El Código Radiofónico
Cualquier teoría de comunicación establece que una parte esencial del proceso comunicativo lo constituye el código. En el caso concreto de la radio, el código de la señal lo constituyen los elementos del lenguaje radiofónico. Lenguaje exclusivamente auditivo, por lo que los elementos que lo componen son sonoros. Estos elementos son:
- La voz humana
- La música
- Los efectos sonoros, que son los sonidos emitidos por los animales y la naturaleza, los sonidos que surgen del medio ambiente general y los sonidos que emite el hombre y que no son producidos por la voz.
El código radiofónico es el uso adecuado y perfectamente interrelacionado de sus elementos, que se utilizan para comunicar a través del medio. Tiene dos niveles:
- El físico, que podríamos llamar señal y se refiere a los tres elementos (voz, música, efectos sonoros).
- El nivel intelectual que podríamos llamar semántico y se refiere precisamente al uso adecuado del lenguaje oral, del cual se hablará al referirnos al guion y a los diversos géneros radiofónicos.
La Voz
Es el elemento radiofónico por excelencia. La emisión de la voz representa lo más significativo del ser humano porque es la palabra, la codificación de la idea lo que se transmite a los otros. La voz es el sonido que produce el aire expelido por los pulmones al hacer vibrar las cuerdas vocales. Las ondas sonoras impresionan de tal manera al micrófono y a todos los elementos técnicos de la radio que a su vez reproducen el sonido y lo amplían. La voz tiene ciertas cualidades: tono, timbre, intensidad y cantidad.
El Tono
Es la mayor o menor elevación del sonido producido por la rapidez de la vibración de las cuerdas vocales. De la mayor rapidez de vibración resulta un sonido más agudo. Según el tono, las voces pueden ser clasificadas en agudas, centrales o graves. En las voces femeninas, la voz aguda corresponde a la soprano y en los hombres al tenor. Las voces centrales son la mezzosoprano y el barítono. Las voces graves en las mujeres son las contraltos y en los hombres los bajos.
El Timbre
Aun cuando las personas tengan un tono de voz igual a muchas más (solo hay 6), las voces se diferencian por el timbre que es la personalidad del que la usa o la cualidad diferenciadora del mismo. El timbre es producido por lo que se llama los armónicos accesorios que posee cada ser humano y que le permiten tener una voz propia.
La Intensidad
Depende del volumen y de la cantidad de aire que se utiliza para difundir la voz.
La Cantidad
Es la duración de un sonido emitido que propicia la calidad del mismo.
Estas cualidades, tono, timbre, intensidad y cantidad, además del uso, las inflexiones y la intención, nos permiten hacer una clasificación de las voces:
- Voz estentórea o de trueno: es la voz fuerte y dura. Es una voz gruesa que llena todo el espacio acústico y domina la escena. Se usa para jefes de tipo brutal.
- Voz acampanada: es una voz severa, majestuosa y enérgica. Indica absoluta seguridad en sí mismo y ascendiente sobre los demás. Se usa para aventureros y hombres de mundo, en mujeres enérgicas y maduras.
- Voz blanca: voz infantil.
El principal ejecutor de la voz es el locutor, quien es la persona más conocida de la estación. Es la voz oficial de la misma, en él se identifica a la emisora. El locutor y el actor radiofónico deben poseer una voz clara, fuerte, con buena vocalización, que comunique sentimientos, emociones y sea capaz de cambiar según sea la intención. La buena voz radiofónica es aquella que graba bien y se puede reproducir fácilmente.
Tanto el locutor como el actor radiofónico deben usar perfectamente su voz, dominarla y manejarla a su voluntad. Debe saber utilizar las partes de su cuerpo que controlan los sonidos vocales y mantener sus músculos relajados.
La Música
El segundo elemento del código radiofónico y un excelente auxiliar del guion es la música. La música puede servir en la radio para decir sin palabras el lugar, el tiempo, el estado de ánimo; es una ayuda para intensificar la acción, para establecer la ambientación en general y principalmente para hacer cambios de escena. Se entiende, por supuesto, que en este momento no nos estamos refiriendo a la música cuando es el mensaje principal de la radio, sino cuando se le utiliza como recurso auxiliar. Para los cambios de escena los usos más frecuentes son los siguientes:
- La cortina, que es un fragmento musical, previamente escogido, que sirve para separar dos escenas. De ordinario no debe pasar de diez segundos de duración y se escoge de acuerdo al tipo de programa.
- El puente, que es una especie de intermedio musical al que se da más importancia que a la cortina. Se emplea generalmente para sugerir un transcurso largo de tiempo entre una escena y otra, o para insinuar que la acción se transporta a un sitio diferente de la anterior. El puente se puede aprovechar, disminuyendo su volumen, para enmarcar los párrafos de narración y puede también anticipar la escena siguiente cuando se le mezcla la música de esa escena. El puente musical dura generalmente veinte segundos.
- La ráfaga es un fragmento corto de música fuerte y dramática cuya duración es de unos cuantos segundos y se utiliza para reforzar un diálogo que define una situación, o para llamar dinámicamente la atención del auditorio.
- La fanfarria, se trata de un trozo de música de instrumentos de percusión y metales para anticipar escenas heroicas o situaciones festivas.
- Identificación, entrada y salida, son tres funciones importantes que tiene la música en cualquier programa de radio.
Los Efectos de Sonido
Son el tercer elemento del código radiofónico. En los programas dramáticos, principalmente, son elementos indispensables. Tienen como finalidad ambientar situaciones, completarlas e ilustrarlas. Si no existieran, el público no podría desarrollar bien su imaginación y no podría visualizar las imágenes sonoras. Su fuerza surge de la asociación visual que el ser humano hace cuando escucha un sonido.
Los efectos de sonido pueden establecer el lugar, el escenario, el tiempo y el ambiente psicológico. Se seleccionan y se incorporan al programa de radio de acuerdo al realismo y beneficio que pueden proporcionar al mismo. No se trata de utilizar todos los sonidos que hay en una escena, sino los necesarios para ambientar y que el receptor se dé cuenta de lo que está pasando y de dónde están. No es necesario reproducir fielmente todos los ruidos de un escenario, y al volumen en que se dan, para darle realismo a la escena, basta con seleccionar algunos sonidos para lograrlo. Hay que saber usar los efectos, primero, seleccionándolos, y después manejándolos adecuadamente. Por ejemplo, cuando en la escena la voz está en primer plano, el volumen de los efectos y de la música ambiental deben bajar, y cuando se hace silencio en la voz, puede subir el volumen de los efectos.
Los efectos de sonido deben ser identificados por el auditorio. Pocos sonidos son absolutamente reconocibles. Es necesario ayudar al radioescucha para que los identifique, ya sea directamente en el diálogo, antes o al mismo tiempo que aparecen en el guion. Los efectos de sonido pueden utilizarse para establecer y aumentar el ambiente psicológico, el suspenso puede convertirse en miedo y este en terror con el solo uso adecuado del sonido.