Años 50: Fin de la Autarquía y Comienzo de la Liberalización
En la década de 1950, España experimentó un progresivo abandono de la autarquía y se adoptaron las primeras medidas liberalizadoras. La ayuda norteamericana y estas medidas favorecieron el crecimiento industrial. En el ámbito rural, la gran cosecha de 1951 puso fin al racionamiento de pan y permitió la rebaja de los precios agrarios. Este crecimiento económico impulsó el desarrollo del país, acercándolo a los niveles de Europa Occidental.
A partir de 1957, ministros del Opus Dei, conocidos como tecnócratas por su enfoque en la eficacia económica, técnica y administrativa, se incorporaron al gobierno. En 1959, implementaron el Plan de Estabilización, que buscaba:
- Estabilización de precios
- Eliminación de la intervención del Estado en la economía
- Liberalización de las relaciones económicas con el exterior
Como resultado, la economía española experimentó un crecimiento acelerado.
El Desarrollismo (1959-1975)
El Plan de Estabilización marcó la ruptura definitiva con la autarquía. La política económica se centró en los Planes de Desarrollo, que ofrecían ventajas fiscales, financieras y laborales para impulsar el crecimiento. Este crecimiento se basó en:
- Desarrollo del sector industrial y de servicios
- Bajos salarios
- Acumulación de capitales (Plan de Estabilización)
- Inversiones extranjeras
Asimismo, se logró eliminar el déficit de la balanza de pagos gracias al turismo, las inversiones extranjeras y las remesas de los emigrantes españoles en Europa.
Evolución Social (1940-1975)
1940-1959:
La población española creció, aunque a un ritmo menor que en décadas anteriores. Se produjo un éxodo rural masivo, generando despoblamiento del campo, escasez de viviendas y la aparición de chabolismo. España seguía siendo un país con un marcado atraso, caracterizado por:
- Escasa importancia de las clases medias
- Polarización social: oligarquía (agraria, industrial y financiera) vs. mayoría de la población con bajos niveles de renta
- Reducida movilidad social
- Hambre y racionamiento como rasgos de la posguerra
- Proliferación de barrios de chabolas
- Enseñanza vinculada a la Falange y a la Iglesia
Durante este periodo se creó la Seguridad Social y la Ley de Convenios Colectivos de 1958.
1959-1975:
Las condiciones de vida mejoraron y se alcanzó el mayor ritmo de crecimiento demográfico. La mortalidad infantil descendió y la esperanza de vida aumentó. Se produjo el baby boom y continuaron las migraciones del campo a las zonas en desarrollo.
A pesar del desarrollo, muchos españoles de regiones deprimidas emigraron a Europa, que se encontraba en expansión tras la Segunda Guerra Mundial. Intelectuales como Alberti, Cernuda y María Zambrano también se exiliaron.
Frente a la pobreza cultural, el franquismo promovió una cultura de masas: cine censurado, novelas rosas, toros y fútbol. Sin embargo, desde los años cincuenta surgió una cultura no oficial impulsada por intelectuales como Camilo José Cela, Miguel Delibes y Julián Marías.
Los cambios económicos y políticos generaron una profunda transformación social. La mentalidad española evolucionó con el desarrollo de una incipiente sociedad de consumo, el aumento del nivel de vida y la apertura al exterior. La Ley de Prensa de 1966 permitió la aparición de nuevas revistas, diarios y editoriales. El control sobre la enseñanza disminuyó y, en los últimos años del régimen, surgió una nueva cultura alternativa.
En definitiva, el ámbito cultural fue uno de los mayores fracasos del franquismo.