado y como recaudador de impuestos–, y nos deja reflejado este proceso que va del optimismo renacentista al desengaño barroco. En el transcurso de la obra, los dos protagonistas lograrán un conocimiento de la dura realidad. La novela es una obra de madurez que recoge la trayectoria vital de Cervantes.

La novela es también un retrato social: por sus páginas desfilan nobles, hidalgos, escuderos que buscan recuperar una posición social digna, labradores ricos o míseros labriegos, moriscos perseguidos, etc.

Don Quijote y Sancho Panza

La interpretación sobre el sentido de estos personajes ha sido muy variada, y cada época ha hecho una lectura diferente. En general se ha visto en ellos la antítesis entre locura y cordura; idealismo y utopía frente a materialismo realista.

Don Quijote

Constituye el modelo del hombre bueno, idealista y bondadoso, pero enajenado en todo lo referente al mundo caballeresco a causa de sus lecturas. Pero su locura es compleja. En la primera salida don Quijote deforma la realidad, que se convierte en caballeresca (ve castillos en vez de ventas); y además sufre un desdoblamiento de personalidad, ya que tras haber sido apaleado cree ser un personaje del Romancero: Valdovinos. En la segunda salida no hay desdoblamientos de personalidad. En la primera parte no ocurre nada extraño ni extraordinario, la fantasía está en la mente del protagonista. Sin embargo, en la tercera salida el protagonista ve siempre la realidad tal como es, pero los otros personajes le engañan y le convencen que no ve el mundo caballeresco a causa de los encantamientos. Por ejemplo, cuando Sancho le dice que está viendo a Dulcinea con sus damas, don Quijote ve la realidad, a tres labradoras; Sancho le asegura que los encantadores no le dejan ver la realidad. La locura de don Quijote está limitada al mundo