Metafísica y Ciencia: La Crítica de la Razón Pura de Kant
La Razón Humana y sus Límites: La razón es un componente esencial de la naturaleza humana. Según Kant, el hombre es un “ser sensible-racional”. La razón humana constata dos hechos fundamentales en el desarrollo del conocimiento: la ciencia físico-matemática y la ley moral. La tarea principal es comprender estos hechos, cómo son posibles y su significado último, a partir de los principios que los rigen.
Esta tarea se vuelve urgente debido a la perplejidad que experimenta la razón humana ante ciertas preguntas que no puede eludir, planteadas por su propia naturaleza, pero que tampoco puede responder, ya que superan su capacidad. Kant describe esta situación: “La razón humana tiene, en un género de sus conocimientos, el singular destino de verse agobiada por preguntas que no puede eludir, pues le son planteadas por la naturaleza de la razón misma, y que empero tampoco puede responder, pues sobrepasan toda facultad de la razón humana. Ella cae sin culpa suya en esta perplejidad” (Kant, I: Crítica de la razón Pura).
Estas preguntas ineludibles se centran en el problema de la libertad, el sentido de la existencia humana y la existencia de Dios. Cuestiones estrechamente relacionadas, según Kant. El objeto de estas cuestiones no puede ser indiferente a la naturaleza humana. Y “el campo de batalla de estas disputas sin fin se llama metafísica” (Kant, I: Crítica de la razón Pura).
La Crítica de la Razón Teórica
La crítica de la razón en su uso teórico se pregunta: ¿qué puedo conocer? Por un lado, busca comprender y explicar cómo es posible la ciencia, el conocimiento científico: las matemáticas y la física como ciencia de la naturaleza. Por otro lado, se propone abordar el problema de la metafísica.
La ciencia es para Kant un hecho indiscutible, por lo que se pregunta cómo es posible el conocimiento científico y en qué consiste. La metafísica, en cambio, representa un problema irresoluble. De ahí que se pregunte: ¿es posible un conocimiento metafísico?, ¿es posible la metafísica como ciencia?
La solución a este problema exige plantearse una cuestión previa: ¿cómo es posible la ciencia? Solo después de determinar las condiciones que hacen posible la ciencia, podremos preguntarnos si la metafísica se ajusta o no a esas condiciones.
El planteamiento general es simple: la ciencia es posible bajo ciertas condiciones; ¿puede la metafísica ajustarse a ellas? Si la respuesta es afirmativa, la metafísica adquirirá rango de ciencia; si es negativa, no podrá constituirse como ciencia y deberemos abandonar su pretensión científica.
Experiencia y Conocimiento a Priori
Las Condiciones A Priori: Las condiciones a priori hacen posible la experiencia, siendo previas a ella. Al hacer posible la experiencia y el conocimiento, Kant las denomina condiciones trascendentales. En la “estética trascendental”, Kant estudia la sensibilidad, la primera facultad de la mente, y el origen del primer nivel a priori: las formas puras de espacio y tiempo.
En la “analítica trascendental”, Kant estudia el segundo nivel a priori de la mente humana: el entendimiento o la capacidad de hacer juicios. La “dialéctica trascendental” es la parte de la “Crítica de la razón pura” donde Kant estudia la tercera facultad de la mente: la razón.
El Sujeto Activo en el Conocimiento: Según Kant, el sujeto no encuentra el objeto de conocimiento, sino que lo construye, es un “sujeto activo”.
Por lo tanto, el conocimiento requiere dos factores:
- La razón, independiente de la experiencia, posee las formas y categorías a priori que son condición de posibilidad del conocimiento. Sin ellas, las impresiones serían “ciegas”.
- Las impresiones (materia), sin las cuales las formas y categorías de la razón serían “vacías”.
La razón está constituida por las formas a priori de la sensibilidad (espacio y tiempo), las categorías del entendimiento (cantidad, cualidad, relación y modo) y las ideas de la razón pura (Dios, alma y mundo). El espacio, el tiempo, la causalidad y la substancia no son propiedades de las cosas independientes del sujeto. Es el sujeto quien dota al objeto de estas formas que posee a priori.
Fenómeno y Nóumeno: El objeto de conocimiento no es el “nóumeno” (la cosa en sí misma), sino el fenómeno, construido por el sujeto a partir del caos de sensaciones que aporta la experiencia, ordenándolo según sus formas y categorías a priori.
Kant coincidía con los empiristas en que todo conocimiento comienza con la experiencia, ya que sin ella las formas de la razón serían vacías. Sin embargo, agregaba que no todo el conocimiento proviene de la experiencia, ya que sin lo que el sujeto aporta (y que posee independientemente de la experiencia) el conocimiento no sería posible. Por eso, establece que los límites de la razón están en la experiencia. Las ideas de la razón pura (Dios, alma y mundo) permanecen vacías porque no tenemos impresiones que les den contenido.