Descubrimientos en farmacología y medicina
Cefalosporinas: Antibióticos de las aguas residuales
A principios de la década de 1950, la penicilina, uno de los antibióticos más utilizados, comenzó a mostrar limitaciones, ya que algunas bacterias no se veían afectadas por ella. En 1948, Giuseppe Brotzu aisló una sustancia antibiótica producida por un hongo, Cephalosporium acremonium, en el mar cerca de las aguas residuales de Cerdeña. Brotzu administró el material a pacientes con infecciones, observando mejorías. Años después, científicos de Oxford descubrieron que el hongo producía varios antibióticos diferentes. El primero era activo contra bacterias grampositivas. En 1954, se obtuvo una forma casi pura de otro antibiótico, la cefalosporina N, que atacaba a las bacterias gramnegativas. En 1955, se encontró la cefalosporina C, con baja toxicidad y efectiva contra bacterias virulentas.
Ciclosporina: La revolución de los transplantes
En 1981, la ciclosporina revolucionó los transplantes de órganos humanos al impedir el rechazo, es decir, la acción del sistema inmunitario ante tejidos extraños. Su descubrimiento se originó cuando una compañía farmacéutica envió empleados a Wisconsin para recolectar muestras de tierra. La investigación, liderada por Jean Borel, reveló que el suelo contenía dos nuevas especies de hongos que producían la ciclosporina, una sustancia insoluble en agua. Además de los transplantes, la ciclosporina también se utiliza en el tratamiento de enfermedades parasitarias.
Otros descubrimientos notables
Velcro: De la naturaleza a la tecnología
A principios de la década de 1950, George de Mestral observó cómo los arrancamoños se adherían a su ropa. Investigando, descubrió que la planta estaba cubierta de ganchos que se enlazaban con el tejido. De Mestral se preguntó si este sistema, basado en el modelo del cadillo, podría replicarse. Así nació el velcro, cuyo nombre combina “velvet” (terciopelo) y “crochet” (gancho).
Post-it: La nota adhesiva que conquistó el mundo
En 1974, Art Fry, empleado de 3M, buscaba una solución para evitar que los marcadores de papel que usaba en su libro de coro se cayeran. Recordó un adhesivo inventado por Spencer Silver y pensó que podría ser la respuesta. Tras algunas modificaciones para lograr la adherencia ideal, nació el Post-it.
ADN: Descifrando el código de la vida
En 1962, James Watson, Francis Crick y Maurice Wilkins recibieron el Premio Nobel por descubrir la estructura del ADN. Watson, biólogo; Crick, físico; y Wilkins, cristalógrafo, se basaron en el trabajo de Linus Pauling sobre la hélice alfa de las proteínas. Utilizando datos de rayos X y análisis químicos, Watson y Crick desarrollaron un modelo de doble hélice para el ADN. Una pista clave fue aportada por Erwin Chargaff, quien observó una relación entre la guanina y la citosina, y entre la adenina y la timina. Con la ayuda de Jerry Donohue, quien corrigió un error en la fórmula química utilizada, Watson y Crick finalmente lograron construir el modelo correcto de la doble hélice del ADN.