El Teatro Medieval
Nace ligado a las celebraciones religiosas: surge de la dramatización de las ceremonias de culto en el interior de las iglesias. La muestra más antigua de nuestro teatro medieval es el Auto o Representación de los Reyes Magos de la segunda mitad del siglo XII.
Tras un largo paréntesis de dos siglos y medio, renace la actividad teatral en la segunda mitad del siglo XV con breves piezas de Gómez Manrique como la Representación del nacimiento de Nuestro Señor. Esta y otras piezas son poemas líricos dramatizados, de escasa acción y que no suponen un avance significativo con respecto a las del siglo XII.
A finales del siglo XV y durante el reinado de los Reyes Católicos, surge un teatro cortesano vinculado a la nobleza y desligado de la realidad popular, que cultiva dos modalidades dramáticas: una religiosa (los Autos) y otra profana que trata temas pastoriles, amorosos y humanísticos. Sus representantes: Juan del Encina, Gil Vicente y Fernando de Rojas, escritor de La Celestina.
El Teatro Renacentista (siglo XVI)
El teatro alterna elementos medievales y renacentistas, manifestándose en cuatro formas escénicas:
- Teatro popular: ofrece formas cómicas. A él se une la Comedia dell’Arte con personajes fijos que improvisan cada día.
- Teatro religioso: continúa la tradición medieval, ahora impulsada por las vidas de santos.
- Teatro humanístico: trata de imitar la comedia y tragedia clásicas.
- Teatro de asunto nacional: se basa en crónicas y romances, y en la tradición épica.
El Teatro Barroco (siglo XVII)
Si la prosa y la poesía del Barroco alcanzaron cimas difícilmente equiparables, no en menos medida hizo lo propio el teatro. Cuando un dramaturgo como Lope de Vega toma conciencia de que el teatro español debe alejarse de la imitación de la tragedia clásica y comenzar su propio camino mediante una “comedia nueva” con un “nuevo arte”, es posible la renovación de nuestra escena.
La habilidad de Lope de Vega fue ejemplar. Por un lado, armonizó lo aprovechable del teatro anterior (mezcla de elementos cultos y populares…). Ante la respuesta del público, el teatro gozó de lugares fijos para sus representaciones: los corrales de comedias. Una de las claves del teatro de Lope de Vega fue el público, ya que recibía un trato cercano y familiar, y no la rareza de la tragedia clásica.
Con el término genérico de “comedias” se conocen las obras teatrales que se representan en los corrales. En este sentido, responde a una fórmula fijada definitivamente por Lope de Vega a finales del siglo XVI en su obra Arte nuevo de hacer comedias.
Ante todo, este nuevo arte nace fuera de las normas de los preceptistas. Para Lope, el arte (las normas) se opone a lo natural y la única regla para él será someterse al gusto del público.
Rasgos de la Nueva Comedia
Estructura
- La comedia consta de tres jornadas o actos que se adaptan a las partes fundamentales de la acción: planteamiento, nudo y desenlace.
- Transgresión de las unidades de acción, tiempo y lugar. La acción será movida y variada. La obra presenta, como mínimo, dos acciones paralelas: la protagonizada por los personajes elevados y la de los personajes humildes. En cuanto al tiempo y lugar, la obra puede abarcar años y desarrollarse en sitios muy distintos.
- Mezcla de lo trágico y lo cómico. Lo cómico y lo grave se mezclan en la realidad y sería arbitrario separarlos.
- Variedad de estilo: el decoro poético. Hay que adecuar el comportamiento y, en especial, el lenguaje a la índole de cada personaje.
- La polimetría. Así, Lope señala que los romances están indicados para los relatos, los sonetos para los soliloquios, las décimas para las lamentaciones, los tercetos para los diálogos graves y las redondillas para los diálogos amorosos.
- Elementos líricos intercalados: aparecen abundantes cancioncillas de tipo tradicional y danzas.
Personajes
- En el plano elevado: un viejo, un galán y una dama.
- En el plano inferior: el gracioso y la criada.
- El prototipo del galán es un caballero apuesto, valiente, idealista, capaz de profundos sentimientos.
- El gracioso es generalmente el criado del galán. Viene a ser la contrafigura del caballero: se caracteriza por su realismo y su sentido práctico; es cobarde y a veces cínico.
- Un paralelismo semejante se establece entre la dama y la criada.
Temática de la Comedia y Subgéneros
- Los temas religiosos fueron muy cultivados. Abundan, aparte de los Autos sacramentales, comedias inspiradas en episodios de la Biblia.
- Los temas históricos fueron muy apreciados. Muchas obras se inspiran en la historia y leyendas nacionales.
- Las comedias de costumbres, entre las que destacan las comedias urbanas o “de capa y espada” y las rurales.
- El honor y la honra.
- El amor.
En el siglo XVII suelen agruparse los autores y sus comedias en dos escuelas representadas por Lope de Vega y Calderón.
Diferencias entre Lope y Calderón
- Calderón sigue en una primera etapa la línea de Lope, aunque intensifica la riqueza de la comedia como espectáculo.
- En una segunda etapa, Calderón se inclina por un teatro más reflexivo y filosófico, con lo que los personajes, más que seres reales, adquieren la categoría de símbolos de valores universales o de ideas.
- En ambos casos, Calderón elabora con mayor artificio las tramas argumentales, las construcciones dramáticas y, sobre todo, el lenguaje.
- Calderón reduce el número de personajes y de anécdotas.
Obras de Lope de Vega
- El villano en su rincón
- El perro del hortelano
- Fuenteovejuna
Obras de Calderón
- La vida es sueño
- El alcalde de Zalamea
- El gran teatro del mundo
El Teatro del Siglo XVIII
El panorama teatral del siglo XVIII en España se caracteriza por las frecuentes y enfervorizadas polémicas entre los defensores del teatro posbarroco, continuista y popular, y los que propugnan una renovación neoclásica.
En la primera mitad del siglo XVIII se desarrolla en la escena española un teatro que repite los estereotipos barrocos anteriores. Los neoclásicos mostraron claramente su oposición a este tipo de teatro porque no respetaba las más elementales reglas de composición, realismo y moralidad. Entre las críticas formuladas, destaca la de Ignacio de Luzán en su obra Poética, que propone una vuelta a la preceptiva clásica de Aristóteles y Horacio. Así aparece el teatro neoclásico, que pretende ser estructuralmente perfecto y de contenido educativo.
Junto con el teatro posbarroco y neoclásico, convive el sainete, cuyo máximo representante es Ramón de la Cruz. Se trata de una pieza teatral breve, de carácter cómico, sobre la vida y costumbres de la época; en ella se retrata el comportamiento de la clase media, los barrios bajos o la vida callejera madrileña. Otro autor importante será Leandro Fernández de Moratín. En su comedia supo aunar la estricta ideología neoclásica con el éxito popular. Para él, la comedia debe perseguir por encima de todo una finalidad didáctica y ha de ridiculizar los comportamientos que nacen de la barbarie, la ignorancia y las malas costumbres.
Su producción dramática se limita a cinco comedias:
- El viejo y la niña
- El barón (satirizan los matrimonios concertados)
- El sí de las niñas
- La mojigata (satiriza la educación de los jóvenes)
- La comedia nueva o el café (satiriza las comedias populacheras de la época)