Arte y Arquitectura en la Antigua Roma: Un Legado Histórico

Arte y Arquitectura en la Antigua Roma

Introducción

Roma, fundada en el 753 a. C. por los latinos, junto con los sabinos y etruscos, pasó de una monarquía a una república en el 509 a. C. Con el Senado como máxima autoridad, Roma conquistó la península itálica, Grecia, Hispania y el Mediterráneo tras las guerras púnicas. La crisis de la República en el siglo I a. C., con el primer y segundo triunvirato y las guerras civiles, dio paso al Imperio con Augusto. El Imperio alcanzó su máxima extensión, hasta su división en el siglo IV d. C. tras la muerte de Teodosio. Roma asimiló las culturas conquistadas, especialmente la griega, que se convirtió en su base cultural. Su legado perdura en nuestra lengua, arte, religión, derecho, ocio y cultura.

Arquitectura Romana

La arquitectura romana se nutrió de tres influencias principales:

  • Itálica primitiva: Aportó las bases constructivas iniciales.
  • Etrusca: De ellos heredaron el culto a los muertos, la columna toscana y el urbanismo, con ciudades organizadas en torno al cardo y decumano. Sus templos, sobre un podio con escalinata frontal, priorizaban la funcionalidad sobre la belleza.
  • Griega: Tras la conquista de Grecia, Roma adoptó elementos arquitectónicos y escultóricos, como plantas, órdenes y dioses, transformándolos y mejorándolos. Mezclaron capiteles, crearon nuevos edificios, incorporaron el arco y la bóveda, y adaptaron el contraposto y el tratamiento de los tejidos en la escultura.

Los principios de Vitrubio (solidez, utilidad y belleza) guiaron la construcción de edificios como teatros, basílicas y templos. Utilizaron materiales como la piedra volcánica, el mármol y el hormigón. El muro adquirió una función de soporte, mientras que la columna se destinó a la decoración. Emplearon los órdenes griegos con modificaciones, añadiendo el orden compuesto y mezclando órdenes en un mismo edificio. Decoraron con frontones y adosaron columnas a los pilares. Incorporaron el arco de medio punto, el dintel y la cúpula.

Urbanismo

Las ciudades romanas se caracterizaban por su trazado regular, con el cardo y decumano como ejes principales. En su intersección se ubicaba el foro, centro de la vida social, económica, política y religiosa. Acueductos (como el de los Milagros) aseguraban el suministro de agua, y murallas (como la de Lugo) la defensa. Destacan las calzadas (como la Vía de la Plata), puertos, pantanos, puentes (como el de Alcántara), cloacas y faros (como la Torre de Hércules).

Edificios Públicos

El uso del hormigón, el ladrillo, los arcos y las bóvedas permitió la construcción rápida de basílicas (como la de Majencio), termas (como las de Caracalla), teatros (como el de Mérida), anfiteatros (como el Coliseo), circos (como el Circo Máximo) y foros.

Monumentos Conmemorativos

Los arcos del triunfo (como el de Tito), con un arco de medio punto que generaba una pequeña bóveda, solían estar decorados con relieves y rematados con la figura del homenajeado. También se erigieron columnas conmemorativas con decoración escultórica, coronadas por la estatua del emperador.

Edificios Religiosos

Los templos romanos, inspirados en los griegos, presentaban modificaciones. Generalmente no eran perípteros, con columnas solo en la entrada y una gran escalinata, sobre un pedestal (como la Maison Carrée). El tholos helenístico inspiró templos circulares como el de Vesta.

Arquitectura Doméstica

Las casas romanas combinaban estética y funcionalidad, con un patio central con columnas, un pozo para la recogida de aguas, y decoración con pinturas y mosaicos.

Escultura Romana

Al igual que la arquitectura, la escultura romana recibió influencias de las culturas itálica, etrusca (realismo) y griega (belleza idealizada, contraposto, técnica de los paños mojados). Los romanos, sin embargo, se inclinaron por el realismo, buscando la veracidad física y psicológica. A finales de la República se popularizó el relieve con perspectiva, logrado mediante el juego de bajo, medio y alto relieve. La búsqueda de la expresividad y el ritmo compositivo se manifestó en:

El Retrato

Con raíces en los retratos funerarios etruscos, el retrato romano, a menudo no idealizado, reflejaba el realismo latino. Destacan los retratos de Pompeyo, Cicerón y César. Durante el reinado de Augusto, los retratos adquirieron un estilo más helenístico. Desde los Flavios, la tendencia helenizante coexistió con una corriente latina más popular, que alcanzó su madurez con Trajano. El retrato ecuestre de Marco Aurelio es un ejemplo notable. Un último periodo se caracterizó por una mayor expresividad y comunicación psicológica.

El Relieve Histórico

Monumentos como el Ara Pacis de Augusto, que representa la procesión imperial, y los relieves del Arco de Tito, que conmemoran la victoria sobre los judíos, ensalzan la figura del emperador. La columna trajana, con escenas de las batallas contra los dacios, y la columna de Marco Aurelio, son ejemplos del estilo realista y popular. Con el cambio de la incineración a la inhumación, los sarcófagos decorados con relieves se hicieron necesarios.

El Arte en la Hispania Romana

La conquista romana de Hispania, un largo proceso que comenzó tras la Segunda Guerra Púnica, se enfrentó a la resistencia cartaginesa (Aníbal y Asdrúbal), numantina y lusitana (Viriato). Figuras como Escipión, Julio César y Augusto participaron en la conquista. La romanización se desarrolló con mayor facilidad en el sur y el levante, mientras que la región cántabra opuso una fuerte resistencia. Hispania se dividió en provincias como Lusitania, Bética y Tarraconense. De Hispania surgieron emperadores como Trajano y Adriano, y figuras intelectuales como Séneca, Marcial y Quintiliano. Su legado arquitectónico incluye el Puente de Alcántara, los acueductos de Mérida y Segovia, y el Arco de Medinaceli. Los restos escultóricos son escasos, pero la huella romana persiste en Hispania.