Constitución de 1837: contexto, análisis y consecuencias

La Constitución Española de 1837

Contexto Histórico

Tras la muerte de Fernando VII en 1833, su hija Isabel II, aún menor de edad, heredó el trono. Su madre, María Cristina, asumió la regencia. Sin embargo, el hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro, reclamó el trono, desencadenando la Primera Guerra Carlista. María Cristina, para conseguir el apoyo de los liberales frente a los carlistas, se vio obligada a hacer concesiones. En este contexto se promulgó la Constitución de 1837.

Análisis de la Constitución

La Constitución de 1837 se considera moderada, buscando un equilibrio entre el absolutismo del Antiguo Régimen y las ideas liberales.

Soberanía

Aunque el principio de soberanía nacional se menciona en la introducción, no se desarrolla en los artículos posteriores, buscando un consenso entre liberales y moderados.

Derechos y Libertades

  • Libertad de Imprenta: Se establece la libertad de imprenta, pero con la limitación de que los delitos de imprenta serán juzgados por jurados. (Art. 2)
  • Derechos Individuales: Se reconocen derechos como la inviolabilidad del domicilio y la prohibición de detenciones arbitrarias (Habeas Corpus). (Art. 7)
  • Igualdad Jurídica: Se establece la igualdad jurídica de todos los españoles, eliminando privilegios. (Art. 4)

Religión

Se mantiene la confesionalidad del Estado católico, pero no se obliga a los ciudadanos a ser católicos, lo que supone un avance hacia la libertad religiosa. (Art. 11)

División de Poderes

Se establece una división de poderes entre el Rey, las Cortes y los Tribunales. Sin embargo, el Rey mantiene un poder considerable: elige a los ministros, tiene derecho de veto sobre las leyes y sanciona las mismas. (Art. 12)

Cortes

Las Cortes se componen de dos cámaras: el Senado y el Congreso. El Senado es elegido por sufragio indirecto y censitario, mientras que el Congreso se elige por sufragio directo y censitario. (Art. 13)

Administración Local

Se establece la elección de los ayuntamientos por sufragio censitario, lo que supone un avance en la descentralización política. (Art. 70)

Ejército

Se crea el ejército nacional, dependiente del gobierno central, para evitar levantamientos y pronunciamientos. (Art. 77)

Consecuencias de la Constitución de 1837

La Constitución de 1837 marcó un paso importante en la transición de España hacia un sistema liberal. Sin embargo, su carácter moderado generó tensiones entre progresistas y moderados.

En 1840, María Cristina, ante la presión de los progresistas, se vio obligada a abdicar y exiliarse. El general Espartero fue nombrado regente, pero su gobierno autoritario provocó un nuevo levantamiento en 1843.

Finalmente, en 1845, la Constitución de 1837 fue derogada y se inició una nueva etapa dominada por los moderados.

Resumen

La Constitución de 1837 fue un intento de equilibrar las fuerzas del absolutismo y el liberalismo en España. Su carácter moderado, especialmente en la distribución del poder entre el Rey y las Cortes, generó tensiones que llevaron a su derogación en 1845. A pesar de su corta vida, la Constitución de 1837 sentó las bases para el desarrollo del liberalismo en España durante el siglo XIX.