Arte Paleocristiano, Bizantino, Hispano-musulmán y Románico: Obras Maestras

Sarcófago Dogmático (Siglo IV d.C.)

Representa uno de los ejemplos más importantes de esculturas paleocristianas, donde se manifiestan, en la clandestinidad, las primeras temáticas cristianas. La parte frontal se divide en dos temas, según la costumbre de la época, con historias del Antiguo y del Nuevo Testamento. En el centro, una concha alberga dos difuntos abrazados.

Escenas Representadas

Nivel Superior (de izquierda a derecha)

  1. Juicio de Salomón
  2. Cristo entrega a Adán un haz de espinas y a Eva un cordero
  3. El árbol prohibido
  4. Bodas de Caná
  5. Multiplicación de los panes
  6. Resurrección de Lázaro
  7. Adoración de los Reyes

Nivel Inferior

  1. Curación del ciego
  2. Daniel entre los leones
  3. Profecía de la negación de Pedro
  4. Apresamiento de San Pedro
  5. Milagro de la fuente

Santa Sofía (532-537 d.C.)

Construida durante el reinado de Justiniano, Santa Sofía combina elementos basilicales y de rotonda, pero sin las columnas que dividían las naves ni los deambulatorios concéntricos. El espacio se organiza en torno a la cúpula, apoyada sobre dos semicúpulas, que a su vez descansan sobre nichos. La cúpula, construida sobre una planta cuadrada (una novedad respecto a las romanas), se alza sobre los vértices de los arcos y las pechinas. Tras derrumbarse en el 558, fue reconstruida en el 563. Su tamaño queda disimulado en el exterior por el tambor que la cubre. La decoración, con un gran uso del color, destacaba por su suntuosidad, acentuada por la luz que entraba por las ventanas, probablemente de cristal coloreado, y las numerosas lámparas. Este modelo de planta central abovedada influyó en la arquitectura religiosa de Oriente. Tras su conversión en mezquita, se le añadieron los cuatro alminares y los medallones decorativos interiores.

Iglesia de San Vital

De estilo bizantino, San Vital presenta una forma octogonal, coronada por una cúpula que sostiene una pirámide, con coro y deambulatorio. Su exterior de ladrillo, simple y armonioso, contrasta con la suntuosidad interior. La sensación de circularidad se acentúa por la decoración de los ocho pilares revestidos de mármoles y los siete nichos subdivididos por arcos. El Presbiterio se adorna con mosaicos del Antiguo Testamento.

Mezquita de Córdoba

Perteneciente al periodo califal, con influencias visigodas e hispano-musulmanas, la Mezquita de Córdoba se orienta al sur por la llegada de Abd al-Rahman I y su nostalgia por Damasco. Convertida en catedral en el siglo XIII, es el monumento más importante del arte hispano-musulmán y la tercera más grande. Su muralla, con contrafuertes y almenas, está salpicada de puertas. En el exterior, el Sahn alberga fuentes, y en la entrada al patio se sitúa el alminar. La sala de oración, con columnas de jaspe, granito y mármol, es el núcleo del edificio. Iniciada bajo Abd al-Rahmán I, sufrió ampliaciones posteriores.

Catedral de Santiago de Compostela

Catedral románica de peregrinación, con planta de cruz latina y cabecera con girola y absidiolos, realizada en piedra. Presenta un nártex a sus pies. El interior se divide en tres naves: la central con bóveda de cañón, las laterales con bóvedas de arista y tribunas que asoman a la nave central mediante arcos geminados. Las bóvedas se sostienen con pilares compuestos. El transepto, también de tres naves, tiene portadas al exterior y cuatro absidiolos. Sobre el crucero se alza un cimborrio. La cabecera, amplia, tiene una girola con cinco capillas radiales.

Pantocrátor (San Clemente)

Pintura románica al fresco sobre una bóveda de cuarto de esfera en el ábside de San Clemente. Cristo, sentado sobre una franja con motivos vegetales, está rodeado por una mandorla decorada con perlas. Con túnica gris y manto azulado, su rostro alargado y simétrico tiene una mirada penetrante. Bendice con la mano derecha y sostiene un libro abierto con la frase “Ego Sum Lux Mundi” (Yo soy la luz del mundo). Sus pies desnudos sobresalen de la mandorla. A los lados, las letras griegas alfa y omega.