Tema: Revolución Liberal con Isabel II (1833-1868)
Durante el reinado de Isabel II (1833-1868) se desarrolló en España el proceso de revolución liberal. El período comenzó con una larga guerra civil entre carlistas (absolutistas) e isabelinos (liberales) debido al conflicto dinástico por la sucesión al trono tras la muerte de Fernando VII.
Apareció una nueva clase dirigente, la burguesía agraria, surgida de la alianza entre la antigua nobleza terrateniente y la nueva burguesía. Esta controló el sistema político mediante el sufragio censitario y estableció un orden jurídico y económico que permitió el desarrollo del capitalismo. Sin embargo, diversos problemas dificultaron la consolidación de un sistema parlamentario representativo.
El favoritismo de la reina hacia los moderados distorsionó la alternancia en el poder. A menudo, el cambio de gobierno no fue resultado de elecciones, sino de pronunciamientos militares o revueltas populares. El sufragio censitario y la manipulación electoral dejaron el sistema en manos de una minoría.
El Proceso de Revolución Liberal (1833-1843)
Entre 1833 y 1843 se desmanteló jurídicamente el Antiguo Régimen, se consolidó la propiedad individual y se configuró un Estado liberal.
Los Primeros Gobiernos de Transición (1833-1836)
El testamento de Fernando VII creó un Consejo de Gobierno para asesorar a la regente María Cristina, presidido por Cea Bermúdez y compuesto por absolutistas moderados. Este defendía el absolutismo, pero proponía tímidas reformas administrativas.
La única reforma destacada fue la división provincial de España en 1833, quedando dividida en 49 provincias.
El trono de Isabel II se tambaleó por el inmovilismo de Cea y la extensión de la guerra carlista. Militares y asesores convencieron a María Cristina de nombrar un nuevo gobierno para ganar el apoyo liberal. Francisco Martínez de la Rosa, liberal moderado, implementó reformas limitadas con el Estatuto Real, un conjunto de reglas para convocar Cortes.
Estas reformas fueron insuficientes para muchos liberales. La división entre doceañistas (moderados) y exaltados (progresistas) marcó la política española.
La Corona y los antiguos privilegiados apoyaron a los moderados. La necesidad de apoyo social y recursos contra el carlismo forzó a la monarquía a aceptar un gobierno progresista.
Los Progresistas en el Poder
Los progresistas, con fuerza en el movimiento popular, la Milicia Nacional y las Juntas revolucionarias, protagonizaron revueltas en 1835 y 1836. Demandaban:
- Reunión de Cortes
- Libertad de prensa
- Nueva ley electoral
- Extinción del clero regular
- Reorganización de la Milicia Nacional
- Leva de 200,000 hombres para la guerra carlista
En 1835, María Cristina nombró a Mendizábal, quien inició la reforma del Estatuto Real y la desamortización de bienes del clero. Fue destituido en 1836, provocando revueltas. Se restableció la Constitución de 1812 y se entregó el poder a Calatrava.
El Desmantelamiento del Antiguo Régimen
Entre 1836 y 1837, los progresistas desmantelaron el Antiguo Régimen e implantaron un sistema liberal. La reforma agraria liberal de 1837 incluyó:
- Disolución del régimen señorial
- Desvinculación de mayorazgos
- Desamortización de bienes eclesiásticos y comunales
La Constitución de 1837
Se convocaron Cortes para redactar una nueva constitución. Aprobada en 1837, era breve y buscaba ser aceptada por moderados y progresistas.
Principios progresistas:
- Soberanía nacional
- Declaración de derechos
- División de poderes
- Aconfesionalidad del Estado
Elementos moderados:
- Cortes bicamerales (Congreso y Senado)
- Amplios poderes a la Corona
- Financiación del culto católico
La Ley de Imprenta eliminó la censura previa y la Ley Electoral estableció un sufragio censitario restringido.
La Alternancia en el Poder (1837-1843)
Se configuró un sistema de partidos con moderados y progresistas, influenciado por militares como Espartero, Narváez y O’Donnell.
Los Moderados en el Gobierno (1837-1840)
Los moderados ganaron las elecciones de 1837 e intentaron restringir las reformas progresistas.
- Ley electoral restrictiva
- Limitación de la libertad de imprenta
- Ley de Ayuntamientos (nombramiento de alcaldes por la Corona)
- Devolución de bienes al clero
- Reimplantación del diezmo
La Ley de Ayuntamientos provocó la dimisión de María Cristina en 1840 y el ascenso de Espartero.
La Regencia de Espartero (1840-1843)
Espartero disolvió las Juntas y convocó elecciones. Gobernó autoritariamente, aislándose de los progresistas. Aprobó un arancel que perjudicó a la industria catalana, causando un levantamiento en Barcelona.
Narváez y O’Donnell conspiraron, forzando la salida de Espartero y proclamando a Isabel II reina a los trece años.
La Década Moderada (1844-1854)
Los moderados, con Narváez, impusieron una política represiva y un sistema basado en la burguesía terrateniente, la Corona y el ejército, falseando las elecciones.