El Franquismo en España: Características, Evolución y Relaciones Internacionales

Características del Franquismo

Desde el triunfo franquista tras la Guerra Civil, gran cantidad de historiadores han discutido sobre las características del franquismo y sus similitudes y diferencias con otros regímenes dictatoriales contemporáneos. Todos coinciden en establecer características principales como:

  • La carencia de Constitución, aunque con los años se seguirá produciendo un proceso comunicativo de leyes básicas que se conocerán como Leyes Fundamentales.
  • La inexistencia de partidos políticos.
  • La concentración de poder en manos de una sola persona, como fue el General Franco.
  • La potestad legislativa en la Jefatura del Estado para dictar normas jurídicas.
  • La existencia de familias políticas.

En torno al poder, se establecieron diferentes fuerzas o familias políticas:

  • Falange
  • Los católicos
  • Los monárquicos y carlistas
  • Los tecnócratas del Opus Dei
  • Los militares

La Posguerra y la Represión

El final de la Guerra Civil no supuso el fin de la violencia. El nuevo sistema político se basaba en la división entre vencedores y vencidos. Los estudios más rigurosos cifran en 500.000 las muertes violentas producidas durante la Guerra Civil y la posguerra. Otro elemento clave fue el exilio republicano (unos 450.000). Este exilio supuso una importante pérdida demográfica: una población joven y activa, que incluía a gran parte de los sectores más preparados del país: las élites científicas, literarias y artísticas.

El estado de guerra siguió en vigor hasta 1948. Se impuso una estricta censura y se persiguió cualquier tipo de disidencia política, religiosa o ideológica.

El Franquismo en sus Primeros Años

Franco eligió cuidadosamente a sus ministros entre las distintas familias políticas del bando nacional, sin una ideología definida claramente. En 1939, Ramón Serrano Súñer, inició la fascistización del régimen siguiendo el modelo italiano. Así, apoyándose en la Falange, se aprobaron los estatutos de FET y de las JONS; se encomendó al Sindicato de Estudiantes Universitarios y a su organización juvenil, Frente de Juventudes, el adoctrinamiento de la juventud y se impuso la política económica inspirada en el corporativismo italiano.

Pero fue un proyecto fallido, pues el resto de las familias del régimen, los monárquicos y la mayoría de los militares, pensaban más en la restauración de la monarquía. El caudillo siempre contó con la ayuda de Luis Carrero Blanco. Franco intentó mantener buenas relaciones con los monárquicos partidarios de Don Juan de Borbón, futuro rey, estando predispuesto al diálogo. En el Manifiesto de Lausana (marzo de 1945), agriaron aún más las relaciones. Los anarquistas y los comunistas iniciaron operaciones guerrilleras en el norte contra el régimen de Franco.

Franco pudo dar forma institucional al régimen mediante el Fuero de los Españoles y la Ley de Sucesión, revistiendo el régimen de una falsa imagen democrática. La Falange propuso al caudillo la aprobación de unas leyes que fijasen su ideario.

Franco se mostró reticente y la jerarquía eclesiástica expresó su oposición, al igual que los monárquicos. El grado de enfrentamiento entre las familias se hizo insostenible, Franco tuvo que sustituir a 12 de sus 18 ministros en 1957. En el gobierno, la Falange quedó marginada y se consagraba el poder del Opus Dei.

Después de la derrota de los proyectos de la Falange, la institucionalización del régimen correría a cargo de Laureano López Rodó, numerario del Opus Dei. López Rodó presentó un proyecto de Ley del Régimen Jurídico de la Administración del Estado que se basaba en aspectos puramente administrativos y la Ley del Movimiento, que era tan genérica que prácticamente no recordaba en nada a los proyectos fascistizadores iniciales.

Política Exterior del Franquismo

Segunda Guerra Mundial y Posguerra

Tras iniciarse la Segunda Guerra Mundial, la posición del nuevo Estado era proclive hacia Alemania e Italia, llegando incluso a plantearse la entrada en el conflicto. El 4 de septiembre, España se declaró neutral, pero Serrano Súñer, presionado por los fascistas italianos, consiguió del caudillo una rectificación a favor de la “no beligerancia”. Fue entonces cuando se produjo la famosa entrevista entre Franco e Hitler en Hendaya el 23 de octubre de 1940, para deliberar los términos de la colaboración, pero la reunión concluyó sin acuerdo. Finalmente, España no entró en la guerra, pero envió la División Azul contra los soviéticos.

La creciente presión británica y estadounidense impuso una paulatina rectificación de la política exterior franquista. En octubre de 1943, Franco proclamó la vuelta a la neutralidad. A partir de este momento, se negó el ingreso de España en las Naciones Unidas y el régimen fue condenado al ostracismo. Para compensar el ostracismo, se trató de estrechar las relaciones con los países latinoamericanos.

Guerra Fría y Reconocimiento Internacional

La instauración de dictaduras comunistas en Europa del Este dio comienzo a la Guerra Fría. La política de ostracismo comenzó a debilitarse. Estados Unidos comenzó un acercamiento que se materializó en los tres acuerdos que integraron el Pacto de Madrid de 1953. Las negociaciones con el Vaticano fructificaron en la firma del Concordato de agosto de 1953, que reconocía al Estado español por parte de la Iglesia.

Conflictos Coloniales

Poco tiempo después, surgió un problema que provocó importantes tensiones hasta el final del franquismo: Marruecos. Francia concedió la independencia a su zona y España hizo lo mismo en poco tiempo. A finales de 1957, se produjeron incidentes en Sidi Ifni, sofocados por la intervención franco-española que pacificó el territorio.