El Racionalismo de Descartes
El Método Cartesiano
René Descartes, el racionalista más significativo, busca un método que asegure el correcto razonamiento, la acción y la reconstrucción del saber humano según el ideal matemático. Este método se ajusta a las siguientes reglas:
- Evidencia: Solo aceptar como cierto aquello que sea claro y distinto. Claro: aquello que no ofrece dudas. Distinto: aquello que no se confunde con otras ideas.
- Análisis: Reducir lo complejo a sus componentes más simples, aceptados como intuiciones o verdades indudables.
- Síntesis: Relacionar los elementos simples para construir argumentos y deducciones más complejas.
- Enumeración: Controlar todos los pasos anteriores.
- Conclusión: El criterio de conocimiento verdadero reside en la evidencia intuitiva de ideas claras y distintas. Toda realidad y verdad debe fundarse en una intuición clara, simple, distinta y cierta. Se debe buscar un punto absolutamente cierto en todas las cosas.
La Duda Metódica
De acuerdo con el método, es necesario dudar de los conocimientos no fundados en evidencias indudables. Descartes plantea que todas nuestras verdades podrían ser un error. Las razones de esta hipótesis son:
- Hipótesis del engaño permanente de los sentidos: Los sentidos nos inducen al error, ¿podrían engañarnos siempre?
- Imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño: Percibimos cosas tanto en la vigilia como en el sueño, pero no del mismo modo. Lo percibido dormido podría influir tanto o más que lo percibido despierto. No tenemos una destreza para distinguir el origen de las percepciones.
- Hipótesis del dios engañador: Un dios omnipotente podría engañarme incluso en los conocimientos matemáticos. Aunque se piense en la bondad de Dios, que no querría engañarme, podría haberlo hecho alguna vez.
- Hipótesis del genio maligno: Podría existir un genio maligno que influyera en mí, provocándome un continuo engaño.
El Cogito Ergo Sum
A pesar de la duda metódica, hay algo evidente: la existencia del propio ser que piensa y duda. Mi existencia como sujeto pensante o dudante es exenta de error. Descartes lo expresa con su famosa frase: pienso, luego existo. El propio sujeto, al dudar, demuestra que existe. Se produce la acción simultánea del pensar con el existir.
Las Substancias
El yo pienso expresa una realidad, un yo substancial permanente. El yo como substancia o realidad pensante es la primera substancia que se descubre. Es una res cogitans, una cosa real que piensa. Después, Descartes descubre a Dios como res infinita y al mundo como res extensa. El racionalismo cartesiano es realista: todo lo que existe, existe substancialmente y tiene entidad propia. De las tres substancias, solo el yo pienso es evidente y a partir de él se deducen las otras dos.
Las Ideas
Si la existencia del yo como realidad pensante es evidente, será en sus ideas donde se funde la afirmación de cualquier realidad. De lo que tengo certeza es de mis ideas. Las ideas son actos mentales con contenido objetivo. Hay tres clases:
- Adventicias: Provenientes de la experiencia externa. No podemos afirmarlas con certeza porque no sabemos nada de la realidad externa.
- Facticias: Formadas por la mente a partir de otras ideas. Son frutos de la imaginación.
- Innatas: Existen en la mente, pero no provienen de la experiencia externa ni interna. Son ideas que han nacido conmigo. Tienen evidencia perfecta pues pertenecen a la esencia del yo pienso.
Dios y el Mundo
De las ideas innatas, Descartes deduce al mundo y a Dios. De ellas descubre la idea de infinito. La idea de infinito no viene de nada finito, así que si existe la idea debe existir un ser infinito: Dios (=res infinita=substancia infinita). Este argumento se basa en la causalidad y a él se añade el argumento ontológico: la idea de un ser absolutamente perfecto (Dios) exige que ese ser exista, ya que una de las perfecciones es la existencia.
Dios es veraz y no va a permitir que las ideas de mi pensamiento sobre el mundo exterior sean falsas. En esas ideas, el mundo coincide bajo la idea de extensión. El mundo debe existir como realidad extensa. La tercera substancia es la extensión de las cosas:
- Continuidad de la materia.
- Dios es causa primera del movimiento constante del universo.
- Sustitución de las causas finales por las causas eficientes: mecanicismo.
- El mecanicismo biológico: automatismo en los animales y en el cuerpo del hombre.
Alma y Cuerpo
La división entre substancia pensante y substancia extensa tiene como consecuencia la distinción substancial entre alma y cuerpo. El hombre está compuesto por dos substancias distintas. Entre alma y cuerpo hay interrelación e interacción, clara cuando analizamos los sentimientos, ejercidos a través de la glándula pineal. La separación radical del cuerpo y alma genera problemas al explicar el origen de las pasiones. Descartes las explica así: las pasiones son el reflejo de los movimientos del cuerpo en el alma. Constituyen estados en el alma, que esta cree producidos por ella misma.
Las Pasiones
Se distinguen seis pasiones:
- Admiración o pasión intelectual: La extrañeza que se experimenta ante algo nuevo. De esta derivan otras como el amor.
Las pasiones tienen su origen en el alma, pero influyen en ella. El alma debe dominarlas y ordenarlas según los dictados de la razón. La razón facilitará juicios firmes sobre el bien y el mal. La razón es el fundamento de la libertad y el uso racional de ésta posibilita la perfección humana y la felicidad. Para Descartes, la libertad consiste en la elección de una opción por parte de la voluntad, obedeciendo al entendimiento, que es quien conoce el orden de lo real.