La Poesía Española de Finales del Siglo XIX y Principios del XX: Modernismo, Generación del 98 y Vanguardias

La poesía del modernismo

El modernismo

El modernismo es ante todo una renovación estética, y más en concreto del lenguaje poético, que surge de una síntesis del parnasianismo y el simbolismo, dos corrientes poéticas francesas.

Esta corriente creativa, introducida por Rubén Darío, se caracteriza esencialmente por la búsqueda de una belleza absoluta para huir de la realidad cotidiana. Como movimiento, presenta los siguientes caracteres:

  • El creador siente malestar ante la sociedad, se inclina a la soledad, indaga en su intimidad y se aleja de la realidad cotidiana.
  • El escritor mantiene una postura antiburguesa, antirrealista y antivulgar, a la vez que intenta un arte aristocrático, elegante, cosmopolita y exótico.
  • Sus ambientes externos predilectos son la antigüedad clásica, el mundo medieval y legendario, el espacio oriental y el ambiente de París. Del mundo interior muestra su nostalgia y desasosiegos.
  • El creador mantiene el culto por la belleza formal mediante la idealización de la realidad.

La renovación se orienta hacia los siguientes aspectos:

Temas

Los modernistas recogen un rico caudal que va de lo clásico a lo moderno, de lo medieval a lo romántico.

Actitudes

La visión e interpretación simbolista de la realidad.

Tendencias poéticas

La poesía modernista es una explosión sensual donde los colores, los sonidos, los aromas y los sabores impregnan la evocación del paisaje, de las personas, de los animales y las cosas a través de una estilización e idealización extremas; pero, por otra parte, también se introduce en los tonos grises e íntimos de la sensibilidad, de los estados de ánimo o de las visiones individuales del mundo.

Lenguaje

El lenguaje modernista es exuberante y abierto, como el romántico, a todo tipo de expresiones que se acerquen a su ideal de belleza literaria.

Métrica

Los poetas modernistas encuentran en la métrica el terreno idóneo de indagación estética y la meta del ritmo y la musicalidad. Rescatan metros olvidados o se aventuran en una búsqueda incesante de variaciones.

Principales autores del modernismo

Manuel Machado

Fue influido por Darío y también por parnasianos y simbolistas. De su obra, que es sobre todo lírica, con formas graciosas e intrascendentes, son muy recordados los cantares andaluces y los poemas ligeros.

Rubén Darío

Rubén Darío es citado generalmente como el iniciador y máximo representante del Modernismo hispánico. Darío escribe la obra que tradicionalmente se ha considerado el punto de partida del Modernismo, su libro Azul… (1888). Además, fue el primer poeta que articuló las innovaciones del Modernismo en una poética coherente. Voluntariamente o no, sobre todo a partir de Prosas profanas, se convirtió en la cabeza visible del nuevo movimiento literario.

Juan Ramón Jiménez

Impulsor del modernismo, es, ante todo, el gran renovador de nuestra poesía contemporánea. Obtiene el premio Nobel y muere exiliado en Puerto Rico. Su evolución poética, descrita por él mismo, tras un inicio de versos sencillos, neorrománticos, discurre así:

  1. La poesía sensitiva: modernista más brillante, aunque con tonos grises e intimistas, entre el fervor por la belleza y la naturaleza, en libros como Arias tristes. Culmina con el libro de prosa poética Platero y yo.
  2. La poesía pura: se despoja de la imagen, de lo sensorial; se convierte en intemporal, en forma de conocimiento y en símbolo, y se identifica con la belleza, la eternidad y el absoluto. Su libro esencial es Diario de un poeta recién casado.
  3. La poesía suficiente y verdadera: intensifica y profundiza el camino del conocimiento y la aspiración al absoluto en los libros escritos en el exilio. Por ejemplo, Animal de fondo.

La poesía de la generación del 98

La denominación Generación del 98, aceptada por la literatura contemporánea, es una de las más controvertidas, porque sus límites con el modernismo no están claros. Ambos movimientos nacen de la misma actitud: la insatisfacción ante la literatura, y el modernismo es el lenguaje generacional de muchos escritores del 98. Los rasgos comunes que podrían identificar a todos los componentes de esta generación son la ideología progresista y la preocupación por el estado de crisis política y social de España.

La obra de la Generación del 98 recoge las dos tendencias del momento: herencia simbolista y herencia ideológica. Pero su lenguaje elimina de modo progresivo la brillantez retórica del modernismo, aunque mantiene el carácter impresionista en las descripciones o la idealización de la naturaleza y el paisaje castellano.

Caracteres
Rasgos lingüísticos
  • El pensamiento analítico y la visión ensimismada sobre España y Castilla.
  • La visión concentrada sobre lo auténticamente español, a través del paisaje, de la historia y de la literatura.
  • La propuesta de soluciones idealistas para regenerar el país.
  • La mezcla de actitudes románticas y subjetivas con las existencialistas, mediante las que pretenden renovar la conciencia nacional.
  • El examen de conciencia que viene a ser su literatura tras el desastre colonial.
  • El rechazo del barroquismo y del retoricismo.
  • La tendencia al lenguaje natural, preciso y claro al servicio del pensamiento.
  • La recuperación de localismos y arcaísmos.
  • La técnica impresionista en las descripciones.
  • La idealización de la naturaleza y el paisaje castellanos.

Principales autores de la Generación del 98

Antonio Machado

De ideología progresivamente radical y de un profundo humanismo existencial, abandona España al acabar la Guerra Civil y muere en Francia. Su poesía sintetiza el clasicismo de las formas, el simbolismo del mundo sensorial y la indagación en sus galerías interiores. Varias obsesiones se repiten en su obra: el paso del tiempo y la nostalgia por la niñez y la juventud perdidas, así como la falta de amor y la correspondencia emocional entre los elementos del paisaje y su estado de ánimo.

A través de una conjunción entre lo narrativo-descriptivo y lo reflexivo, su obra comprende tres etapas:

  1. Primera etapa: representada por Soledades, libro ampliado en Soledades, galerías y otros poemas. Muestra al poeta de lo interior, de la soledad, de la melancolía por la fugacidad de la vida y los paraísos perdidos.
  2. Segunda etapa: representada por Campos de Castilla, supone su integración en la Generación del 98, su salida al exterior para expresar de modo reflexivo el inconformismo y el desajuste con la realidad social, pero también la sublimación de un paisaje desmaterializado e idealizado.
  3. Tercera etapa: representada en Nuevas canciones, es más reflexiva y en ella su pensamiento llega a lo sentencioso. Aquí también podemos incluir la obra de Juan de Mairena.

Miguel de Unamuno

También dramaturgo, novelista y ensayista, expresa con un estilo austero su desasosiego interior por los problemas existenciales y su visión estética de Castilla en Poesías, Romancero del destierro y Cancionero.

La poesía novecentista y vanguardista

El novecentismo

La crítica agrupa bajo el nombre de novecentismo a ensayistas y novelistas. Se consideran cercanos al modernismo por sus preocupaciones vitales, sociales y estéticas, aunque se diferencian en su depurada expresión literaria. Esta diferenciación se basa en dos aspectos fundamentales:

  • Desde el punto de vista social, adoptan una actitud minoritaria e intelectual en su preocupación por la regeneración española.
  • Desde el punto de vista literario, defienden el arte puro y la literatura como ejercicio intelectual basado en el lenguaje.

Contemporáneo de los novecentistas es Ramón Gómez de la Serna. Su obra, variada y compleja, siempre a contracorriente, tanto en los géneros como en las formas, se caracteriza por el inconformismo y la disidencia y por la tendencia constante hacia la experimentación y la indeterminación de los géneros.

Es, sin duda, el gran impulsor del espíritu vanguardista en España.

El teatro modernista y del 98

Valle-Inclán

Un teatro comercial triunfa en estas primeras décadas. Se siguen representando con gran éxito las obras de Carlos Arniches, que idealizan la sociedad madrileña y andaluza; los protagonistas son tipos y reflejan las virtudes y defectos típicos de ambas regiones. Arniches inicia después un teatro tragicómico: Los caciques.

Entre los autores de éxito destaca Jacinto Benavente. Su teatro inicial, El nido ajeno, participa de la renovación modernista al romper con la tradición melodramática del siglo XIX, pero pronto cede al éxito y a la alta comedia de carácter burgués, si bien consigue superar el tono declamatorio grandilocuente con su lenguaje culto y elegante. En su obra maestra, Los intereses creados, introduce personajes de la comedia del arte italiana y muestra una sociedad basada en un juego de intereses a través de sus complementarios protagonistas.

Entre los autores modernistas y del 98 se encuentran:

  • Miguel de Unamuno: sus dramas, al igual que sus novelas y poemas, tratan de modo simbólico el conflicto existencial y carecen de ornamentación psicológica de los personajes. En su producción destaca: Fedra.
  • José Martínez Ruiz, “Azorín”: crea algunas piezas teatrales, como por ejemplo: Lo invisible.
  • Jacinto Grau: quiere renovar el teatro de su tiempo, al que acusa de comercial y falto de originalidad, recurriendo a varios temas, enfoques y técnicas: El señor de Pigmalión. Más tarde sigue técnicas expresionistas y simbólicas.
  • Y por encima de todos, Ramón María del Valle-Inclán: genial innovador del teatro español. Valle rechaza el realismo burgués del teatro anterior y propone una total renovación de la escena española en todos sus aspectos, experimentando diversos métodos. Divide su extensa producción en:
Ciclo mítico

Constituido por Comedias bárbaras, El embrujado y Divinas palabras. Las Comedias bárbaras se sitúan en una Galicia intemporal, arcaica y supersticiosa, con personajes faltos de moral, sacrilegios y feroces, y un mundo de pasiones donde conviven lo sobrenatural, lo misterioso y la muerte. Divinas palabras es una tragicomedia rural: su protagonista es un enano hidrocéfalo al que muestran sus allegados por ferias y caminos para sacar dinero. De nuevo las pasiones se mezclan en un mundo de miseria y crueldad. El embrujado reproduce el ambiente de las obras anteriores.

Ciclo de la farsa

En esta etapa, Valle contrapone lo sentimental y lo grotesco para afrontar de otra manera la realidad y desmitificar la sociedad tradicional con un lenguaje cada vez más esperpéntico.

Ciclo del esperpento

El esperpento nace de una determinada situación histórica y sigue la tradición representada por Quevedo o Goya; intenta, además, una deformación sistemática de la realidad para ofrecer su imagen grotesca. El esperpento es una nueva estética, una nueva visión del mundo desde una posición crítica que coincide con un movimiento estético de protesta contra la sociedad burguesa, ya que muestra sus aspectos más corruptos e inauténticos de forma despiadada, al tiempo que comporta una intención renovadora de las formas literarias y del lenguaje. El prodigio permanente del esperpento es la deformación idiomática. Se mezcla la forma discreta, refinada y hasta pedante con las expresiones más vulgares o la jerga más oscura y castiza. Asimismo, es magistral el uso de la ironía y el sarcasmo para revelar lo absurdo de una sociedad grotesca que vive de las apariencias y descascarar la corrupción en todos los estamentos sociales, en las instituciones oficiales y academias y, en definitiva, en la forma de vida de un pueblo. El ciclo esperpéntico se inicia con Luces de bohemia.

El teatro vanguardista y del 27

Federico García Lorca

La Generación del 27, conocida principalmente por la obra de sus poetas, ofrece también una nómina de dramaturgos.

  • Rafael Alberti: refleja en su teatro las inquietudes de su poesía. Destaca: El hombre deshabitado. En el exilio escribe: El adefesio, cercano al esperpento, y Noche de guerra en el museo del Prado, de tema político, sobre el heroísmo del pueblo.
  • Max Aub: comienza con obras vanguardistas como Crimen y Espejo de avaricia, pero luego, en el exilio, escribe un teatro testimonial comprometido con la realidad: San Juan.
  • Alejandro Casona: ajeno al vanguardismo, recrea una realidad poética, estilizada y misteriosa. Después de La sirena varada y Nuestra Natacha, escribe sus mejores obras en el exilio: Prohibido suicidarse en primavera. El tema central suele ser la oposición entre fantasía y realidad en la vida de sus personajes.
  • Federico García Lorca: es el dramaturgo español más conocido en el extranjero. Su producción se inicia con El maleficio de la mariposa, cuyo escaso éxito hace que el autor experimente nuevas fórmulas para acercarse al público.

Lorca cree que el teatro debe servir para elevar la sensibilidad del pueblo y cree también en la fuerza del poeta para transformar con la palabra la realidad. Es un espectáculo total al que contribuyen el texto, la escenografía, la música, la danza y todo lo que es capaz de comunicar. Su producción dramática se puede clasificar en:

Las farsas

Este procedimiento fue utilizado en cuatro obras, incluyendo La zapatera prodigiosa, cuyo tema es el matrimonio por interés y la diferencia de edad entre marido y mujer. En todas funde lo lírico y lo grotesco.

Las comedias imposibles

Denominadas así por Lorca, son dos obras simbólicas, surrealistas y difíciles de interpretar y representar: El público, formada por una gran complejidad de símbolos.

Las tragedias de tema social

Son las más representadas del autor: Mariana Pineda, en verso, recrea la figura de la heroína ajusticiada por defender la libertad. Yerma representa la obsesión de una mujer estéril por ser madre y su conflicto interior. La casa de Bernarda Alba, la cima de su teatro, es el drama de las mujeres de los pueblos de España, tal y como reza el subtítulo de la obra. La acción transcurre en el interior de la casa de Bernarda, donde se desarrolla el conflicto de las hijas de la protagonista, que acaban de perder a su padre y a las que se les impone un luto de 8 años: en ese espacio cerrado y opresor solo hay dos salidas posibles para las mujeres: o la locura o la muerte.

Los vanguardismos europeos

Reciben el nombre de vanguardias los movimientos que, en el primer tercio del siglo XX, se extienden, por lo general desde Francia y Alemania, a todo el mundo occidental y afectan a todas las manifestaciones artísticas.

Los vanguardismos son herederos del simbolismo, el impresionismo o el modernismo, y se repiten, exagerándolo, el espíritu renovador de estos movimientos, llegando incluso a la experimentación con las formas y a los juegos literarios con los sonidos o las palabras. Extreman el interés por el mundo interior y su misterio, ya que se piensa que el arte es reflejo suyo, y que la inteligencia y el conocimiento deben estar por encima de la realidad, y la verdad, por encima del instinto.

Entre los vanguardismos más representativos figuran:

  • El cubismo: reivindica el conocimiento y la sabiduría del artista, no su visión sensible de la realidad, y aporta conceptos básicos para las vanguardias como la autonomía de la obra de arte, la simultaneidad de ideas y percepciones y el collage. Estas propuestas las adapta a la literatura Apollinaire, en sus Caligramas. Rompe la realidad para ordenarla de otra forma.
  • El futurismo: propone la simultaneidad de sensaciones en movimiento, exalta la energía, la fuerza viril, el progreso, la industrialización y la máquina.
  • El expresionismo: solo admite la subjetividad creadora del artista para captar la esencia espiritual de la realidad y expresa su visión atormentada y exagerada a través de unas formas que juegan con la experimentación y la acumulación de elementos medievales, barrocos y románticos. El expresionismo influye, en ciertos aspectos, en el esperpento de Valle-Inclán.
  • El creacionismo: pretende que el poema no imite ni refleje la naturaleza, sino que, como ente autónomo, la cree en sus versos. El más importante es Gerardo Diego.
  • El dadaísmo.
  • El ultraísmo: recoge bastantes elementos del futurismo y propone las metáforas e imágenes como ejes de la poesía.
  • El surrealismo: está considerado el más importante. Los surrealistas apuestan por la creación y pretenden desentrañar el sentido último de la realidad. Pretende expresar, por medio de la escritura automática, una escritura que resulta de la afloración espontánea de las palabras a partir del subconsciente o del sueño, sin la intervención de la lógica ni de la razón coherente. El surrealismo influye en varios poetas de la Generación del 27.